martes, 29 de octubre de 2019

Un sarcófago del siglo III



Detalle del sarcófago de Jonás
El profeta Jonás citado en el Antiguo Testamento, es considerado tanto por el mundo cristiano como por el judío y el islam. Según dicha fuente Jonás desobedeció a Dios al no predicar en Nínive; muy al contrario, se embarcó en Jope (muy cerca de la actual Tel-Aviv) y se quedó dormido mientras la nave sufría todo tipo de contratiempos como consecuencia de una tormenta. La tripulación le despertó para que hiciese algo en relación a su dios, pero Jonás se sintió culpable por el incumplimiento de su misión en Nínive y pidió ser arrojado al mar. Un animal marino lo devoró y Jonás permaneció tres días en su interior, hasta que el dios de Jonás decidió que el pez lo vomitase. Hasta aquí el mito.

En torno al año 280 se esculpió este sarcófago de Jonás en piedra, que se encuentra en el Museo Pio Clementino del Vaticano[i]. Los relieves representan escenas bíblicas relacionadas con Jonás, asunto que tuvo gran importancia en los primeros siglos del cristianismo por la similitud que presentaban los tres días en que el profeta permaneció en el interior del pez con los tres días de Jesús antes de resucitar. Estas referencias a las andanzas de Jonás fueron conocidas pronto en Roma, de forma que se reprodujeron con varia fortuna tanto en pintura como en escultura.

En este sarcófago la leyenda de Jonás se representa en el registro inferior y parte del superior, donde también se representan escenas de la prisión de Pedro y de la resurrección de Lázaro. Algunas escenas esculpidas muestran como Jonás es echado al agua y tragado por el pez, y en otras se ve a Jonás regurgitado por el animal marino, tras lo cual Jonás descansa (desnudo como era propio de la cultura clásica) bajo un árbol. En el sarcófago también se representa a Noé en el arca.

El monstruo marino tiene, en este relieve, un cuerpo en forma de gruesa serpiente, cuyas partes se retuercen complicadamente, representado de forma casi simétrica, en un caso con la caída de Jonás en sus fauces y en la otra la salida del profeta.

Las ondas del mar están representadas de forma parecida a los estrígilos, y los demás personajes presentan un gran movimiento, con cierto naturalismo pero sin guardar proporciones en sus partes. Se observa el velamen de la nave muy simplificado, así como algún animal además del monstruo (un ave) y la escena de Jonás bajo el árbol interrumpe los dos registros.

El tratamiento de los vestidos es clásico, romano, con pliegues abundantes, combinándose detalles como un cesto, otros animales, recipientes, etc. En un extremo se representa un edificio cubierto a dos aguas donde solo se ve una columna, pero se puede hablar de “in antis”. Los cabellos de los personajes, aunque de forma simple, se representan de acuerdo con la influencia romana.



[i] Fue fundado por el papa Clemente XIV en la segunda mitad del siglo XVIII. En 1816 fueron devueltas algunas de las obras que se habían llevado a París a finales del citado siglo como consecuencia de la acción napoleónica.

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