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Castillo de Karababa en Calcis (sobregrecia.com/2009/01/05/el-castillo-de-karababa-en-calcis/) |
Las antiguas poleis griegas, al menos en un primer momento, surgen a partir de una población agrícola que tiene sus campos en los alrededores de la parte urbanizada, es decir, primero existieron pequeñas aldeas que mantenían una relación entre sí y que les llevó a considerar a una el núcleo de la futura polis. Entonces comienza un proceso de modificación creando espacios comunes y centrales (1). Estas poleis llegaron a ser, pues, territorios bien delimitados y autosuficientes, incluso produciendo excedentes para dedicarlos al comercio.
Este proceso no parte de la sociedad sino de los grupos dirigentes, aquellos que decían tener ancestros ilustres, un nivel económico superior y se relacionaban privilegiadamente con los dioses. Ello les llevaba a disponer de recursos para defender mejor a la comunidad de posibles ataques. Se hacen entonces con el monopolio de la justicia y provocan que la población, dispersa en aldeas, se traslade al núcleo que el grupo dirigente ha elegido como centro (sinecismo). Hay casos originales, como es el de Esparta: cuatro aldeas adyacentes y una quinta, Amiclas, distante de las anteriores, lo que hizo que la polis espartana abarcara un territorio muy amplio, unos 8.500 km2, y en la misma vivirán no solo los ciudadanos, una minoría, sino esclavos comunitarios (ilotas) y comunidades autónomas de hombres libres (periecos) pero sometidos a las autoridades espartanas. Al menos hasta época helenística, la polis espartana no dispondrá de un centro urbano; en cuanto a las autoridades, se producía una alternancia entre los que mandaban y los que obedecian.
Atenas ejerció su autoridad sobre un territorio de unos 2.500 km2, cuando la media de las poleis era de unos 150 km2. Los habitantes que no vivían en la zona urbana eran llamados por los atenienses demos. El sinecismo ateniense habría sido llevado a cabo por un rey mítico de nombre Teseo, que habría abolido los órganos de gobierno locales y los habría trasladado a Atenas. Cuando estas poleis empezaron a fundar una y otra colonia (los griegos la llamaban apoikía) el trazado urbano era "protogeométrico", según denominación de los arqueólogos. Hoy parece probado que fueron los griegos de la isla de Eubea quienes comenzaron a fundar colonias, en este caso muy cerca de la polis fundadora, es decir, en la propia Grecia. Es el caso de Lefkandí y Eretria donde mientras esta iba consolidándose como centro urbano aquella se iba despoblando, pero durante buena parte del siglo VIII a. de C. ambos núcleos estuvieron activos. Hoy no sabemos si el primitivo santuario de Apolo Dafnéforo (2) fue trasladado de su primitivo emplazamiento o no. Algunos sostienen que más que una colonización lo que se dio fue un traslado de población, lo que los griegos llamaban metoíkesis. Los habitantes de Lefkandí aspiraron a ocupar la rica llanura lelantina, regada por el río Lilas, lo que fue objeto de disputa con Calcis traducida en una larga guerra, pero donde la adversaria de esta ciudad fue ya Eretria.
En cuanto a Oropo (al sur de Eretria) pero en el continente, solo hay una fuente que la considera colonia de Eretria, pero las excavaciones arqueológicos han demostrado que durante el siglo VIII Oropo parece haber sido ocupada por gentes procedentes de Eubea. Junto a estos movimientos de población a corta distancia se están produciendo otros a larga distancia. La que se considera colonia más antigua fundada por los griegos, Pitecusas (isla frente a Nápoles, actual Ischia) comenzaría su andadura en torno a 770 a. de C. (3). Aquí se ha excavado un área dedicada al trabajo del metal de gran semejanza con las excavaciones en Oropo, lo que quizá demuestren intereses metalúrgicos por parte de los eubeos.
Después de Cumas empieza una larga serie de fundaciones coloniales en la segunda mitad del siglo VIII que, en cada caso, estuvieron dirigidas por un oikistés o fundador. Entre otras consta la existencia de un oikistés en la primera colonia fundada en Sicilia, Naxos, que también fundó Leontinos (la primera al nordeste de la isla y la segunda algo más al sur). En ocasiones el traslado de población de las poleis a otro territorio para fundar colonias fue voluntario, en cuyo caso el grupo nombraba al oikistés, pasando por la consulta a la divinidad. Otras veces el desplazamiento de población fue forzoso debido al problema de tierras, pero sobre todo a su mal reparto; en otras el crecimiento de población, como los casos de Eubea, Corinto, Mégara o Acaya (4), llevaría a la fundación de colonias y otra causa serían las sequías y hambrunas.
Los partenias espartanos (hijos de mujeres no casadas) fundaron Tarento al ser expulsados ante el peligro de levantamiento. Cuando se elegía a los que tendrían que ir a fundar una colonia se empleaba el sorteo; este fue el caso de Regio (en el extremo sur de la península Itálica) o Cirene. En las colonias reinó la más absoluta igualdad, al contrario que en las metrópolis, lo que ha quedado demostrado, sobre todo, con la excavación de Mégara Hiblea (al sureste de Sicilia), donde los colonos, antes de construir casas de piedra, habitaron en cabañas, y esto se ha visto sobre todo en las colonias del mar Negro. Luego se produjo la planificación general del área urbana (Mégara Hiblea) con murallas, la necrópolis al exterior de aquellas, ejes principales en el interior e ínsulas o solares absolutamente iguales. Esto se ha podido comprobar también en Naxos y Siracusa.
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Selinunte (lasicilia.es/selinunte) |
Si las poleis se iban formando lentamente las colonias lo hacían de forma rápida, definiéndose muy pronto el lugar central, el de la palabra, el ágora, donde se suele encontrar la tumba del oikistés convertido en héroe tras su muerte. También se delimitaban los lugares reservados a los dioses. Las áreas elegidas para establecer colonias normalmente no estaban vacías, sino que las habitaban pueblos indígenas con los que se llegaba a un acuerdo de convivencia o se les sometía mediante conquista. En el caso de la fundación de Naxos de Sicilia el fundador consideró idóneo el lugar, entre otras cosas, por "la debididad de sus ocupantes". Otras veces son los indígenas los que guían a los colonos, como es el caso de Cirene, con el objeto de ocultar a los griegos las riquezas del territorio; en el caso de Mégara Hiblea el rey indígena Hiblón entregó a los colonos un territorio de su propiedad.
Luego vinieron las torres defensivas y los santuarios extraurbanos, que sirven de vínculo entre el campo y la ciudad. Una de las parcelaciones rurales más conocidas son las de Metapongo, en el Quersoneso Táurico (Crimea), que parece ser de inicios del siglo IV a. de C. Cada parcela era un kleros, que se repartía por sorteo entre los habitantes, hasta alcanzar a un máximo de mil, sobre todo en las colonias del sur de Italia. Junto a las tierras había que proveer a la colonia de mujeres, pues el fenómeno colonial fue llevado a cabo esencialmente por varones.
A lo largo del siglo VI a. de C. las colonizaciones serán, sobre todo, de los griegos que vivían en la costa occidental de la península de Anatolia. Allí se habían establecido desde hacía siglos y ahora carecían de tierras para abastecer a una creciente población. Por otra parte algunos pueblos próximos, lidios primero, persas más tarde, presionaron para hacerse con unos territorios que aquellos griegos defendieron hasta llegar a la guerra. Las regiones elegidas para fundar colonias por parte de los griegos de Anatolia fueron las costas del mar Negro y, en menor grado, las del sur de la actual Francia y las del este de la península Ibérica.
Se cuentan por miles los griegos de Anatolia que se enrolaron como mercenarios en ejércitos asirios, babilonios, egipcios y otras potencias menores, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo VII a. de C., probablemente por la presión demográfica. Hademás las poleis anatólicas debieron tener problemas internos por las desigualdades creadas u otras razones, como es el caso de Mileto, una de las principales colonizadoras del momento.
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Heroon de Lefkandí (*) |
(1) El presente artículo es un resumen del que es autor Adolfo J. Domínguez Monedero, "Fundación de ciudades en Grecia: colonización arcaica y helenismo".
(2) Portador de la rama de laurel en las fiestas llamadas dafneforías, propias de los beocios. Beocia se encuenta al oeste inmediato de Eubea.
(3) Otros, siguiendo a Estrabón, consideran que la más antigua fue la cercana Cumas.
(4) Acaya al norte del Peloponeso y Mégara al oeste de Atenas.
(*) Santuario para honrar a los héroes, normalmente sobre la tumba de los mismos.