martes, 30 de julio de 2019

Un jurista musulmán polémico



En la antigua Mentesa Bastia, luego La Guardia[i], en la cora de Jaén, nació el que sería importante jurista musulmán Isa Sahl (1022), cuando el califato cordobés estaba en plena descomposición y se iba a dividir en lo que los historiadores han llamado primeras taifas. Es una población serrana, en el extremo occidental de sierra Mágina (1).  

Isa Shal fue miembro de un recio linaje árabe originario de Arabia del norte, algunos de cuyos miembros entraron en al-Andalus durante los primeros años de la conquista, asentándose en el distrito Bérchules[ii] y las Alpujarras, en la cora de Elvira. Su padre fue ulema e influyó mucho en el hijo, según ha podido saber Rocío Daga Portillo[iii], formándose Isa Shal en Jaén, Toledo, Córdoba y Granada, dejándole una fuerte impronta haber vivido en Toledo, ciudad con un alto porcentaje de población no musulmana.

Como jurista, Isa Sahl tuvo una personalidad estricta y firme, defendiendo siempre a la religión islámica incluso con violencia, en lo que quizá influyó la pésima situación social, política y religiosa del país, a caballo entre el fin del califato y las primeras taifas. Dominó diversas disciplinas y se mantuvo fiel a la ortodoxia malikí, desarrollando una labor crítica y purificadora de este sistema de elaboración del derecho. Se mantuvo al margen de la polémica que protagonizaron al-Bayi e Ibn Hazm: este fue acusado de propagar doctrinas contrarias al malikismo, por lo que al-Bayi fue encargado de que se opusiese a ello, consiguiendo que Ibn Hazm fuese expulsado de Mallorca, pero al-Bayi sufrió también la oposición de algunos ulemas (se discutía si el Profeta era o no analfabeto).

Isa Sall cultivó la poesía, pero ante todo fue un jurista destacado: se encontraba en Baeza en 1052 y ya debía ser cadí, o bien era muftí[iv]. Luego se le encuentra en Córdoba estudiando el caso de la rebaja de impuestos de los huertos habús (improductivos). En 1063 se encontraba en Toledo y años más tarde Isa Sahl fue reconocido en un pleito donde defendía opiniones jurídicas distintas de otros. De esta ciudad tuvo que salir huyendo por ciertas desavenencias con el cadí, llegando a Córdoba.

Antes, sin embargo, había ido al Magreb y, según la autora a la que sigo, no volvió nunca más a Córdoba. El señor de Ceuta lo acogió en la ciudad nombrándolo jefe de los alfaquíes, por lo que pudo desarrollar una amplia labor docente. Este señor de Ceuta había roto los lazos de clientela con los hamudíes de Málaga, proclamándose independiente en 1065, año en que demostró su gusto por rodearse de poetas, sabios y alfaquíes. Isa Sahl fue cadí en Tánger y Mequinez, ciudades que caerían más tarde en poder almorávide, y Ceuta se rendiría a ellos en 1082.

Nuestro jurista, por tanto, fue cadí con los almorávides, lo que indica que quizá se sintió influido por el reformismo norteafricano. En 1083 parece que Isa Sahl actúa como muftí para el juez de Tánger en un litigio entablado en Sevilla y, pocos años más tarde, le vemos conspirando a favor de los almorávides contra el rey de Granada, a pesar de que se le intentó sobornar para que actuase en sentido contrario. Ya con los almorávides en el poder de al-Andalus, Isa Sahl fue nombrado cadí de Granada, pues fue aliado insustituible para el éxito almorávide en dicha ciudad. No hay que olvidar que nuestro jurista venía de tierras africanas, y cabe pensar que podría haberse confabulado ya con los almorávides. Isa Sahl fue uno de los que les dio la bienvenida, pero el emir almorávide confió más en sus fuerzas que en los oficios de Isa Sahl y otros.

Lo cierto es que el rey granadino, Abd Allah, fue depuesto en 1090 y esto fue apoyado tanto por los alfaquíes del Magreb como los de Granada, habiendo sido el principal agente Isa Sahl, que no vio recompensado su esfuerzo, pues el almorávide Yusuf b. Tasufin, en un primer momento, lo mantuvo en su cargo, pero luego lo destituyó, al parecer por estrictas sentencias contra los mismos almorávides. Se le permitió permanecer en Granada, donde murió en 1093, habiendo defendido durante su vida la más estricta tradición islámica, tanto a la sombra de los reyes taifas como cuando entregó el reino granadino a los almorávides.



[i] En la actual provincia de Jaén.
[ii] Hoy al sur de la provincia de Granada, pero no en la costa.
[iii] “Entre taifas y almorávides…”.
[iv] Cadí equivale a juez, y muftí quien sus decisiones son consideradas como leyes.
(1) Ver aquí mismo "Musulmanes en Sierra Mágina" 1 y 2.

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