martes, 10 de julio de 2012

Mujeres cacicas

El cacique o la cacica era, como es sabido, el "jefe o señor natural" de los indios, y de hecho podemos considerar que eran sus vasallos. Si existían antes de la llegada de los españoles, con estos se consolidaron, pues fueron un factor para el sometimiento de la masa indígena al poder español. Si se llegaba a un acuerdo con el cacique o cacica los indios de ellos dependientes quedaban asi mismo sometidos. En Perú se les llamó curacas y se sucedían unos a otros hereditariamente, aunque algún conquistador español pretendió elegirlos al desaparecer los anteriores. La legislación española respetó la figura del cacique en la medida en que la consideró como necesaria para el control de la población indígena. Si en ocasiones el cacique se rebeló contra la ocupación hispana muchas más veces colaboró con los conquistadores, integrándose en el entramado legislativo y tenían encomendado el nombramiento de alcaldes y regidores de indios.

Las cacicas Estefanía Titusunta y María Lema sirvieron a la monarquía española en su control de los indios saquisilí, pujilí y pallaganta, en el centro del acutal Ecuador. Estas cacicas vivieron en el siglo XVIII, pero las hubo anteriores. Tomasa Titu, también del siglo XVIII, se opuso a los españoles y pagó con su vida. 

Anacaona, en el siglo XVI, también se enfrentó a los españoles y fue ahorcada en la isla Española; Ayunga, sin embargo, colaboró con los conquistadores. Se tienen más noticias de las cacicas del siglo XVIII, cuando las primeras aspiraciones a la independencia hagan su aparición. Hay que tener en cuenta que, en la medida en que estaban integradas en la administración española, pero no habiendo abandonado su relación con los indios (en realidad sus iguales, aunque aupadas a la autoridad) se enfrentaron con frecuencia a los abusos que los administradores hispanos cometían. 

La quechua Micaela Bastidas, probablemente mestiza de india y negro, combatió en los Andes peruanos, y Jacienta Juárez y Lorenza Peña en la gran revuelta ecuatoriana de 1803. Rosario Coronel señala que "estas mujeres pertenecientes a familias de linaje no fueron las únicas. En el Archivo Nacional de Quito reposan muchos juicios entablados por cacicas, entre la segunda mitad del siglo XVII y el transcurso del siglo XVIII, que dan cuenta de la existencia de otras mujeres, que buscaron reafirmarse en sus poderes al disputarse parcialidades de indios, en momentos de la desestructuración cacical". 

La presión tributaria fue una de las causas más comunes de la rebelión de las caciques y los caciques contra la administración española: un caso particular es el de Lorenza Avimañay, y las muestras de violencia de que hicieron gala llegan al espanto. En realidad una respuesta a siglos de dominación despótica, por más que el fenómeno del mestizaje se extendiera por amplias zonas de América, quizá uno de los aspectos de la etnología americana de mayor interés humano.

(Ver: servindi.org/actualidad/3570 y http://es.scribd.com/doc/58495562/19/Cacicas-y-caudillas.

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