martes, 29 de noviembre de 2022

Jefes militares en América latina

 

                                                            eldiario.net/diario/sigl.html

Es correcto decir que las guerras de independencia americanas de la monarquía española fueron guerras civiles, no solamente porque los ejércitos enfrentados estaban formados por peninsulares y americanos, sino porque en los ejércitos patriotas hubo disensiones, enfrentamientos y guerras que alargaron el proceso. La idea simplista de que hubo solo dos bandos, uno realista y otro patriota, no obedece a realidad alguna.

Sobran los ejemplos para confirmar lo dicho, pero aquí nos vamos a referir a Andrés de Santa Cruz, nacido en 1792 de padre español y madre mestiza, heredera esta de un cacicazgo o curacazgo, por lo que pertenecía a la nobleza española[i] y a la andina. El mismo Santa Cruz primero luchó en los ejércitos del rey de España hasta que fue derrotado, y bien por conveniencia, por convicción o por sentido de la realidad (corría el año 1820 y las cosas pintaban mejor para los patriotas) se pasó al bando que había combatido desde 1815, si bien siendo entonces muy joven.

La independencia de Perú y Bolivia, como otros casos[ii], se produjo en combinación de las fuerzas partidarias de la independencia, pero con no pocas desavenencias y traiciones entre ellas. Un ejemplo es la guerra federal entre el sur y el norte, con participación indígena, que enfrentó a ejércitos peruanos, bolivianos y argentinos, contra ejércitos chilenos y argentinos entre 1836 y 1839, por lo tanto cuando ya los ejércitos españoles se habían retirado de sus antiguas colonias[iii]. Parece que Santa Cruz siempre aspiró a una confederación o unión entre Perú y Bolivia (este último país fue conocido durante mucho tiempo como Alto Perú), y el mismo Santa Cruz llegó a ser Presidente del Gobierno peruano durante el mandato de Simón Bolívar; luego aspiró a presidir el país pero fue elegido José de la Mar (1827), dedicándose entonces a conspirar junto con otros hasta conseguir destituirlo. De la Mar había estado al servicio del Virreinato del Perú, luchó en el ejército realista antes de pasarse a los patriotas, y como queda dicho, fue Presidente del Perú después de haber colaborado con Bolívar en tareas gubernativas. Parece un ejemplo más de guerra civil entre americanos, pero hay muchos otros.

A Bolívar se le considera en América latina “el libertador”, pero lo cierto es que su política de unión territorial en la Gran Colombia fue traicionado por sus colaboradores, entre los que se encuentra José de la Mar. El protagonismo de estos caudillos durante las guerras de independencia de la metrópoli española les encumbró social y políticamente, razón por la que aspiraron a llevar adelante sus propios proyectos, en muchos casos personales, como ocurrió en España tras las guerras de 1808 y 1833.

No se entiende la historia política de América latina de los siglos XIX y XX sin tener en cuenta el protagonismo del ejército, un estamento que pretendió sustituir o colaborar con las aristocracias respectivas, con los hacendados o dueños del dinero y con las potencias europeas emergentes, particularmente Inglaterra y Francia.

A tal punto esta interpretación se puede considerar correcta que fueron muchos los casos en que, independientemente de las políticas llevadas a cabo, en ocasiones modernizadoras, la pretensión de perpetuarse en el poder fue constante, como constante la sucesión de constituciones políticas hechas al dictado del grupo hegemónico en cada momento; y de ahí los continuos golpes de estado, asonadas, pronunciamientos y guerras civiles que lastraron a las jóvenes repúblicas. El periplo vital y político de Andrés de Santa Cruz antes, durante y después de la independencia de Perú y Bolivia, muestra en una sola persona lo que decimos, hasta el punto de que de exaltarlo pasó a ser denostado.

Son pocos los casos en los que, tras unos años de servicio al Estado, se produjo una retirada ordenada a los empleos civiles o militares correspondientes. La permanente tentación de los jefes militares (incluso los de mediano escalafón) a interferir en la vida política de los países es evidente.



[i] El ascendiente más antiguo conocido era oriundo de la actual provincia de Cáceres, y ya estaba al servicio del Rey, como militar de alta graduación, a finales del siglo XVII.

[ii] Los Estados que formaron la Gran Colombia, los territorios del istmo americano, el conflicto bonaerense con las provincias, el caso de Venezuela, etc.

[iii] Aunque se suele hablar de reinos y no de colonias cuando se trata de Nueva España, Perú, Guatemala, etc., en otros casos se acepta el término colonia en un sentido amplio. La batalla de Ayacucho, en 1824, se considera la última derrota militar española.

No hay comentarios:

Publicar un comentario