jueves, 9 de mayo de 2019

Excavaciones en Ehnasya el Medina

Estela de la falsa puerta
en la necrópolis

Ehnasya el Medina es el nombre actual de la antigua ciudad egipcia Nen-Nesu, que los griegos llamaron Heracleópolis Magna, al identificar al dios local Herishef con su Heracles. La arqueóloga M. Carmen Pérez Die ha publicado en la revista Arbor un artículo sobre dicho yacimiento arqueológico[i].

Ya en 1966 el Gobierno egipcio concedió a España permiso para excavar en Ehnasya el Medina, al sur del delta del Nilo, a la entrada del oasis de El Fayum. Desde entonces se han sucedido una serie de campañas en las que también participa personal egipcio, siendo uno de los elementos más importantes el templo del dios local Herishef, en la necrópolis del primer período intermedio de la historia antigua de Egipto[ii], cuando Heracleópolis (Nen-Nesu) era la capital de Egipto, y en la necrópolis del tercer período intermedio[iii].

Los trabajos llevados a cabo han permitido conocer algunos aspectos religiosos y de otro tipo de la historia del Egipto antiguo, sobre todo por la gran extensión de la excavación. En cuanto al templo de Herishef, el dios local representado con cuerpo humano y cabeza de carnero (una de las divinidades más antiguas), fue descubierto a finales del siglo XIX por Henri Édouard Naville (1844-1926) y excavado a principios del siglo XX por William Petrie (1853-1942). En 1966 se encontró un coloso del siglo XIII a. de C. y en 2004 se procedió a la limpieza del patio del templo, que está construido en un sentido longitudinal N-S, por lo tanto sin tener en cuenta el río Nilo (a 15 km. de distancia) como ocurre con otros templos. El sol, en su cénit diario, coincide exactamente con dicho eje longitudinal del templo.

En el llamado sector L de la excavación, se han documentado varios niveles, desde el más reciente (siglos VIII-VII a. C.) hasta el más antiguo (siglos XXII-XXI a. de C.). Los principales hallazgos corresponden a los niveles más recientes, por ejemplo la necrópolis monumental construida desde finales del siglo IX hasta el último tercio del VIII a. de C. En esta época la ciudad se convirtió en un centro estratégico y militar de importancia, cuyo control fue disputado por los faraones del delta y los sacerdotes del dios Amón de Tebas.

El núcleo principal del cementerio está formado por tumbas de familiares de los faraones de los siglos X a VIII, sobre todo algunos de sus hijos, así como de los sumos sacerdotes de Tebas, como es el caso de una sacerdotisa que fue superiora del harén del dios Herishef, cuya tumba ha dado abundante y bellísimo material funerario. La necrópolis del tercer período intermedio (siglos XI-VII a. de C.) son de piedra o adobe, según los casos y se comunican entre sí. Estos recintos fueron reutilizados y en ocasiones saqueados ya en la antigüedad. De todas formas han conservado su ajuar funerario compuesto de vasos canopos (con las vísceras embalsamadas de los difuntos), ushebtis (pequeñas estatuas), collares de oro, escarabeos, etc., algunos con inscripciones jeroglíficas.

Los difuntos de esta necrópolis apenas fueron momificados, siendo aquellos anónimos, con ajuares pobres de pequeños amuletos y escarabeos, pero las modernas técnicas arqueológicas han permitido saber la edad, el sexo, las causas de la muerte de muchos, la talla media (unos 165 cm.), la complexión (fuerte, sobre todo en los varones), la esperanza de vida (no superó, por lo general, los 40-45 años), la mortalidad infantil (en torno al 35%), la salud bucodental, que no fue mala ante los pocos casos de caries, aunque los dientes presentan gran deterioro.

La necrópolis de los nobles que vivieron en los siglos XXII-XXI a. de C. ofrece datos sobre la identidad de muchos de los enterrados y sus tumbas son de piedra y de adobe, encontrándose separadas entre sí por pasillos, constando aquellas de varias estancias, en ocasiones decoradas con pinturas y relieves. En el exterior se encontró la estela de la falsa puerta orientada hacia el este, con la mesa de ofrendas delante. La epigrafía nos ha dado ciertos datos: uno de los enterrados era intendente de los graneros, otras eran concubinas reales, otra era sacerdotisa de Hathor. La tumba de un alto funcionario representa en sus paredes al difundo sentado ante la mesa de ofrendas, y debajo una escena con las ceremonias rituales: ritos de libación, la quema de incienso, la lectura de libros, la ablación de la pata delantera de un buey… En otra pared se representa la preparación de la comida funeraria: los porteadores avanzan sujetando frutos, legumbres, panes, carne, cerveza y aves. Debajo aparecen escenas de ganados que muestran el derribo de un toro y la conducción de las reyes por los pastores[iv].


[i] “Excavaciones en Heracleópolis Magna”.
[ii] Siglos XXII a XXI a. de C.
[iii] Siglos XI-VII a. de C.
[iv] El presente resumen está basado en la información citada en la nota i.

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