martes, 25 de mayo de 2021

Don Mariano de la familia de Osuna

 

                              Lo que queda del palacio de los duques de Osuna en Aranjuez (*)

Antonio Sánchez-González, en un interesante artículo[i], refleja el carácter y andanzas de Mariano Téllez-Girón, XII duque de Osuna, que vivió entre 1814 y 1882, desarrollando varias funciones en su vida.

El ennoblecimiento de esta familia comenzó en el siglo XI  y se fue engrandeciendo con la agregación de numerosos “estados” y títulos hasta el siglo XIX. Todo el inmenso patrimonio de la familia lo heredó don Mariano a costa de perder a su hermano, que es a quien estaba destinado el enorme patrimonio hasta su muerte. Don Mariano heredó la fortuna más grande de España y además se vio beneficiado con las medidas que permitieron liberalizar los mayorazgos, por lo que pudo vender dichas propiedades cuando antes estaban vinculadas.

Durante su vida don Mariano consumió todos sus bienes, de forma que, según el autor citado, dejó una deuda a sus herederos del 700% del valor de aquellos en un primer momento. Derrochó en fiestas lo indecible hasta el punto de hacerse famosas dentro y fuera de España, pero también tuvo generosidad con quien consideró y con el Estado, pues nunca percibió, al parecer, estipendio alguno por los muchos servicios militares y diplomáticos que prestó.

En el siglo XI una rama desgajada de la familia Acuña desciendia de los reyes de León: el infante Pelayo Fruela poseyó grandes heredamientos en Galicia y en tierras de Carrión; uno de sus descendientes participó en la conquista de Toledo, siendo rico-hombre de Alfonso VI y participó en la batalla de Sagrajas en 1086 salvando la vida al rey. Así se llega a otro descendiente, este ya del siglo XIV, que participó en el sitio de Algeciras con Alfonso XI.

En dicho siglo se extinguió la línea masculina de la familia y heredó doña Teresa Téllez-Girón. Luego siguieron el marqués de Villena, valido de Enrique IV, y uno de nombre Pedro que destacó en la lucha contra los musulmanes en Andalucía ostentando, entre otros señoríos, el de la villa de Osuna que había permutado con la Orden de Calatrava, de la que formaba parte, por las de Belmez y Fuenteovejuna. Fue dueño también de las villas de Gumiel de Izán, Santibáñez[ii], Ureña[iii] (debe de tratarse de Urueña), Peñafiel, Briones[iv], Frechilla[v], Villafrechós[vi], Ortegícar[vii], Villamayor, Morón, Arahal, Gelves, Olvera y Archidona, más la fortaleza de Cazalla.

Un descendiente recibiría el título ducal de Osuna de Felipe II y otro de ellos, Juan, fundó la iglesia mayor de Osuna, la Universidad de la misma población y dieciséis conventos, además de numerosas obras pías. Otro fue virrey de Sicilia y Nápoles (el protector de Quevedo) aunque terminó sus días en la cárcel acusado de dilapidar el tesoro real y tratar con los turcos. Otro, ya en el siglo XVIII, representó al rey Felipe V en los tratados de Utrecht.

Luego esta familia entroncó con los condes de Benavente y, en el siglo XIX, aparece Pedro de Alcántara Téllez-Girón, aficionado a las letras y las artes, esgrimidor y jinete pero, sobre todo, hombre muy rico. Al parecer estuvo enamorado de una mujer casada, también noble y prima suya, lo que pudo haber acelerado la hora de su muerte a los treinta y cuatro años.

Todo lo contrario, el segundón Mariano del que hemos comenzado hablando, sufrió la orfandad cuando joven y quedó bajo la rígida tutela de su abuela paterna. Ingresó a los diecinueve años en la carrera de las armas (1833) y pronto fue destinado en el norte de España al servicio de la futura reina Isabel, siendo ayudante de don Luis Fernández de Córdova[viii]. Don Mariano luchó en Murguía, el valle de Lodosa, Guevara, Arlabán, Adana, San Adrián, Zubiri y otras plazas. Luego de una tregua volvió al norte a las órdenes de Espartero participando en Zornoza, Durango, Elorrio e Irún.

Su vida duró sesenta y ocho años, para la época no poco, desarrollando muchas labores siempre al servicio de la monarquía y del Estado. Se retiró a un castillo en Beauraing (sur de Bélgica) pareciendo la causa principal el tener en España empeñado casi todo su patrimonio, aunque don Mariano no quiso ver la realidad –según A. Sánchez-González- pretendiendo que su “honor” quedase a salvo de apoderados y acreedores.

(*) investigart.com/2018/10/02/cronica-de-una-muerte-anunciada-el-palacio-de-los-duques-de-osuna-en-aranjuez/


[i] “Mariano Osuna, entre la realidad y la leyenda”.

[ii] Gumiel y Santibáñez al sur de la actual provincia de Burgos.

[iii] Al oeste de la actual provincia de Valladolid.

[iv] Noroeste de La Rioja.

[v] Suroeste de la actual provincia de Palencia.

[vi] Noroeste de la actual provincia de Valladolid.

[vii] En el interior de la provincia de Málaga.

[viii] Nacido en San Fernando en 1798, murió en Lisboa en 1840 habiendo ejercido también como diplomático. Absolutista a machamartillo huyó a Francia durante el trienio liberal pero cuando murió Fernando VII se unió a las tropas isabelinas.

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