jueves, 23 de marzo de 2023

Más luz sobre la Galicia medieval

                                      Paisaje rural en Galicia (fotografía de "La Voz de Galicia"

Galicia, en la alta Edad Media, es en buena medida un misterio (como otras muchas regiones). Pero hay algunas buenas investigaciones que han empezado a revelarlo, a esbozar cómo era su sociedad, con sus gentes separadas por estatutos jurídicos y por el desigual disfrute de los bienes materiales. Carlos A. González Paz[i], apoyado en buen número de fuentes, señala que la sociedad gallega del siglo X estaba dominada por el cambio, acelerándose su proceso de transformación.

Aun con las dificultades existentes para saberlo, parece que frente al crecimiento demográfico del siglo IX debido a la llegada de mozárabes, lusitanos o astur-cántabros, hay un parón en el X, pero esos grupos de inmigrantes se afianzan en Galicia, conformando una organización mediante el “acuerdo tácito” con la monarquía astur-leonesa. En la segunda mitad de dicho siglo X habría una cierta recuperación –según el autor citado- gracias al aumento de las posibilidades de subsistencia, sobre todo debido a la puesta en cultivo de más tierras, y así van surgiendo diferencias sociales que antes eran menos perceptibles.

Aunque hubo un debate historiográfico que ahora parece superado sobre el concepto de villa, aquí diremos que quizá perduró en parte el heredado de época romana con aportaciones de la alta Edad Media gallega. Estas villas serían unidades de explotación, generalmente de gran tamaño, de un dueño, pero también pudieron ser “unidades habitacionales, como verdaderas comunidades de aldea”. En estas villas o comunidades aldeanas trabajarían siervos y libres relacionados con el dueño (dominus).

En todo caso la sociedad gallega estuvo fuertemente jerarquizada, siendo la principal diferenciación la que separa a los siervos de los libres, es decir, los primeros serían mucho más dependientes que los segundos. No estamos ante una sociedad esclavista, aunque existían esclavos procedentes de botines de guerra contra el islam, o bien cristianos que caían en la esclavitud por el impago de deudas. Entre los campesinos libres y dependientes, entre colonos y siervos, habría una tendencia a su equiparación con el paso del tiempo, pero en los siglos IX y X la servidumbre es más evidente que en otros territorios cristianos peninsulares.

Distingue el autor citado los servi idonei, destinados a trabajar en la casa o mansión del señor, de los servi inferiores, destinados a producir en los campos; y es dentro de esta estructura donde se encuentran las primeras referencias a la existencia de moriscos[ii] en la Galicia de la época. González Paz cita un documento de principios del siglo X  por el que el rey Ordoño II donó a la iglesia de Compostela varios siervos de origen musulmán, y dice ser esta la primera constancia documental de la existencia de conversos de origen musulmán en Galicia, en total treinta y tres personas entre hombres, mujeres y niños. Quizá habían sido capturados en territorio musulmán y bautizados, pues muchos de ellos tienen nombres propios de cristianos.

El autor al que sigo aporta otra mención relativa al monasterio de Celanova de mediados del siglo X o de su segunda mitad, en la que el obispo Rosendo tenía un siervo cristiano que había sido musulmán. Otro es el caso de una familia procedente de una localidad próxima a Coimbra cuyo primer representante llegó a Galicia tras ser capturado con sus hijos, que poco a poco van adquiriendo nombres propios de cristianos (por el bautismo) y con más claridad la tercera generación (nietos del capturado), herendando todos la condición del primero, siervos domésticos.

El mismo Rosendo concedió la libertad a una mujer de nombre Muzalha, otorgándole ciertas propiedades. Quizá era esclava, pues ha de trabajar dichas propiedades en régimen de dependencia servil, aunque González Paz considera que Muzalha consigue la libertad plena, con lo que pasaría a formar parte del grupo de propietarios libres. Por la misma época, otra mujer, de nombre Iulia, era hija de padres musulmanes, una sierva que alcanzó la libertad según el derecho romano que perduraba, por lo tanto sin tener en cuenta la tradición jurídica visigoda.

Poco a poco se van difuminando las barreras entre dependientes y libres tendiendo a formar un conjunto de pequeños campesinos jurídicamente libres, muchos de los cuales colonizarían sus propias tierras. Por tanto va desapareciendo la servidumbre entre los siglos XI al XIII. Otros datos relativos al cambio de milenio aportan información sobre la adopción de nombres de procedencia cristiana al ser bautizados anteriores musulmanes, apareciendo como siervos rurales, y poco después otro caso de uno de los llamados homines de criatione, categoría de dependencia más laxa que la de siervo.

Pero no todo va en la dirección de la libertad jurídica, pues también se registran casos en los que pequeños propietarios libres caen en la servidumbre. Siguiendo en el siglo XI, unos musulmanes de origen aparecen como cristianos en otro documento, posiblemente siervos, pero también se cita a un grupo de hombres y mujeres que mantienen su nombre musulmán, lo que indica que no habían sido bautizados: en total veintisiete personas. De finales del siglo XI se cita una noticia de siervos moros en Galicia en una liberación testamentaria para pasarlos de siervos a libres.

Del mediados del siglo XII es una documentación sobre “un grupo de moriscos que llegaron a Sobrado dos Monxes[iii] comprados como siervos rurales” por el monasterio citado para que trabajasen sus tierras, sabiéndose además que procedían de Portugal y de tierras zamoranas. La mayoría se bautizaron y cambiaron sus nombres respectivos, salvo dos casos, y unos años más tarde aparece un musulmán de origen, pero convertido al cristianismo con cambio de nombre y manteniendo su apellido originario, siendo la principal novedad que este individuo aparece participando en la vida económica vendiendo propiedades que le pertenecen.

Ciertamente, la presencia de musulmanes en Galicia no es relevante –a la vista de lo investigado hasta ahora- si la comparamos con territorios del centro y sur de la península, además de que, contrariamente a la minoría judía, no se dedicaron a la artesanía o al comercio, salvo alguna excepción como hemos visto; la mayoría fueron campesinos, casi siempre dependientes.


[i] “Sarracenos, moros, mudéjares y moriscos en la Galicia medieval”.

[ii] El autor se separa, en cuanto a la comprensión de este concepto, de otros especialistas. Mientras que para algunos “morisco” solo es aplicable a los musulmanes obligados a bautizarse desde el siglo XV, pero sobre todo desde 1502, él defiende que ya se puede hablar de moriscos con anterioridad.

[iii] Al sureste de la provincia de A Coruña.

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