lunes, 25 de junio de 2012

El "garrote" del norte

Un tren atraviesa una plantación guatemalteca

Nueve años antes de que los guerrilleros castristas entrasen en La Habana y se hiciesen con el poder en Cuba, Guatemala había tenido una experiencia democrática al frente de la cual estuvo Jacobo Arbenz. Había participado en un golpe de estado contra la dictadura de Jorge Ubico, aunque éste ya habia sido sustituido por Federico Ponce en 1944. No se trató de una simple operación militar, sino que en ella participaron elementos civiles y populares. 

El hecho de que Arbenz intentase modernizar Guatemala (que había empezado dicho proceso en 1944), con medidas fiscales que gravaban las rentas más altas, con medidas legislativas que repartían la tierra entre los campesinos, con una democratización sin precedentes en la historia de Guatelama, le ganó la enemiga de Estados Unidos (en plena "guerra fría"), de la United Fruit Company y de la Iglesia católica, que veía en la merma de sus privilegios y en la liberación de la mujer la mano de ideólogos socialistas, comunistas y anticlericales. Por su parte, los políticos estadounidenses que más insistieron en luchar contra las reformas de Arbenz estaban directamente relacionados con los intereses de la multinacional frutera, que controlaba amplias extensiones de plantaciones guatemaltecas. Los terratenientes, poseedores de tierras cultivadas y sin cultivar, no aceptaron que un gobierno elegido pudiese arrebatarles (mediante indemnización) las tierras que hasta entonces habían sido suyas.

A mediados del siglo XX había empezado a germinar un sentimiento antiimperialista en el mundo (India se había emancipado en 1948, la Conferencia de Bandung tuvo lugar en 1955...) pero América era otra cosa, era terreno exclusivo, desde hacía más de un siglo, de los Estados Unidos. De ahí que el presidente Eisenhower no tuviese inconveniente en autorizar la invasión de Guatemala, preparada por la CIA, en el año 1954. ¿Como aceptar que un país mesoamericano tuviese una Constitución democrática, elecciones libres -con el peligro de que fuesen elegidos gobernantes indeseables- derechos sindicales, reparto de la riqueza y, en definitiva, posibles infiltraciones de ideas socialistas y comunistas? 

La invasión se produjo por el sudeste, aprovechando el descontento campesino en uno de los centros de religiosidad más acendrada de América, Esquipulas; campesinos que fueron facilmente manipulados por las autoridades religiosas y por las personas influyentes para sumarse a la protesta contra el gobierno de Arbenz. Con base en éste descontento quedaba "legitimada" la intervención estadounidense, que en realidad defendía intereses estratégicos pero sobre todo económicos de unos cuantos miembros de su gobierno y de las empresas norteamericanas en Guatemala. 

No es el único caso a partir de entonces (antes de la segunda guerra mundial ya Estados Unidos había intervenido "manu mimilitari" en América latina) por lo que no es extraño que cuando los guerrilleros castristas tomen La Habana en 1959 se apresuren a solicitar ayuda económica de Estados Unidos (viaje oficial de Castro), pero negándosela, llegaron a acuerdos con la Unión Soviética, tensando al máximo las relaciones internacionales entre las dos superpotencias. 

Estados Unidos colocó al frente de Guatemala a un militar, Castillo Armas, que ya había intentado acabar muy pronto con la obra de la década (1944-1954), aunque sin éxito, por lo que había sido apartado del puesto que oucpaba en el régimen democrático. Desde entonces los intereses de los terratenientes, de la Iglesia y de las multinacionales quedaron salvaguardados; Estados Unidos explicó al mundo que el peligro comunista había sido conjurado en América y hasta la próxima. Por su parte los colaboradores internos nombraron al Cristo Negro de Esquipulas "comandante" de su acción.


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