Por Tel el-Mishrife pasa un riachuelo que solo tiene agua en determinadas épocas del año, desaguándolas en el río Orontes. Es la antigua ciudad de Qatna, al noroeste de Homs, en Siria, donde se han excavado unas tumbas reales de la época del bronce (II milenio antes de Cristo).
Como Siria fue entregada a Francia para que la administrase tras la primera guerra mundial, fueron arqueólogos franceses los que empezaron los trabajos, pero recientemente han sido arqueólogos alemanes los que han excavado las tumbas reales. El Tel es consecuencia de sucesivas ocupaciones a lo largo de la historia, pero lo que tiene de particular (según National Geographic) es su gran extensión. Se descubrieron ya en los años veinte del siglo pasado una serie de tablillas con escritura cuneiforme que se referían a la ciudad de Uru qat-na, perteneciente, como sabemos hoy, a un antiguo reino relacionado con los hititas, los hurritas y los egipcios; probablemente sometido a alguno de dichos imperios en un momento u otro, pues cuando se llega a la segunda mitad del II milenio antes de Cristo el reino al que perteneció Qatna ya no existía como tal, consecuencia quizá del expansionismo que caracterizó a los hititas y a los egipcios, que dirimieron sus ambiciones en la batalla de Qadesh a principios del siglo XIII a. de C.
Desde hace unos años se ha excavado el palacio real, con unas dimensiones de 150 metros de lado. En el año 2002 se descubrió un pasillo descendente, cerca de la sala del trono y de otra sala de ceremonias, que conducía a un hipogeo. Al final del pasadizo se encontró una puerta flanqueada por dos estatuas de basalto y unos recipientes con ofrendas y huesos de animales. La estancia a la que daba acceso esa puerta se encontraba cubierta por los huesos de los enterrados, personajes reales y cortesanos, así como ajuares que llegan a sumar unos dos mil objetos: vasijas, bancos de piedra y obras preciosas como una cabeza de león en ámbar.
Sobre una mesa se encontraron los restos de una mujer cubiertos con varias telas, un sarcófago y un osario. Al parecer se celebraba una fiestra funeraria en honor de los antepasados, consumiendo carne de cordero y ternera, leche y cerveza. Otra cámara funeraria fue hallada en el año 2009, la cual se encontraba cerrada con una puerta de piedra. Tras ella una cripta de casi 5 por más de 6 metros, donde yacían los cuerpos de unas treinta personas, algunos de ellos depositados en cajas de madera. Al lado, restos de cerámica, granito y alabastro procedentes -al parecer- de Egipto, una de cuyas cajas con joyas de oro. Todo ello habla de la importancia de Qatna, pero a mediados del siglo XIV a. de C. invasiones que se han supuesto hititas pusieron fin al reino.
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