sábado, 11 de mayo de 2013

La división del movimiento obrero en Alemania


Las simplificaciones que siempre se han hecho sobre la división de la sociedad en clases han venido a distorsionar la percepción de la realidad, pero la realidad sigue ahí, terca y sin dejarse arrinconar. La "clase obrera" no es un concepto unívoco, entre otras cosas porque muchos de los que han colaborado con ella no pertenecen a sus filas (intelectuales, personas guiadas por un sentido ético de la vida, etc.) y con la complejidad de las condiciones materiales de vida el movimiento obrero ha tendido a escindirse en varias ramas con matizadas posiciones e incluso con enfrentamientos más propios de quien lucha contra el enemigo de clase. 

Una de las etapas históricas en las que es más visible la división del movimiento obrero es en la Alemania de entre guerras. Los espartaquistas consideraron pronto a los socialdemócratas traidores a la clase a la que teóricamente decían representar, pero lo cierto es que el SPD alemán siempre tuvo muchos más apoyos entre los trabajadores que cualquier otra organización de izquierdas. Cuando en 1921 el congreso de la Internacional Comunista apruebe para los países capitalistas el "Frente Único Obrero", nada podía ser más ficticio. Y lo era porque la misma revolución soviética contribuyó a escindir el movimiento socialista, que ya lo estaba con la rama libertaria campando por sus respetos. ¿Como no alentar a un sector del socialismo europeo -y alemán por tanto- el que una revolución popular, aunque con la decisiva participación de parte del ejército, hubiese derrotado al zarismo, a la aristocracia, al capitalismo en Rusia y los territorios a ella adheridos?

La división del movimiento obrero en Alemania, como en el resto de Europa, no fue un capricho sino el resultado de acontecimientos históricos de trascendencia extraordinaria. Y cuando décadas más tarde se compruebe que aquella revolución soviética no era la que se había soñado (con excepción de las burocracias respectivas y sus seguidores paniaguados) las cosas volvieron a su cauce: muchos comunistas predicaron el socialismo "de rostro humano", volvieron a la socialdemocracia y/o crearon partidos que intentaron imitar las políticas del viejo SPD, a la postre el tronco del socialismo europeo por lo menos en el continente. 

Si el nacimiento de la URSS constituyó un factor de división en el movimiento socialista, el fascismo en general y el nazismo en Alemania contribuyeron también a aquella división. Primero porque ni unos ni otros (socialistas, comunistas, libertarios... ni tampoco las organizaciones conservadoras) entendieron que era aquello del fascismo hasta que se vieron sus resultados. Algunos teóricos han desarrollado interesantes aportaciones acerca de lo grave que fue esto, pues de haberse sabido cabalmente en que consistían los diversos fascismos que se abrían camino en Europa quizá se les hubiese podido combatir mejor. Las catástrofes de la primera guerra mundial y la crisis económica de 1929 hicieron lo suyo para desacreditar a la democracia, al liberalismo, a los sistemas parlamentarios y a quienes participaban en ellos, los socialistas también. 

El gobierno francés, con su chauvinismo, contribuyó a excitar el nacionalismo de muchos alemanes. La ocupación del Ruhr, después de la gran guerra ¿no se ha de considerar como una acto de bravuconería, violando el derecho y pisoteando un principio fundamental de la Sociedad de Naciones? Poincaré pudo satifacer los bajos instintos de muchos franceses, pero ni contribuyó a la paz ni a aliviar el sufrimiento de la población alemana, que sufriría una inflación rayana en la miseria. Si en 1919 los votos obtenidos por socialistas y comunistas sumaba el 45%, cinco años más tarde cayó al 33%. No es la única causa, porque hay razones económicas que explican el apoyo del SPD al partido del Centro Católico a partir de 1925, pero aquel sigue siendo el más fuerte del país y sobre todo en Prusia. Mientras tanto la política de Moscú con respecto al movimiento socialista occidental contribuye más a su división, al considerar -y así se reciben las consiganas en los partidos comunistas- que el fascismo y la socialdemocracia son hermanos "gemelos", y a partir de aquí el enemigo principal es el SPD. ¡Que poco se sabía de lo que representaba en nazismo!

Cuando el comunista alemán Thaelmann diga que "la dominación fascista ha sido ya establecida en Alemania por medio del gabinete de coalición de Mueller", del SPD, no queda ya casi nada para que la desunión sea total. Aunque el sindicalismo está todavía en manos del SPD, algunos autores han podido comprobar que los nazis tenían organizados a cien mil hombres que formaban parte de las Secciones de Asaltao, la violencia nazi por excelencia. Se valoró poco entonces lo que repesentaba el nazismo, porque de haberse sabido ¿se habrían permitido socialistas y comunistas debilitarse mutuamente? La cercana presencia de Moscú, posiblemente, hizo que las cosas no pudiesen ser de otra manera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario