miércoles, 5 de abril de 2023

Vías romanas en La Rioja

 

                                                                             Río Tirón

Alfaro y Calahorra son hoy ciudades riojanas que formaron parte de la o las vías romanas que comunicaban Caesaraugusta con Astúrica, pero también cabe citar otros topónimos como Varea (hoy un barrio al este de la ciudad de Logroño), Monte Cantabria en las proximidades de la citada ciudad, en la margen izquierda del río Ebro, de unos 500 m. de altitud; Agoncillo, en el norte de La Rioja limitando con Navarra; Venta de Valpierra, un despoblado entre Nájera y Haro; Tricio, Libia (antigua “ciudad” berona en las proximidades de Herramélluri[i]), Murillo de Río Leza[ii], Aranzana de Arriba (en las proximidades de Nájera), Cerezo de Río Tirón (actual provincia de Burgos, en el límite con La Rioja), la no localizada Atiliana, entre Briviesca y Barbariana, siendo esta una antigua mansión romana en Murillo de Río Leza[iii] que han estudiado P. Pascual Mayoral y P. Pascual González (1994).

Según Carmen Alonso Fernández y F. Javier Jiménez Echevarría[iv], las vías romanas que se construyeron en La Rioja actual estuvieron condicionadas por el curso del río Ebro, y a lo largo de ellas se establecieron las mansiones para descanso de los viajeros. Como en otros muchos casos, el Itinerario de Antonino (el emperador Caracalla) es la fuente clásica fundamental, pero deben tenerse en cuenta también los trabajos arqueológicos.

Dicen los autores citados que el trayecto más importante en época romana era el que unía la ciudad de Tarraco con el noroeste de la península pasando por Caesaraugusta, que está representado en las vías 1 y 32 de la citada fuente, pero cuando se trata de localizar las mansiones de las mismas no hay coincidencias siempre; por ejemplo, se desconoce la situación de las mansiones de Atiliana y Barbariana.

Los miliarios son una importante fuente de información, no solo por las epigrafías que en ellos se contienen sino por su localización geográfica, siempre que se encuentren en el lugar original. De los siete miliarios documentados en La Rioja, el de Calahorra ha sido datado en el año 9 a. de C., que correspondería al tramo viario construido en el mismo año en dicha localidad, y un fragmento encontrado en el río Alhama, en Alfaro, es también de la misma época. Otro fragmento encontrado en Arenzana de Arriba, relacionado con la vía a su paso por Tricio es de la época de Claudio ( 43-44 d. C.) y los tres militarios restantes se atribuyen a la segunda mitad del siglo III, uno en Tricio y dos más en el Barranco del Obispo, Argoncillo.

En cuanto a los puentes de factura romana se han documentado dos: el de Mantible, sobre el río Ebro y entre los municipios de Logroño y Lanciego (Álava); el otro es el de Cihuri, sobre el río Tirón, al suroeste de Haro, pero ninguno de los dos está en la vía objeto de estudio por Alonso Fernández y Jiménez Echevarría. Estos autores consideran que hay tres lugares básicos para las vías romanas en La Rioja: Agoncillo, Varea y Tricio, de este a oeste; desde Agoncillo la vía cruzaba el río Leza, y a partir de aquí se establecen dos hipótesis: hasta Varea por el Camino de la Pasada del Cuarto del Ahorcado (?) o por el Camino Real a su paso por Villamediana de Iregua (al norte de La Rioja).

En todo caso –dicen los autores a los que seguimos- “debe erradicarse la idea estereotipada […] respecto a cualquier similitud de las calzadas de Hispania con las enlosadas italianas”, aun tratándose de obras realizadas en los mismos momentos. En general “las vías romanas son caminos estrechos”, aunque cuando el terreno lo permitía superaban los diez metros de anchura. En Hispania se empleaban materiales locales, siendo preferente la rectitud del trazado (salvo cuando no era posible). En ocasiones el trazado obedecía a criterios de estrategia militar, discurriendo a cierta altura, ya que era más fácil dominar visualmente el terreno, además de que así se evitaban inundaciones.

Parece que hay acuerdo, aunque no unánime, en que la vía romana en la actual provincia de La Rioja comenzaría en Corella (Navarra) para llegar a Alfaro (la Graccurris romana fundada en 179 a. C.) sobre la base de una “ciudad” vascona, “que figura como mansio de la vía XXXII del Itinerario de Antonino”. Luego continuaría hasta Cascante (de nuevo en la actual Navarra), aunque hay dudas sobre esto último; la vía cruzaría el río Alhama y se dirigiría hacia Rincón de Soto (al nordeste de La Rioja). Luego llegaría a Pradejón, Navarrete y Tormantos, en el extremo noroeste de La Rioja, viéndose que el valle del Ebro es hilo conductor de la vía.

Se han realizado trabajos arqueológicos en San Torcuato (noroeste de la provincia), pudiéndose ver los diferentes estratos de la vía romana, pero solo mediante fotografía aérea es posible deducir el trazado de la vía en Herramélluri.


[i] En el extremo noroeste de La Rioja.

[ii] Al norte de La Rioja.

[iii] Al norte de La Rioja.

[iv] “La vía romana de Italia a Hispania a su paso por la Comunidad Autónoma de La Rioja”. En este trabajo se basa el presente resumen.

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