domingo, 29 de septiembre de 2019

Torrigiano y Montañés

"San Jerónimo" de Torrigiano

Dos obras con el mismo tema tienen cierto parecido a pesar de que están muy separadas en el tiempo, como así mismo sus autores. En ambos casos se trata de “San Jerónimo penitente”, que nos han dejado Pietro Torrigiano y Martínez Montañés.

La de Torrigiano está realizada a tamaño natural, una de las dos obras en terracota de dicho autor, se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, y es obra de 1522, cuando llegó a dicha ciudad después de viajar por varios países de Europa: Roma, Siena, Amberes, Inglaterra y España, en este caso en Granada y Sevilla. Torrigiano fue alumno de Bertoldo di Giovanni, que al parecer fue el encargado de organizar la escuela de escultura de los Médici en el jardín de su palacio de la Vía Larga.

El “San Jerónimo” de Torrigiano mide 160 cm. y la arcilla ha sido cocida y policromada, realizada para el Monasterio de Buenavista. Vasari, en el siglo XVI, dijo de Torrigiano que “con más soberbia que arte, aún que mucho valía, vivía Torrigiano escultor florentino, que en su juventud estaba con Lorenzo de Médici el Viejo en el jardín…”. Añade que trabajaba bien la arcilla y que “al adquirir nombre de hábil autor, marchó a Inglaterra, donde al servicio de este rey, hizo infinitas cosas en mármol, bronce y madera; y trabajó en competencia con los maestros de este país, a los que a todos superaba”.

Añade Vasari que “si no hubiera sido tan altivo, hubiera llegado muy lejos, como al contrario pasó. Se dice que de Inglaterra pasó a España [sigue Vasari], donde realizó un crucifijo de arcilla… y fuera de la ciudad de Sevilla, en un monasterio de monjes de San Jerónimo, otro crucifijo y a San Jerónimo en penitencia acompañado del León (*); y retrató a un viejo despensero de los Botti, negociantes florentinos en España…”.
 
"San Jerónimo" de Montañés
Martínez Montañés, por su parte, nació en Alcalá la Real, hoy provincia de Jaén, trabajando en Alcalá, Granada y Sevilla (con toda seguridad conoció aquí el “San Jerónimo de Torrigiano). El de Montañés es obra de 1611, por lo tanto casi un siglo más tarde, y el material es madera policromada, con una altura de 160 cm. Se encuentra en el Monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce. 

El período de 1605 a 1620 generalmente se considera el más importante en la carrera de Montañés. Fue durante este tiempo cuando produjo, entre otras obras, el “San Jerónimo” para el nicho central del altar mayor del convento de San Isidoro del Campo, una obra que normalmente solo se habría visto desde el frente. Sin embargo, la figura está modelada cuidadosamente en todo su derredor, con una gran precisión anatómica, al igual que la de Torrigiano: en la de Montañés el brazo está tenso con una musculatura muy realista y las venas que se muestran debajo de la piel están escrupulosamente detalladas (http://www.wga.hu/index1.html).       

Hay, no obstante, un mayor barroquismo en la obra de Montañés, como es lógico, considerando además la importancia que este movimiento artístico tuvo en España en el arte religioso. La serenidad del “San Jerónimo” de Torrigiano es solo parcial, lo que quizá se deba al temperamento fogoso del autor y al hecho de trabajar para un convento sevillano.

(*) Hay una copia en el monasterio de Guadalupe, Cáceres, donde la escultura del santo aparece con un león, al que hace referencia Vasari.

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