sábado, 10 de abril de 2021

Primates

 

¿Y si los primates de los que por sus transformaciones existimos como seres humanos, no hubieran evolucionado, no se hubiesen erguido, su cerebro se hubiese quedado en el estadio de primates? No tendríamos arte, ni tecnología, no tendríamos ciudades y vías de comunicación, nada de medicina y otras ciencias, y todo ello porque no se hubiese formado el lenguaje tal y como ahora lo conocemos.

Nos hubiésemos evitado, en cambio, opresores y oprimidos, guerras, crueldades, armas, destrucciones masivas (salvo las producidas por la naturaleza), grandes matanzas. No habrían existido nunca los campamentos militares ni los dioses de todos los tiempos, tampoco las religiones ni las castas sacerdotales, no habrían existido los reyes divinizados y a su vez mortales. No se habrían formado los estados, ni las administraciones a su servicio, ni las leyes que formaron códigos; los seres anteriores a los humanos que tuvieron con estos algunos parecidos, no habrían creado literatura alguna, ni habrían podido realizar expediciones descubriendo continentes enteros; el concepto mismo de descubrimiento les sería desconocido.

No habrían existido los carimbos para esclavos porque no hubiesen existido esclavos, ni las brutalidades cometidas en exploraciones y ambiciones sin cuento. Los primates de toda condición y otros animales no habrían podido llevar a cabo las guerras mundiales que sí los humanos, ni las grandes deportaciones, ni las interminables guerras medievales que los humanos protagonizaron.

Sin papas ni popes, sin rabinos y ulemas, sin caciques de ningún tipo, el mundo sin humanos, que han depredado muchas especies, sería muy otro, con una ecología amenazada por la superpoblación de una diversidad mayor de animales que podrían alcanzar el equilibrio de la manera que la propia naturaleza les dictase.

Al tiempo que no habría existido la filosofía, aquellos seres de inferior capacidad que los humanos sabrían poco sobre los grandes ríos, las selvas, el mar, los volcanes, el fuego y las propiedades de una inmensidad de minerales. Nada sabrían del firmamento y de la miríada de estrellas que forman la bóveda envolvente. No habrían convertido al Sol en un dios ni a las constelaciones en agentes del destino.

Un mundo en el que no se hubiesen formado los humanos sería un gran misterio para nuestra imaginación, pero podemos hacernos una idea vaga sobre los primates que vagarían de un lado a otro, o bien se asentarían en un territorio limitado, adaptándose al medio y nunca transformándolo.

 

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