jueves, 10 de septiembre de 2020

Guerrilleros y militares carlistas del cuadrante nordeste

 

                                                             Samper de Calanda (Teruel)

No fueron pocos los que se levantaron contra el liberalismo que representó la ocupación bonapartista de España, el trienio liberal de 1820-1823 y la guerra llamada carlista de 1833. Algunos incluso participaron en la segunda, llamada también de los matiners[i] entre 1846 y 1849 sobre todo en Cataluña.

Está claro que los carlistas eran de extracción popular, aunque estuviesen apoyados por varias categorías del clero y por cierta nobleza; muchos de los guerrilleros fueron verdaderos héroes, guiados por una fe ciega en la tradición, condicionados otros por razones familiares o geográficas, algunos más convencidos que otros e incluso provenientes algunos del ejército liberal (lo que demuestra cierta acomodación a los acontecimientos)[ii].

En este resumen no pretendemos hablar de los más conocidos, como Cabrera, Zumalacárregui, Forcadell o Serrador; más bien nos referiremos a los que han hecho la “pequeña historia” en sus localidades o en regiones enteras, pero con menos notoriedad que los citados.

Algunos fueron víctimas de sus propios correligionarios debido a desavenencias o traiciones, como es el caso del turolense Rafael Ibáñez, otros vivieron en final de su vida en el exilio, sobre todo Francia, otros reunían la condición de clérigos, como Jerónimo Merino o Benito Tristany, o estuvieron próximos a Cabrera, a quien sirvieron personalmente, pero otros fueron menos conocidos incluso en su época.

Algunos demostraron muy poco apego a la vida, negándose a facilitar información y aceptando estoicamente ser fusilados, como es el caso de Viscarro; un ejemplo de empecinamiento es el de José Maestre, aunque no el único, dirigiendo a los menos reflexivos de entre los carlistas; algunos fueron hacendados, otros conocían algún oficio, pero de muchos no se conocen sino sus hechos militares. Algunos fueron crueles, como Mariano Orteu y otros comandaron verdaderos ejércitos, como Juan José de Torres.

Algunos alcanzaron importantes grados militares en el ejército carlista, que luego pudieron hacer valer una vez alcanzada la paz, pero otros no aceptaron esta y huyeron sin aceptar indultos; e incluso uno, Juan de Dios Polo y Muñoz de Velasco, vivió tantos años que participó también en la tercera guerra carlista (década de los años setenta).

Rafael Ibáñez, hacendado de Fuentes Claras (noroeste de la provincia de Teruel), fue un jefe carlista que inició la sublevación en Aragón. Cabrera lo habría mandado fusilar por colaborar con Cabañero[iii] y preparar su desmovilización a finales de 1839.

Pablo Alió Anguera nació en Sarreal, unos 40 km. al norte de Tarragona, en 1810 y falleció en Francia. Estudió en el seminario de Tarragona y en 1835 se integró en las filas carlistas en el primer batallón de Tarragona que mandaba Manuel Ibáñez, Llarg de Capons. En 1836 se incorporó al ejército de la derecha del Ebro a las órdenes de Serrador. Cabrera, por la conquista de Morella, lo ascendió a capitán. En 1840 se exilió en Francia. En cuanto al llamado Llarg de Capons por el supuesto lugar de su nacimiento (Capons o Copons, Barcelona) nació en 1800 y murió en 1839, habiendo participado antes en el alzamiento de los malcontentos[iv] (1826-1827).

Jerónimo Merino Cob (Villoviado, al sur de la provincia de Burgos) nació en 1769 y murió en Alençon[v] en 1844, siendo uno de los guerrilleros más emblemáticos de la guerra de 1808, en la que alcanzó, en 1814, el cargo de gobernador militar, con grado de general, de la plaza de Burgos, aunque concluidas las hostilidades volvió a ser un simple cura de pueblo. En el Trienio retomó las armas contra los constitucionales y apoyó la invasión de Angulema. En la primera guerra carlista apoyó al pretendiente, dirigiendo el alzamiento carlista en Castilla la Vieja, y participó en los sitios de Morella y de Bilbao. Se exilió en Francia tras el Convenio de Vergara.

Domingo Arnau (Tortosa, 1811 – St. Llorenç de la Muga[vi], 1855) fue desterrado a Benicarló por la autoridad militar de Tortosa. Entonces, con otros legitimistas, se unió a la partida de Serrador. Ascendió a sargento y pasó a la división de Forcadell, donde ascendió a capitán por la acción en Ares del Maestre, al noroeste de la provincia de Castellón (1835). Su heroicidad comportó que lo nombrasen ayudante de Cabrera. Ascendió sucesivamente a coronel y Jefe del Estado Mayor de la división de Murcia en 1837, y en 1839 fue nombrado 2º comandante interino de Murcia. En 1840 pasó a ser comandante general de la división de Tortosa. Se exilió en ese año aunque, iniciada la guerra de los matiners, abandonó clandestinamente su lugar de residencia forzada y en 1848 entró en Cataluña por Osséja[vii] con Cabrera. Sin embargo, la persecución del Gobierno le hizo solicitar el indulto, tras lo cual se exilió nuevamente. Trató de regresar clandestinamente en 1855, cuando estuvo previsto un nuevo alzamiento carlista, pero al cruzar la frontera fue tiroteado y murió.

Román Bonet, Chambonet, apodo que recibió por el apellido de un militar carlista tío suyo, nació en Vinaroz, luchó contra el trienio, formó parte de la tropa de Forcadell y actuó especialmente en la los territorios de Tortosa. Por mérito de guerra ascendió a teniente coronel, y Cabrera lo colocó de primer comandante del tercer batallón de Valencia, hasta 1840.

Juan Bautista Viscarro nació en Ulldecona (extremo sur de la provincia de Tarragona), luchó con los agraviados de 1828 y en la primera guerra carlista formó parte de una división. En 1840 fue nombrado comandante del fuerte de Begís (suroeste de la provincia de Castellón). Después de exiliarse en Francia, entró clandestinamente en España en 1844, siendo detenido en Tortosa cuando se dirigía al Maestrazgo y de allí lo trasladaron a Vinaroz, donde fue fusilado tras negarse a confesar los motivos de su regreso.

José Maestre, natural de Morella, donde ejercía de tintorero, había combatido en la guerra de 1808 y en la del trienio, tras la cual fue capitán de los voluntarios realistas. En su casa se reunía la “tertulia de la alpargata”, en la que estaban los realistas más ortodoxos y con menos formación. Por su profesión tenía muchos conocidos ultras en el Bajo Aragón y, en contacto con Carnicer[viii], sublevó Morella a finales de 1833. En 1834 su partida fue disuelta y su prestigio se resintió. Acabó integrándose en la partida de Forcadell como jefe de batallón. En 1837 fue cesado por Cabrera del mando del quinto batallón de Valencia. Participó en la segunda guerra carlista.

Joaquín Andreu, Rufo, nació en Les Coves de Vinromà (provincia de Castellón); en 1835 levantó una partida en su pueblo y se integró en las tropas de Forcadell. Siendo capitán fue designado ayudante de Cabrera y con él formó parte de la expedición de Gómez[ix]. Alcanzó el grado de teniente coronel del ejército carlista. Murió en Valderrobres (en el extremo nordeste de Teruel) en 1838 como consecuencia de una herida que tuvo en la batalla de Maella, en el sudeste de la provincia de Zaragoza.

Juan de Dios Polo y Muñoz de Velasco (Córdoba, 1810 – 1885). En 1833 fue a Portugal siendo capitán en la expedición del general Rodil[x] y desertó a las líneas carlistas a fines de 1834. Formó parte del batallón de guías de Navarra, herido en la acción del Puente de Arquijas (en el extremo este de la provincia de Álava). Fue a Asturias en una expedición y también acompañó al pretendiente carlista en otra. En 1837 pasó al ejército de Cataluña, donde se distinguió en Berga (al norte de la provincia de Barcelona) y Ripoll (al oeste de la provincia de Girona). Después en el ejército de Aragón y se distinguió en la defensa de Morella y en la batalla de Maella. Por las conquistas de Caspe y Calatayud ascendió a general. Se exilió en Francia y luego se acogió a la amnistía concedida por la reina, así como a todas las recompensas y grados, volviendo a España en 1848. Participó en la tercera guerra carlista.

Francisco Eraso nació en 1793 en Garínoain (centro de Navarra) y murió a consecuencia de unas heridas en 1835. Había participado en la guerra de 1808 y más tarde fue comandante de los voluntarios realistas, uniéndose a los carlistas en 1833. A la muerte de Zumalacárregui tomó el mando del ejército del Norte durante algún tiempo.

Miguel Sancho, Fraile de la Esperanza, nació en Liria (Valencia) y siendo niño padeció frecuentes enfermedades. Cuando se curó de una especialmente grave, sus padres le vistieron con hábito de fraile, por lo que se le empezó a llamar “el Fraile de Esperanza”, por ser éste el nombre de su madre. Se sublevó en 1833 y marchó a Morella uniéndose a Carnicer en 1834. En ese año participó en el combate de Salvacañete (al este de la provincia de Cuenca), en el que resultó herido. Luego mandó una pequeña tropa que le encomendó Cabrera para que sublevase la provincia de Valencia. Más tarde aumentó su ejército y en 1837 se unió a Forcadell para saquear la provincia de Cuenca, consiguiendo un gran botín. Con Tallada intentó ocupar Liria pero sin conseguirlo. A partir de finales de 1838 tuvo algunos desencuentros con Cabrera, el cual le quitó las tropas a su mando.

Juan Pertegaz participó en la lucha contra el trienio alcanzando el grado de teniente de infantería. A finales de 1834 se retiró del ejército isabelino e ingresó en las filas carlistas. Mandó un batallón reclutado en Tortosa y formó parte del cuartel de Cabrera (Pertegaz fue el que le comunicó el fallecimiento de su madre). Destacó en la defensa del fuerte de Alcalá de la Selva (sureste de la provincia de Teruel) en 1840. Se acogió al Convenio de Vergara y le fue concedido el rango de teniente retirado. Había nacido en Cabra de Mora[xi] en 1802 y murió en Calatayud en 1857.  

Bautista Martí, Marçal, nació en Alcalá de Chivert (nordeste de la provincia de Castellón), llegando a coronel en la primera guerra carlista. En 1840 rechazó el indulto y continuó combatiendo, siendo traicionado por su entorno y entregado a las autoridades constitucionales, que lo fusilaron en 1844.

Luis Llagostera Casadevall fue general de la división de Aragón. Nació en Manlleu (nordeste de la provincia de Barcelona) y participó en la guerra contra el trienio liberal con la partida del barón de Eroles. En 1834, estando en Lérida, desertó al Bajo Aragón y se unió a Carnicer. Acabada la guerra se exilió en Francia donde murió.

Joaquín Quílez nació en 1799 en Samper de Calanda y murió en Muniesa en 1837 (ambas localidades en el norte de la provincia de Teruel). En el ejército carlista llegó a brigadier de caballería, habiendo servido antes en la Guardia Real, de donde fue expulsado en 1833 por sus ideas realistas.

Antonio Tallada y Romeu nació en Ulldecona en 1799, muriendo en Chichilla en 1838. Luchó en el trienio con Ramón Chambó y en 1824 estaba de guarnición en Alicante cuando se unió a los realistas, iniciando la guerra de 1833 en Valencia, desde donde mandó una expedición a Andalucía en 1838, cayendo prisionero en Borox (al norte de la provincia de Toledo). Fue fusilado en Chinchilla.

Miguel Sancho Gómez Damas (Torredonjimeno, Jaén, 1785 – Burdeos, 1864). Jefe de Estado Mayor de Zumalacárregui, dirigió la expedición que lleva su nombre saliendo de Amurrio en 1836.

Antonio Borgés, nacido en Vernet (sur de Francia) en torno a 1780, murió en Cervera (sureste de Lérida) en 1836, al ser fusilado después de ser detenido en Santa María de Meià (en el centro de la provincia de Lérida). Su hijo José continuó la guerra hasta exiliarse en 1840, habiendo combatido también en la guerra de los matiners.

Juan Antonio de Urbiztondo y Eguía (San Sebastián, 1803, falleció en Madrid en 1857). Marqués de la Solana, luchó contra los liberales durante el trienio y luego fue inspector de los voluntarios realistas. Trató de unirse a Don Carlos en Portugal, pero fue detenido en Mérida en 1833 y deportado a Puerto Rico, de donde huyó volviendo a España.

Bartolomé Porredón, Ros de Eroles, nació en Eroles (al oeste de la provincia de Lérida, en 1796, y murió en Clariana en 1847 (al este de la provincia de Lérida). Participó en la guerra contra el trienio, en la de los agraviados y en la primera y segunda guerra carlistas.

Mariano Orteu Altamir, canónigo en Barcelona, destacó en la 1ª guerra carlista siendo ayudante del conde de España[xii], al que no obstante disparó en 1839 junto con otros de sus colaboradores, acabando con su vida.

José Juan de Torres tenía sus escondrijos en la sierra del Montsec. En sus razias de 1836 arrasó buena parte de la Cerdaña. Los liberales le atribuyeron unos efectivos de 3.000 hombres, más que cualquier otro jefe. En dicho año, cuando intentaba pasar a Navarra, fue detenido con otros colaboradores en Casbas (Huesca). Junto con otros presos fue fusilado más tarde.

Benito Tristany, mossèn Benet, nació en Ardévol en 1794 y murió en Solsona (las dos localidades al este de la provincia de Lérida) en 1847. Sacerdote y general carlista, en 1822 dirigió una partida que ocupó Solsona, combatiendo luego en la guerra de 1833. En 1846 inició la segunda guerra carlista, siendo al año siguiente apresado y fusilado.


[i] Realmente no fue una guerra en el pleno sentido de la palabra. Un levantamiento popular formó un ejército que no podía competir con el ejército regular constitucional. La excusa para el levantamiento fue el fracaso de un intento de acuerdo entre Isabel II y el pretendiente Carlos Luis de Borbón, al que apoyaban también algunos sectores del moderantismo isabelino.

[ii] Véase aquí mismo “Los jefes carlistas” y “El ‘Tigre del Maestrazgo’”.

[iii] Juan Cabañero nació en Urrea de Gaén (norte de la provincia de Teruel) en 1800 y murió en Albalate del Arzobispo, muy próxima a la anterior, en 1850. Participó en la conquista de Zaragoza para los carlistas, pero derrotado poco después, llegó a un acuerdo con los liberales.

[iv] La excusa de los más conservadores del absolutismo fernandino dio origen a esta revuelta (agraviados) que reclamaban el restablecimiento de la Inquisición. Tuvo cierta importancia en Aragón, Valencia, Andalucía y las provincias Vascongadas.

[v] Noroeste de Francia.

[vi] Alto Ampurdán, norte de Girona.

[vii] En la Alta Cerdaña, territorio francés.

[viii] Manuel Carnicer nació en Alcañiz en 1790 y murió en Burgos en 1835, habiendo sido protagonista del alzamiento en Aragón.

[ix] Miguel Gómez nació en Torredonjimeno (Jaén) en 1785 y murió en Burdeos en 1864, habiendo participado en las guerras de 1833 y de los años cuarenta.

[x] José Ramón Rodil fue virrey de Navarra, habiendo nacido en Lugo en 1789 y falleció en Madrid en 1853.

[xi] Al sur de la provincia de Teruel.

[xii] De nacionalidad francesa se puso al servicio de Fernando VII durante desde la guerra de 1808.


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