lunes, 7 de junio de 2021

Del desierto a la agricultura

 


Cuando se creó el estado de Israel en 1948 las autoridades se plantearon que si habían de recibir miles de inmigrantes, como había ocurrido desde los años veinte pasados, habría que conseguir agua para una agricultura autosuficiente en un contexto hostil, puesto que Israel estaba rodeado de países árabes y los árabes estaban también en Palestina.

En primer lugar se trató de aprovechar los acuíferos, lo que a largo plazo no sería solución porque se agotarían. Luego se planteó la necesidad de llevar agua del río Jordán y del mar de Galilea (dulce) al sur del país, al desierto del Negev. Se trató  entonces de aplicar técnicas de riego que no derrochasen el agua y de reconvertir las aguas residuales para ser utilizadas de nuevo, sobre todo en la agricultura pero también para otros usos. Incluso se puso un impuesto al consumo del agua, lo que educó a la población a considerarla como un bien preciado.

La Alemania de Adenauer “regó” con una enorme cantidad de dinero al Estado de Israel como reparación por el sufrimiento que aquel país había causado a los judíos. Con ese dinero se hicieron infraestructuras en Israel que han transformado desiertos en campos de cultivo hasta el extremo de que ahora exporta productos de huerta a otros países.

Ariel Dinar, del Banco Mundial, y David Zilberman, de la Universidad de Berkeley, han explicado en un trabajo conjunto[i] que la experiencia israelí con el riego por goteo “muestra el inmenso potencial de esta tecnología para ahorrar agua, mejorar los rendimientos y aumentar la productividad agraria”, pero también señalan que el riego por goteo ha de ser empleado allí donde está demostrada su utilidad y no en todos los lugares.

En primer lugar –dicen- el riego por goteo exige inversiones considerables por lo que es útil para cultivos de alto valor cuando los costes del agua son altos y su calidad es relativamente baja. De ahí que fuesen útiles las medidas que aumentaron el precio del agua. En el caso de Israel las comunas agrícolas voluntarias (kibutz) y las cooperativas rurales (moshav) se emplearon las más variadas técnicas para desarrollar la agricultura.

El riego por goteo es un sistema complicado que exige conocimientos mínimos por parte de los agricultores y un ejemplo es el valle de Giftlik[ii], pero también exige apoyo técnico cualificado que imparta formación profesional. La experiencia israelí –dicen los autores citados- demuestra que la introducción del riego por goteo no limita sus efectos a la gestión del agua; también impulsa la adopción de otras tecnologías complementarias que afectan a casi todos los aspectos de la producción agraria. De esta forma, al permitir un mejor control del crecimiento de los cultivos, puede llevar al desarrollo de sistemas informáticos intensivos en la agricultura.



[i] “Economía de las tecnologías modernas de riego: lecciones de la experiencia israelí”.

[ii] En Cisjordania, muy cerca de la frontera con Jordania.

(Ver aquí “¿Fue anterior la agricultura en el Negev?”.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario