Fachada, cubiertas y cúpula |
Se trata de una basílica veneciana, por lo tanto consta de tres naves, las laterales más bajas y estrechas (como es tradicional) que la central, que está cubierta con bóveda de cañón, mientras que las laterales con bóveda de arista. Forma parte de su monasterio anexo y da a una plaza, como es común en el renacimiento por las preocupaciones urbanísticas de los arquitectos.
Planta de la iglesia y el monasterio |
El crucero está formado por una sola nave, terminando a derecha e izquierda con formas absidiadas, y una cúpula en el trasepto sobre pechinas. Un prolongado ábside tras el presbiterio deja la cúpula casi centrada en el conjunto de la iglesia. Na nave del crucero tiene la misma altura que la nave central.
El interior es sobrio, pero con grandes proporciones en sus elementos: medias columnas adosadas a gruesos pilares dan a la nave central, mientras que dobles pilastras para el arranque del intradós de los arcos de medio punto. Los capiteles son de orden compuesto.
Palladio consiguió con esta iglesia una síntesis extraordinaria de la obra renacentista cuando las formas puras del quattocento estaban agotadas, pero no se dejó "arrastrar", como Vignola, por la exuberante decoración en el interior, ni siquiera por la ruptura de los elementos: lo que sí es novedad son las proporciones de los mismos, cercanos al orden gigante.
Interior de la basílica desde la nave central hacia la cabecera |
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