Óleo sobre lienzo (Tate Gallery) |
Dice Eva-Gesine Baur que originalmente, Hogarth quiso ser un pintor de historia, pero ni sus contemporáneos ni sus sucesores mostraron especial interés por estas ambiciones. Lo que buscaban era el Hogarth del "Mundo al revés", el Hogarth de la sátira moralizante... Y se interesaban por el retratista. Su capacidad de caracterización, de descubrir lo único en la típico, su inclinación a extraer los aspectos históricos fuera del contexto... para conseguir ejemplos irónicos de la naturaleza humana, hicieron que estuviera considerado como el pintor de la vida privada, de los aspectos ocultos u olvidados. Entre sus obras tardías se encuentra este retrato de sus servidores. Hogarth retrata a un grupo, pero se niega a ordenarlos en forma de un retrato de grupo, de "conversación". Hace un cuadro con el carácter de un estudio, emplea los medios del boceto y, al mismo tiempo, realiza cada uno de los rostros con cuidado. Los sirvientes llevan su triste traje doméstico, se apiñan en su espacio mínimo y, sin embargo, son individuos completamente libres. Cada uno de ellos mira en una dirección distinta, ninguno de ellos se relaciona con el otro. No revelan nada sobre sí mismos.
En el Londres de la primera mitad del siglo XVIII ya se comercializaba el arte profusamente, no era cosa solo de señores y aristócratas, y muchas de las obras de Hogarth se adaptaron perfectamente a un nuevo público. De la época en la que pinta a sus sirvientes es la obra "Eligiendo entretenimiento, en la que una serie de personajes tratados de forma jocosa tocan instrumentos musicales, beben, se mueven y amontonan en torno a una mesa. No hay orden, cada uno a está a lo suyo y algunos departen entre sí, pero en juerga ilimitada (se encuenta en el Sir John Soane's Museum de Londres). Otro cuadro es el que lleva por título "Solicitando votos", en el que dos personajes, a la puerta de una taberna, piden el voto a otro, mientras las demás personas a lo suyo y el simbolismo de un león en una puerta que parece querer comerse una flor de lis (se encuentra en el mismo museo).
"La boda de Stephen Beckingham y de Maria Cox" es el título de un cuadro pintado en 1729 que se encuentra en el Museo Metropolitano de Arte, Nueva York. Representa un contraste porque el marco es una arquitectura neoclásica, cierto barroquismo escenográfico y la formalidad de los personajes. Pero pronto vuelve de nuevo a "La orgía", obra de 1735, con los personajes en torno a una mesa, bebiendo, cortejándose, con un pie levantado, con las piernas femeninas al descubierto en una explosición de las costumbres "licenciosas" de la clase media de su época.
"La boda de Stephen Beckingham y de Maria Cox" es el título de un cuadro pintado en 1729 que se encuentra en el Museo Metropolitano de Arte, Nueva York. Representa un contraste porque el marco es una arquitectura neoclásica, cierto barroquismo escenográfico y la formalidad de los personajes. Pero pronto vuelve de nuevo a "La orgía", obra de 1735, con los personajes en torno a una mesa, bebiendo, cortejándose, con un pie levantado, con las piernas femeninas al descubierto en una explosición de las costumbres "licenciosas" de la clase media de su época.