martes, 5 de marzo de 2019

La justicia en el Ática antigua

Ostrakón para emitir el voto en un juicio (1)

En un primer momento de la historia griega antigua, nueve arcontes eran los jueces superiores en Atenas, dictando sentencias como en el caso del “praetor” romano. Con Solón[i], en la primera mitad del siglo VI a. de C., que estableció el recurso de apelación, dictar sentencias fue derivado en gran parte a jurados populares. No obstante, un caso de familia podía presentarse ante un arconte, una ofensa religiosa ante el rey, un asunto relativo a extranjeros ante el polemarco[ii] y una queja militar ante los generales…

Los jurados populares estaban formados por un cuerpo de 6.000 ciudadanos que, por lo menos, hubiesen cumplido treinta y dos años. Dicho cuerpo estaba dividido en diez secciones y, en todo proceso, hubo una gran preocupación por evitar el soborno y la intimidación. Según el asunto de que se tratase, podían formar parte de una sentencia judicial entre 201 y 401 jurados, 1.001 a 2.001 o más de 2.501, siendo el número siempre impar para evitar empates y estando representadas todas las tribus. En la práctica, seguramente las sentencias eran dictadas por menos jurados de los que la norma establecía.

Las cuestiones privadas solo podían ser promovidas por las personas afectadas, mientras que las que afectaban al Estado cualquier ciudadano podía promoverlas. En los asuntos de índole primado el demandante podía ser castigado pecuniariamente si se demostraba que su denuncia no tenía fundamento (un óbolo por cada dracma reclamada), pero el demandante podía pedir un castigo de otro tipo o simplemente una declaración que le diese la razón.

Un caso típico es el del demandante que, en compañía de dos testigos, cita al demandado para que comparezca ante el arconte o ante el jurado popular, según los casos. Las partes quedan comprometidas a pagar las costas del juicio y se fija un día para proceder a una investigación preliminar[iii]. Las partes en litigio juran decir la verdad y el magistrado pone sobre la mesa las pruebas encontradas, así como documentos, textos legales, etc. Las mujeres y los niños eran excluidos del testimonio y los esclavos podían ser admitidos bajo tortura y cuando las dos partes lo aceptaban.

Vienen luego las alegaciones de las partes, correspondiendo el primer turno al demandante, pudiendo pedir que los amigos de cada uno den testimonio según les parezca (los abogados estaban prohibidos) y los oradores tenían turnos que se repartían por tiempos medidos por una celpsidra (reloj de agua)[iv]. Acabados los discursos los jurados proceden al voto (en el caso de jurados populares), estando provistos cada uno de dos discos de bronce (al menos en el siglo IV a. de C.), uno de ellos con un cilindro en hueco para condenar y otro con un cilindro en relieve para absolver. En dos urnas se depositaban los discos, en una de ellas se depositaba el disco que pretendía absolver o condenar y en la otra el disco que no cumplía ninguna de las funciones antedichas. Si al comprobar el contenido de la urna útil, hay empate, el acusado es absuelto (lo que en teoría no ocurriría en el caso de jurados populares). Si el demandado resulta culpable los magistrados determinan la sanción teniendo en cuenta la exigencia del demandante y la que está dispuesta a aceptar el demandado, que siempre será menor. El juicio puede volver a repetirse si se demuestra que los testigos han incurrido en perjurio.

Lógicamente, la administración de justicia se fue acomodando a las necesidades de cada tiempo, pero seguramente con mucha lentitud, salvo en la época de Solón con sus reformas. Las formalidades serían respetadas en unos casos y no en otros, pero seguramente ello llevó a muchos juicios fallidos y que se tuvieron que repetir. Es evidente que una gran cantidad de ciudadanos atenienses estaban implicados en la administración de justicia, de lo que da idea de los 6.000 que formaban parte de los jurados populares, pero también debe considerarse que algunos se inhibirían. Siendo la esperanza de vida mucho más baja que en la actualidad, a los cuarenta o cincuenta años muchos magistrados fallecerían, por lo que nuevos ciudadanos eran llamados a formar parte de los tribunales. Con todos los defectos (como el de excluir de testimonio a mujeres y el trato dado a los esclavos), es evidente que en el Ática antigua se desarrolló una justicia muy diferente a otros estados de la misma época.  



[i] Además de legislador fue poeta. Su gobierno tuvo lugar en una época en la que en Ática se dio gran concentración de riqueza en manos de unos pocos (eupátridas). Su constitución de principios del siglo VI a. de C. pretendió favorecer al campesinado pobre.
[ii] En un primer momento dirigía el ejército, pero luego perdió esta función a favor de los estrategós.
[iii] El presente resumen está basado en la obra de A. Petrie, “Introducción al estudio de Grecia”.
[iv] Ver aquí mismo “¿Cómo medir el tiempo por la noche?”: https://poiopoio.blogspot.com/2012/01/como-medir-el-tiempo-por-la-noche-para.html

(1) https://www.historiaeweb.com/2019/01/15/justicia-en-la-antigua-atenas/ 

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