Las fuentes para conocer la personalidad y obra de Juan el Bautista son los Evangelios y el Corán, que lo reconoce como un profeta. Esto no debe extrañarnos, pues la religion islámica nace en medio del contexto histórico de las otras dos grandes religiones monoteistas y reveladas: el judaísmo y el cristianismo.
Juan el Bautista era un judío que vivía ascéticamente. El evangelista Lucas nos da importante información sobre él. Es curioso que entre Juan y los esenios se dio ya la dicotomía que acompañaría al cristianismo posterior: mientras Juan era un predicador (la Iglesia secular) los esenios vivian apartada y pobremente (la Iglesia regular). Parece ser que, sabiendo Juan de las obras de Jesús le reconoció como Mesías, lo que sin duda contribuyó a que se consolidara esta condición a favor de Jesús.
Como no sabemos exactamente el año del nacimiento de Jesús (se apunta a que en el año 4 antes de Cristo) no sabemos tampoco el de Juan, pero el Corán aporta un dato según el cual Zacarías, padre de Juan, al enterarse del embarazo de María pidió a Dios (el Dios de los judíos) tener un hijo, naciendo así Juan. En todo caso el Corán fue escrito siglos después de la vida de Juan y de Jesús, por lo que es una fuente histórica solo hasta cierto punto.
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