lunes, 9 de diciembre de 2019

Utópicos españoles

Sixto Cámara (*)
Como en otros países, también en España hubo utópicos que fueron el precedente del socialismo en sentido amplio, pues luego esta ideología, como es sabido, se dividió en varias tendencias, explicadas por razones históricas en algunos casos.

En Cádiz desarrolló su labor ideológica y política Joaquín Abreu (1782-1851), que había sido oficial del ejército y diputado en Cortes en 1822. Conoció personalmente a Fourier en Francia (1833) durante un exilio que sufrió y a él debemos varios artículos publicados en el periódico de Algeciras, “El Grito de Carteya”. Más tarde esos mismos artículos fueron publicados por “El Vapor” de Barcelona, firmados con el pseudónimo “El Proletario”.

Una de las ideas del inspirador de Abreu era la del “trabajo atractivo”, que impediría que el trabajador estuviese condenado a la misma profesión, aunque por el empleo del término “proletario” parece que conocía la obra de Babeuf, más próximo a la idea de la lucha de clases y la agitación política. Abreu consideró justificado el incendio de la fábrica de Barcelona “Bonaplata” por la introducción de máquinas, que privaban del trabajo a una parte de los obreros, lo que generó indignación en los propietarios y en la patronal barcelonesa en general, que hicieron todo lo posible para impedir que Abreu publicase en “El Vapor”, pero “La Phalange”, órgano oficial de los fourieristas franceses, le elogió.

Abreu consagró su vida a la defensa y difusión del fourierismo en España: El Phalansterio de Fourier –dice- era y es, según su inventor, la teoría de una población construida con todas las reglas del arte para hacerla bella, cómoda y saludable a sus moradores… La libertad individual sería un hecho en ella; la propiedad y su libre uso estarían garantizados a sus dueños individuales de una manera indestructible.

En Madrid y en 1846, uno de los discípulos de Abreu, Fernando Garrido Tortosa (1821-1883) se relacionó con liberales progresistas como Sixto Cámara, Ordax Avecilla[i] y otros, que parece formaron el primer grupo de fourieristas en la capital. Excepto Ordax, fiel siempre al partido progresista, el resto pasó a engrosar las siglas del partido demócrata, donde las ideas socialistas se mezclaron frecuentemente con las republicanas.

En 1848 nació el periódico de Garrido, “La Organización del Trabajo”, cofundado con Federico Beltrán y cerrado dos meses más tarde por Narváez. Un año más tarde apareció “El Eco de la Juventud”, que se fusionó con “La Reforma Económica” de Ordax Avecilla y dio lugar a “La Asociación”. A través de estos periódicos el público madrileño pudo leer la doctrina de Saint-Simon, Proudhom, Louis Blanc y el mismo Fourier, pero sobre todo sirvieron para crear, en el interior del partido demócrata, una corriente socialista.

Garrido conoció en Inglaterra y Francia a líderes de relieve del movimiento democrático y radical europeo, volviendo a España con el comienzo del bienio democrático (1854-1856). Fundó entonces, con Cervera, “El Eco de las Barricadas”, estando el carácter de Garrido siempre más próximo al de un romántico exaltado e inquieto, al de un hombre de acción en el marco de la izquierda más radical de su tiempo. Ya en 1848 opinó en un artículo que el comunismo no era una amenaza, considerando que el único mal del comunismo era la desaparición de la propiedad privada y la destrucción del concepto tradicional de familia. Es más, quiso hacer compatibles el comunismo y el fourierismo.

Y sin embargo, en su obra “Españoles y marroquíes” salió en defensa del expansionismo africano del general O’Donnell. Fue un escritor fecundo, con obras relativas a las persecuciones políticas, las asociaciones obreras, los crímenes del despotismo, las clases trabajadoras, los progresos de la humanidad, la regeneración de España y una biografía de Sixto Cámara, además de artículos en la prensa.

Sus continuos viajes al extranjero le enriquecieron, profundizando en el owenismo, trabando amistad con personajes tan distantes como Manzini y Bakunin. “El socialismo y la democracia ante sus adversarios” (1862) es la obra que mejor define su concepto de socialismo, según los autores a los que sigo[ii]. El socialismo de Garrido cuadra con los principios generales del liberalismo, con la limitación de los derechos individuales a favor de los colectivos y con la agitación política. Su liberalismo está tan fusionado con el socialismo que muchos le consideran el primer socialdemócrata español.

Cámara, natural de Milagros (La Rioja), se trasladó a Madrid en 1843, donde se convirtió en un publicista del socialismo en “El Nuevo Espectador”. Vivió en la capital el auge del fourierismo y colaboró con el grupo de Garrido  y con Ramón de la Sagra[iii], este desde París. En 1849 publicó la visión de Thiers sobre la propiedad, “La cuestión social”, y en Lisboa, donde estuvo exiliado, escribió “La unión ibérica” (1859). La participación en las revueltas del bienio progresista la habían convencido de que la única solución posible era la “revolución pacificadora”. Cristiano como Donoso Cortés (tan distantes uno del otro) conceden a la Providencia no solo el mantenimiento del ser, sino la capacidad operativa dentro de la acción colectiva de los hombres. Cámara, en un artículo para favorecer al partido demócrata, invitó a colaborar a los labradores, jornaleros, pequeños propietarios, funcionarios públicos y quintos, en una amalgama de cristianismo y socialismo. Y apela “al Dios Totopoderoso para que sea Él… quien intervenga, a fin de coronar la revolución redentora”.

Sobre Cataluña nos informa Fernando Garrido en su “Historia de las clases trabajadoras”, donde dice que “como en Cádiz desde 1840, la idea social tuvo en Barcelona… apóstoles y propagandistas. Pero en Barcelona predominó la idea comunista de Cabet[iv]”. Varios publicaron en 1848 el periódico “La Fraternidad”, y después “El Padre de Familia”.

Según algunos el cabetismo fue precedido por las ideas de Fourier y Saint-Simon, circulando en Barcelona, ya en 1839, “La Revolución Francesa de 1830”, y a finales de la década de los cuarenta hay un reducido grupo de cabetianos. Aparte los periódicos citados por Garrido, sabemos que en 1848 F. José Orellana[v] tradujo “Viaje a la Icaria”, “De qué manera soy comunista” y “Mi credo comunista”, y que en 1849 Narcís Monturiol[vi] publicó un breviario de las doctrinas del maestro con el título “Reseña de las doctrinas antiguas y modernas”. Monturiol (1819-1885) fue el personaje central del grupo catalán, fundador y animador de “La Fraternidad” (1847). Desde sus páginas se predicó el credo comunista y apolítico de Cabet, en una Cataluña en vías de industrialización y apta para recibir ese mensaje.

Además, había en las posiciones de Monturiol un mensaje de paz basado en un cierto misticismo cristiano, que encajaba bien con la burguesía catalana, esencialmente católica y preocupada por la violencia de algunas asociaciones obreras después de 1840. Y hay un hecho capital en el cabetismo catalán: el interés de Cabet por la historia y la política del principado, ya que el órgano oficial de dicho movimiento en Francia, “Le Populaire”, aportó informaciones sobre el movimiento en España y publicó algunas cartas de seguidores españoles.




[i] Abogado que pasó del partido progresista al demócrata. Natural de Valderas (León), fue diputado por Valencia de Don Juan (León).
[ii] Andrés Gallego, J., Gambini, D., Scalia, G., Flores, M.J., “La cultura española del siglo XIX…”. En un capítulo de esta obra se basa el presente resumen.
[iii] Nació en A Coruña en 1798 y murió en Neuchâtel (Suiza) en 1891. Sociólogo, botánico y pensador socialista.
[iv] Étienne Cabet fue un representante del comunismo cristiano en la Francia del siglo XIX, pero también anticlerical.
[v] Nació en Albuñol (sureste de la provincia de Granada) en 1820 y murió en Barcelona en 1891. Escritor que estudió diversas ciencias sociales, periodista, demócrata y socialista.
[vi] Nació en Figueras en 1819 y murió en San Martín de Provensals (Barcelona) en 1885. Además de inventor fue un seguidor de Cabet y, por lo tanto, del socialismo de influencia cristiana.
(*) http://amantesdelahistoria-aliado.blogspot.com/2018/01/sixto-camara-un-revolucionario-olvidado.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario