jueves, 1 de septiembre de 2016

El reaccionario Pessoa




Su personalidad poética es tan sobresaliente que oscurece otras facetas, por ejemplo la política. Su juventud transcurrió fuera del país, mientras este sufría una importante transformación política e ideológica como ha ocurrido en otros países: Italia, Francia y España particularmente.

No siendo Pessoa integralista, dio su apoyo a los sucesivos regímenes autoritarios de Portugal. El poeta simpatizó con la figura del dictador militar Sidonio Pais, “presidente de la Repúbica por voluntad del destino y por el derecho de la fuerza”. Pessoa llamaba al régimen liberal “oligarquía das bestas”, esperando de la dictadura de Pais el gobierno de las fuerzas sociales y, en especial, de la burguesía. Intentó formular una teoría del sidonismo o república presidencialista nacional “que, por ser república, no rompe la continuidad del régimen y que, por establecer el poder personal, comienza a introducir uno de los principios fundamentales del régimen futuro y de la tradición portuguesa”.

También apoyó Pessoa el golpe militar de 1926 y al general Carmona. Para él, la democracia liberal era “un error” que “solo aparece en momentos de decadencia”. Era un régimen “antisocial”, “antipopular” y “antinacional”; la democracia es, para él, “una orgía de traidores”.

Para Pedro Pablo González Cuevas, hubo “un 98 portugués” (comparándolo con el español de la pérdida de Cuba) que tuvo lugar en dos momentos distintos: en 1890, cuando Portugal tiene que renunciar al sueño colonial ante la rotundidad del ultimátum británico; y en 1898 cuando Alemania y Gran Bretaña preparan un acuerdo secreto para repartirse las colonias portuguesas al sur del Ecuador. Cuando esto ocurre Pessoa es un niño, pero la crisis que sufrió la nación (sobre todo por parte de sus grupos dirigentes e intelectuales) se prolongó hasta el establecimiento de la República en 1910, cuando el poeta ya estaba en condiciones de hacerse su composición ideológica.

(Fuente: "Las derechas españolas ante la crisis del 98", P. C. Gnzález Cuevas).

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