domingo, 1 de enero de 2023

Las difíciles tierras intermedias

 

                                         Quebrada de Humahuaca (fotografía de Tripadvisor)

El río Grande[i] discurre por un valle entre montañas y tierras altas desde el yacimiento arqueológico de los Amarillos[ii], Campo Morado, Angosto Chico, Pucara de Huella y otros, pasando por las poblaciones de Huacalera, Tilcara, Volcán y San Salvador de Jujuy, en el noroeste de la actual Argentina. Por la quebrada de Humahuaca llegaron los incas a dominar esta región.

Toda esta zona, incluida Tucumán, es lo que los jesuitas consideraban territorios de sus misiones del Paraguay, pero para llegar a Tucumán se hizo desde el Virreinato del Perú una vez este fue constituido en 1542, y a fines del siglo XVI ya estaban allí los jesuitas, tal y como podemos saber, entre otras fuentes, por Pedro González de Prado[iii], que en 1589 presentó en el Cuzco su visión de lo que había conquistado en Tucumán. Con anteriroidad había participado en una expedición a cuyo mando estuvo Diego de Rojas, la cual atravesó la cordillera andina y llegó a lo que posteriormente se llamó Tucumán, donde residían indios belicosos, y no serían los únicos, pues en Macajar[iv] varios cientos de indígenas se enfrentaron a los españoles, siendo González de Prado uno de los pocos supervivientes.

A partir de este momento la Corona está informada regularmente de lo que ocurre en Tucumán, gracias a la buena labor de Ramírez de Velasco[v], el cual fue designado por el virrey del Perú como gobernador de Paraguay en 1595[vi]. Es curioso que mientras unas fuentes hablan de la desolación y falta de riqueza de Tucumán, los jesuítas pintan la región como próspera y rica, seguramente para que no se les pusieran obstáculos para la evangelización. E igualmente ocurre con la población: las autoridades civiles hablan de indígenas rebeldes y hostiles mientras que los jesuitas, que “los reciben con alegría y, además, piden que se instalen entre ellos”. Así opina en una carta el P. Alonso de Barzama[vii] (jesuita) al P. Juan Sebastián, fechada en la Audiencia del Paraguay en 1594.

Los jesuitas incluyeron Tucumán dentro de su provincia de Paraguay, argumentando que eran muchas las distancias del virreinato del Perú para no hacer una compartimentación; así mismo se hizo con Quito hasta Panamá y las tierras de Nueva Granada, la Audiencia de Charcas con Santa Cruz de la Sierra desde Chuquisaca y Potosí hacia el Tucumán y Río de la Plata. La provincia de la Sierra incluyó misiones organizadas en el Tucumán, sin embargo su creación no se llevó a cabo, y sí en la provincia jesuítica del Paraguay[viii]. También se creó un espacio misional en la región de Humahuaca a partir de la última fundación de la ciudad de Jujuy.

La Corona confió en los jesuitas dada la eficacia que venían demostrando en la ocupación del terreno y asentamiento de la población indígena en el mismo, haciendo que esta realizase ciertos servicios que luego se consideraron abusivos: así ocurrió en el Colegio de Santiago de Chile, y unas ordenanzas de 1611 del oidor de Charcas, Francisco de Alfaro, excluyeron el servicio personal de los indios encomendados y se fijó el tributo a una tasa más baja (ambas medidas atribuidas al influjo de los jesuitas).

Posteriormente surgieron conflictos con el territorio colonial portugués y disputas de poder entre el clero secular, todo ello debido al incremento de la sociedad colonial rioplatense, sobre todo en la zona del litoral, y al nuevo vigor estatal español en las Indias. Cuando se produjo la expulsión de los jesuítas en 1767 se pudieron comprobar las numerosas referencias a visitas a Humahuaca realizadas desde las ciudades de Salta y Jujuy, mientras que las tierras localizadas al este de Humahuaca, zona de frontera y de tránsito hacia el Chaco, pesentan una escasa población de originarios. Salta tuvo muchos pueblos, y más Jujuy, mientras que desde Cura se sacaban “crecidos emolumentos de las obvenciones”.


[i] Su nombre no se refiere a la longitud, pues no llega a los 300 km., sino a las grandes crecidas que exerimenta en los meses lluviosos del verano.

[ii] Se trata de un centro metalúrgico de época incaica, pero el asentamiento es anterior al dominio de los incas. En los demás casos se trata más bien de trabajos para recuperar el patrimonio etnográfico de las comunidades originarias.

[iii] Nació en Toledo en 1519 y falleción en Piura (Perú) en 1562.

[iv] Hoy en la provincia de Santiago del Estero.

[v] Nació en Estonllo, actual provincia de La Rioja (España) en 1535 y murió en Santa Fe (Argentina) en 1597.

[vi] Real Academia de la Historia.

[vii] Nació en Belinchón, Cuenca, en 1530 y murío en el Cuzco en 1597.

[viii] Manuel A. López, Clara E. Mancini y María S. Marcos, “Mapas jesuíticos e imaginarios geográficos. El territorio de la Quebrada de Humahuaca y su frontera con el Chaco (siglos XVI-XVII)”. En este trabajo se basa el presente resumen.

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