Correspondiente al IV milenio antes de Cristo, estuvo formado por un túmulo bajo el cual hay una cámara de planta poligonal formada por siete grandes piedras verticales. Un corredor de acceso a dicha cámara y una entrada cerrada por una gran losa completan el conjunto. Pero el dolmen, que ha sido excavado y estudiado, nos permite ver también pinturas, grabados y pequeños ídolos que nos remontan a épocas muy distintas, pues la zona estuvo habitada desde el milenio citado hata épocas muy posteriores, e incluso antes de la construcción del dolmen existen otras muestras de actividad humana.
En la costa norte coruñesa, si se viaja de la capital hacia la Costa da Morte, se pasa muy cerca de Malpica de Bergantiños, luego Ponteceso, ya muy cerca de Cabana, municipio donde se encuentra el dolmen de Dombate. Algo hacia el interior, camino de Baio, dejando al oeste Laxe y al este la desembocadura del río Anllóns, con la lengua de arena que provoca su último meandro.
Pero el visitante no podrá entrar, hoy, en el dolmen original, ya que se ha preferido preservarlo del deterioro que podría sufrir como consecuencia de la afluencia de turistas. A cambio, se ha hecho una réplica exactamente igual en tamaño y forma, con las pinturas y demás grabados, que permiten muchas reflexiones sobre el hombre primitivo, las formas de religiosidad, de vida, la organización social necesaria para llevar a cabo estas construcciones... Una muestra extraordinaria del megalitismo gallego está ahora más al alcance de todos, mientras que en las proximidades, las playas atlánticas permiten imaginar unas comunidades humanas que podrían sobrevivir del mar y de la tierra hace ya seis milenios.
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