martes, 18 de julio de 2017

Volúbilis y Cesárea

Arco de Volúbilis

Estas dos ciudades de época romana se encuentran, Volúbilis, en la antigua Mauritania Tingitana, habiendo sido un asentamiento libio púnico con anterioridad. En la Mauritania Cesárea se encuentra Cesárea, construida sobre la fenicia Iol y que hoy se identifica con Cherchel, en la costa argelina.

Volúbilis tuvo un primer momento de prosperidad en tiempos del rey Juba II, habiendo dado las excavaciones dos fases de época romana. En el nivel de Volúbilis I quizá solo fue una ciudad federada a Roma; más tarde, al alcanzar con el emperador Claudio el grado de municipio, se desarrolló el urbanismo que hoy nos ha quedado, con lujosas casas privadas. Entonces empezarían a llegar a la ciudad los “publican”, hombres de negocios que revolucionaron los sistemas de producción, comercialización y distribución de sus riquezas.

La ciudad estuvo rodeada por una muralla construida en el siglo II de nuestra era, con 500 metros de perímetro y 1,5 de espesor. Constaba de ocho puertas y 34 torres. Su centro fue el foro, que adquirió su forma definitiva en el siglo III (20 por 30 m.), rodeado de pórticos. Anteriormente este lugar estaba ocupado por dos templos de los que se han encontrado restos (Volúbilis I). Al este del foro se encuentra una basílica de cinco naves y al sur de esta basílica se encontraba el Capitolio, en el centro de una pequeña plaza que daba acceso a un templo, posiblemente hexástilo períptero sobre podio. También contaba en la zona central de la ciudad con unas termas y, al norte, al inicio de una vía porticada, un arco (de Caracalla y Julia Domna, madre del primero) donde había otras termas.

Constaba de un solo vano con cuatro columnas salientes en cada fachada y estaba adornado con medallones que representaban retratos de la familia imperial. Con este arco se iniciaba la avenida porticada, con casas donde se han conservado excelentes mosaicos y esculturas. El llamado palacio de Gordiano debió de ser la residencia del gobernador, iniciándose su construcción a principios del s. III y luego en etapas posteriores se modificó su aspecto: es un edificio suntuoso con termas propias y zonas ajardinadas.

Cesárea también tuvo un momento de esplendor con Juba II, habiendo dado las excavaciones una muralla de 7 km. de longitud, con puertas monumentales que fueron reconstruidas varias veces. En el centro el foro, cuyo definitivo trazado es de finales del s. II o principios del III. Cerca del foro se levantaron varias termas, contando la ciudad con un anfiteatro de finales del siglo II. Las llamadas termas occidentales son las más monumentales, con 115 or 70 metros, ocupando un área de más de 8.000 m2. Estaban construidas con mármoles y adornadas con mosaicos y estatuas.

En el área del foro había un teatro, construido a finales del s. I a. de C.: su cávea consta de 27 hileras y tenía una capacidad para más de seis mil espectadores. Más adelante fue convertido en anfiteatro, aunque hay otro en la parte oriental de la ciudad con unas dimensiones de las mayores del mundo romano (100 m. en el eje mayor y 44 en el menor, alcanzando una superficie de más de 4.000 m2.). A las afueras de la ciudad se construyó, entre los siglos II y III un circo.

Se han encontrado además restos de varios templos dedicados a Isis, Esculapio, Belona… cultos orientales que demuestran la mezcla cultural en la ciudad. También un monumental retrato de Augusto de acuerdo con el culto al emperador que en esta ciudad tuvo una importancia especial, pues quiso emular a la propia Roma.

Las termas de Cesárea tienen planta regular y simétrica, con una entrada por la que se accedía al frigidarium y, separado por una estancia, el caldarium. A los lados del frigidarium dos vestíbulos y otras estancias que demuestran la importancia de esta ciudad en sus momentos de mayor esplendor.

Estas ciudades, junto con otras del norte de África, vivían del trabajo en los campos que estaban dominados por ricos terratenientes, pero la mano de obra no era esclava (genreralmente). Los latifundistas arrendaban lotes de tierra a colonos libres: el saltus rodeaba a la villa del gran señor y, alrededor, las viviendas humildes de los colonos (circuncelliones). Estos colonos debían entregar un tercio de la producción al señor, antes de que llegase la gran crisis de los siglos III y IV, aquel abandonase la villa y la encomendase a intendentes o conductores, que se dieron a la rapiña y rompieron con la norma explicada, convirtiendo a los antiguos colonos en esclavos. Antes de esto la forma de vida contrastaba con la existente más al sur, donde dominaban las tribus nada o poco romanizadas. Los productos del campo fueron los cereales, las frutas, la vid y el olivo, mientras que del mar derivaban las industrias de salazones. Para mantener una rica agricultura se construyeron grandes pantanos y una red de canales y esclusas. 

(Fuente: "África romana", Pilar González Serrano).

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