El palacio de Coudenberg (óleo sobre lienzo atribuido a Brueghel) |
En una colina donde ahora se encuentra la plaza Real de Bruselas había, desde los siglos XI o XII, un castillo que, tras sufrir un incendio en 1731, yace en ruinas bajo la plaza. La colina de Coudenberg sería con el tiempo el centro de la ciudad de Bruselas. Fue residencia de los duques de Brabante después de que el ducado fuese condado feudal nacido cuando se creó la Lotaringia en el año 843. Por lo tanto la colina de Coudenberg fue centro de decisiones políticas e intrigas cortesanas desde muy pronto. También sería más tarde lugar de recreo, sobre todo cuando el ducado cayó en manos de los duques de Borgoña, que entre finales del siglo IX hasta finales del XV sería independiente.
En el siglo XIV Felipe el atrevido, hijo del rey francés Juan II, recibió el ducado, que formaría un estado diferente al casarse aquel con Margarita III de Flandes. Queda así constituido uno de los estados medievales más curiosos, pues sus territorios estaban inconexos entre los actuales Países Bajos, Luxemburgo y la Borgoña francesa, además de otras plazasen el norte de la actual Francia. A mediados del siglo XV, en pleno auge económico de la región, acabada la guerra de los "cien años" y de acuerdo con el gusto cortesano por el arte, Felipe el bueno decidió construir en el antiguo castillo, transformado a lo largo de los siglos en palacio, un aula magna. Dueño del palacio será el emperador y rey de España Carlos de Gante, construyéndose bajo su reinado una capilla gótica.
Una de las estancias del antiguo palacio |
En loos jardines que rodeaban al palacio de Coudenberg había otros palacetes menores, uno de ellos el de Hoogstraeten, de la familia Lalaing, donde en el siglo XVI se construiría una galería gótica muy restaurada en la actualidad. Aquí hay ahora un museo, cuyos fondos fueron descubiertos durante las excavacines que se llevaron a cabo para sacar a la luz el complejo de Coudenberg: cerámicas, objetos de lujo, azulejos, cristalerías venecianas y armas.
El condado y luego ducado de Brabante, que comprendía el propio Brabante, Amberes y Bruselas, tenía aquí su centro; hoy es más bien lugar de cultura. Cuando el palacio se incendió en 1731, justo un siglo antes de que los belgas consiguiesen su independencia, ¿sería aquel incendio una premonición de que con la destrucción del palacio no estaba lejos la libertad de los pobladores?
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