jueves, 18 de junio de 2020

Las inscripciones de Medinet Habu

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Las inscripciones que se encuentran en Medinet Habu, en la orilla oeste del Nilo, muy cerca de Lúxor, han permitido a los investigadores dar alguna luz a los nombres y naturaleza de los “pueblos del mar”, como se ha llamado a grupos más o menos numerosos que, en torno a 1200 a. de C., asolaron Egipto, Siria, Anatolia, Mesopotamia y otras regiones anexas. Una de esas inscripciones es una batalla naval que se encuentra reproducida en una lámina conservada en el Instituto Oriental de la Universidad de Chicago. Otro dibujo muestra a unos hombres apretados y en fila, cubiertos con una pequeña falda y un gorro cada uno: serían prisioneros hechos por los egipcios de uno de esos grupos de los “pueblos del mar”.

En su obra “1177 a. C.: El año en que la civilización se derrumbó”, Eric H. Cline dice que algunos de estos grupos llegaron por tierra y otros por mar. “No llevaban uniformes ni equipos relucientes”, algunos tenían barbas y vestían faldas, otros más largas, algunos tenían descubierto el pecho o estaban cubiertos con una túnica; otros iban afeitados, etc. lo que hace pensar –dice el autor citado- que estos “pueblos del mar” estaban formados por gentes distintas en cuando a su origen y sus formas de vida. Armados con afiladas espadas de bronce, lanzas de madera con las puntas metálicas, arcos y flechas, aparecían en botes, carros de combate, carretas de bueyes u otras variantes de carros. Estos invasores fueron llegando en oleadas durante un tiempo bastante largo, llevando con ellos algunas veces a sus familias.

Según las inscripciones de Ramsés III[i] que ha estudiado Eric H. Cline, ningún estado fue capaz de escapar a esta multitud invasora, la resistencia fue en vano. Las grandes potencias de la época –hititas, micénicos, cananeos, chipriotas, etc.- fueron cayendo una tras otra. Algunos supervivientes escaparon de la matanza, otros se apiñaron en sus ciudades, ahora ya en ruinas; y los hubo que se unieron a los invasores, engrosando sus filas y sumándose a la aparente complejidad de la turba inmigrante. Todos los grupos de los “pueblos del mar” estaban en movimiento, quizá cada uno regido por sus propios intereses, en busca de botín o de esclavos; otros emigraron hacia el oeste desde donde se supone procedían (Sicilia, Cerdeña u otras islas).

En las paredes del templo funerario de Medinet Habu, cerca del Valle de los Reyes, Ramsés III hizo escribir que “los países extranjeros organizaron una conspiración en sus islas. Arremetieron de pronto contra todas las tierras y las dispersaron en el combate. Ninguna tierra fue capaz de resistir frente a sus armas, desde Jatte, Qode, Karkemish, Arzawa y Alashiya, todas aisladas…”. Los lugares citados supuestamente los conquistaron los invasores: Jatte o Hatti es el territorio hitita, cuyo núcleo se encontraba en la meseta interior de Anatolia; Qode probablemente estaba en el sureste de Turquía; Karkemish es un yacimiento arqueológico bien conocido, que empezó a ser excavado hace casi un siglo por un equipo de arqueólogos en el que se encontraban Leonard Wooley y T. E. Lawrence; Arzawa fuen un territorio conocido por los hititas en la Anatolia occidental; Alashiya podría haber sido lo que hoy conocemos como Chipre; Amurru estaba en la costa norte de Siria.

Los seis grupos independientes que conformaron los “pueblos del mar” durante esta oleada de invasiones, cinco de ellos nombrados por Ramsés III (peleset, tjekker, shekelesh, danuna y weshesd) y shardana, al que se menciona en otra inscripción de Medinet Habu, son más enigmáticos que las tierras que supuestamente conquistaron. No dejaron ninguna inscripción propia y lo que sabemos de ellos es por los egipcios. Arqueólogos y filólogos se han esforzado en estudiar la alfarería y otros restos arqueológicos: los danuna fueron identificados con los dánaos homéricos, y otros han supuesto que los shekelesh llegaron de la isla de Sicilia, mientras que los shardana eran de Cerdeña, basándose en parte en el hecho de que Ramsés III se refiere a estos “países extranjeros” como instigadores de una conspiración “en sus islas”; a los shardana, en particular, se los calificó en las inscripciones de Ramsés III como un pueblo “del mar”.

Pero otros consideran que los shekelesh y los shardana no llegaron desde el Mediterráneo occidental, sino que provenían de zonas del Mediterráneo oriental y tan solo huyeron a las regiones de Sicilia y Cerdeña, dando sus nombres a estas tierras tras haber sido derrotados por los egipcios. Se sabe que los shardana habían combatido tanto a favor como en contra de los egipcios mucho antes de la llegada de los “pueblos del mar”, de los cuales solo se ha llegado a la conclusión de que los peleset son los filisteos de la Biblia, donde se dice que provenían de Creta.

En Medinet Habu abundan las pinturas y las majestuosas hileras de textos jeroglíficos, las armaduras, las armas, la vestimenta, los botes y los carros de bueyes de los invasores, cargados de posesiones, que se ven en las representaciones. En una ilustración se ven algunos hombres que flotan boca arriba (tras una batalla) y están muertos, mientras otros continúan luchando en sus barcas.

Pues bien, estos “pueblos del mar”, en torno a 1200 a. C., habrían trastocado y hundido a todos los estados existentes hasta ese momento, desde Mesopotamia hasta la Grecia micénica, dejando a Egipto en un momento de oscuridad pasajera de la que no se recuperaría nunca.

Lo acontecido en oriente medio en torno a 1200 a. C. sería de igual importancia que la caída del Imperio romano de occidente, y en cierto modo el autor citado establece comparaciones con nuestro mundo actual globalizado, donde todos dependemos de todos, existiendo muy pocos grupos al margen. Aquel mundo de finales del Bronce en oriente próximo también estaba interconectado, de forma que invasiones de unos pueblos de los que conocemos muy poco, trastocaron el conjunto de manera definitiva.



[i] Gobernó Egipto entre 1184 y 1153 a. C.

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