domingo, 31 de enero de 2021

El señor marqués no trabaja

Al sur de la provincia de Alicante se encuentra Orihuela, a orillas del río Segura. Río abajo, en el lado norte está la villa de Rafal, que dio nombre a una casa señorial, la de Rafal/Via-Manuel. Varias familias de la pequeña nobleza propietaria habían adquirido el marquesado de dicho nombre a comienzos del siglo XVII, según han estudiado Jesús Millán y Rafael Zurita[i]. Desde entonces, y aun habiendo tomado partido por el archiduque Carlos en la guerra de sucesión a la corona de España, un siglo más tarde, la familia se integró en el círculo de la aristocracia española desempeñando cargos cortesanos.

Los Rafal, sin embargo, no eran poderosos señores de vasallos sino, ante todo, grandes propietarios de tierra en el bajo Segura. Aunque contaban con algunos pequeños señoríos, gran parte de su fortuna se localizaba en tierras de realengo, por lo que su patrimonio estuvo a salvo de la problemática señorial cuando se produjo la legislación sobre la materia en el siglo XIX. A finales de éste siglo la actuación de éste linaje en la política le confirmó en la cúspide social.

A mediados del siglo XVIII el marquesado de Rafal obtenía en el bajo Segura unas 13.000 libras de renta a partir de los señoríos que, además de jurisdicción, incluían monopolios comerciales, y una superficie como dominio directo de la que el señor percibía censos fijos en metálico. En Rafal y Granja de Rocamora (algo más al norte esta localidad) el señor participaba en el diezmo, y en Benferri (algo más al oeste) el señor explotaba tierras en secano y, en un determinado momento, el señor llevó a cabo contratos enfitéuticos. Entre 1736 y 1770 (aproximadamente) las rentas obtenidas en Rafal fueron en aumento para disminuir luego; en Granja de Rocamora también fueron en aumento las rentas (aunque con algunas oscilaciones) entre 1762 y 1794 para descender después; en Benferri el aumento de las rentas fue moderado entre 1752 y diez años más tarde. Pero en el primer tercio del siglo XIX dichas rentas sufrieron un desplome, bastante común –dicen los autores citados- en los señoríos valencianos.

Pero esto no es todo: un señorío en propiedad plena (Puebla de Rocamora, al este de Rafal), que abarcaba 240 Ha. de huerta, estaba destinado a arriendos a corto plazo, representando en 1777 por éste concepto el 12% de la casa de Rafal, siendo importantes pagos en especie[ii]). Las fincas arrendadas en tierras de realengo, a mediados del XVIII, suponían al menos 28 de huertas (unas 699 Ha.) que rentaban 5.500 libras al año, mientras que 865 Ha. de secano (7 fincas) rendían solo 200 libras. Todo ello significaba un 44% de los ingresos, a los que hay que añadir propiedades urbanas en realengo y censos sobre municipios (Orihuela y Almoradi[iii]).

Los Rafal, así, formaron parte de un escalón superior al de otros influyentes propietarios ennoblecidos de la zona, máxime cuando enlazaron con los Vía-Manuel. En 1808, según la administración francesa, la casa de Rafal percibía 40.000 libras al año, el triple de lo que constituían sus ingresos medio siglo atrás, lo que no evitó que la familia, como otras nobles, sufriese un fuerte endeudamiento[iv]: en el mismo año, más de 13.000 libras sin incluir otras “de consideración” con ciertos comerciantes de la Corte.

En los señoríos los ingresos dependían, sobre todo, de las regalías y, en las áreas de enfiteusis, de los luismos (pagados al señor cuando enajenaba tierras u otras posesiones dadas en enfiteusis). Eran ingresos muy vulnerables por las oscilaciones demográficas, llevando a cabo la casa una política “poblacionista” en Benferri, al restringir la facultad del arrendatario para prescindir de la multitud de modestos “terrajeros” que cultivaban las tierras. Pero el declive demográfico afectó sobre todo a Rafal, que perdió casi un tercio de su población entre 1787 y 1857; La Granja (al norte de Rafal) perdió el 6,6% de sus vecinos, pero en Benferri se registró un amento del 21% debido a un cambio sustancial de la propiedad. Las regalías y los luismos fueron cuestionados con la legislación de Cádiz, lo que se tradujo en largas épocas sin percibirse o entraron en un declive definitivo.

La casa de Rafal fue incapaz de contener la crisis del ciclo agrario cuando se sufrieron epidemias, entraron en competencia otros productos y vinieron malas cosechas, además de la presión fiscal a lo largo del siglo XIX. Con todo, durante el régimen de la Restauración, seguían los miembros de la familia codeándose en la Corte con la alta política española.


[i] “Élites terratenientes y tipos de caciquismo…”.

[ii] En especial 100 cahíces de trigo cuyo valor podía rondar las 1.300 libras. El cahíz es una medida de capacidad equivalente a 690 kg., pero con la misma denominación se daban equivalencias distintas en otras partes.

[iii] Al este y muy cerca de Orihuela.

[iv] Jesús Millán y Rafael Zurita aportan una “Nota de los descubiertos en que se hallaba la Casa de la Excma. Sra. Marquesa de Rafal… al tiempo de su fallecimiento [febrero de 1808]”.

Mapa tomado de Wikipedia.

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