Bactria, en el alto Amu Daria |
A mediados del siglo I antes de Cristo ya hacía tiempo que Roma se encontraba emponzoñada en guerras sin fin entre unos generales y otros, entre unas y otras familias ricas. Adinerado fue, en essa época, Marco Licinio Craso, que tas colaborar con Sila, luchar contra los esclavos al frente de los cuales estaba Espartaco, apoyar financieramente a César, formar triunvirato con él y con Pompeyo, ocupar el consulado en el año 70 a. de C. y gobernar Siria, se enfrentó a un conjunto de pueblos partos siendo estrepitosamente vencido y muerto.
Una muestra más de que la política romana en el siglo I a. de C. no tenía sentido ideologicamente hablando: alguien que había luchado con Sila y que formaría gobierno con Pompeyo no tendría sentido que financiase a César y colaborase con él en el primer triunvirato. Pero de lo que se trataba en aquel tiempo (y en otros; y no solo en la historia romana) era medrar aprovechando cada circunstancia sin importar la moral o los medios.
Carrhae, actual Harrán en Turquía, era en el sigo I a. de C. una ciudad armenia, en el alto Éufrates, sobre una meseta antes de comenzar los macizos del norte y las llanuras aluviales del sur. En realidad estaba en la misma frontera entre el imperio parto, formado hacía menos de un siglo, y el imperio romano. Allí fue con unos 5.000 hombres y toda la impedimenta, el ricachón Craso, pretendiendo alcanzar más gloria si vencía a aquellos partos que se habían hecho con las tierras de los seleúcidas y antes de los aqueménidas. Era oriente: para Roma, una tierra apetecible por la historia que le había precedido en mucho tiempo a la misma Roma. El carácter pendenciero de la familia de Craso había llevado a su padre y a otros a la muerte, como así mismo ocurriría con su propio hijo, lo que le haría perder toda esperanza.
Entre los años 55 y 54 a. de C. se produjo en el imperio parto (que llegaría a extenderese desde Bactria hasta Mesopotamia y desde el Caspio hasta el Índico) un cambio a la cabeza del estado: como en otras ocasiones, por medio de traiciones y crímenes. Los dos hijos se confabulan para matar al padre; de ello había emergido como rey Mitrídates III, que a su vez sería asesinado por su hermano Orodes II; éste, vencedor de Craso por medio de un ejército parto. Empezaba el calor fuerte en la reigón de Carrhae; era el mes de junio y los cinco mil hombres y varios cientos de adivinos, comerciantes y auxiliares de Craso se acercaban al lugar de la batalla. Plutarco y Plinio nos han dejado referencias inapreciables de aquellos hechos y de las circunstancias y caracteres de los personajes.
Busto de Marco Licinio Craso |
Una epopeya, una osadía, una monstruosidad: la de romanos y partos, que como agentes ciegos del destino se enfrentaron en aquella lejana Carrhae para "proporcionar" la aventura insólita de unos errantes legionarios romanos, veinidos a menos, que lucharían sin cuento por su supervivencia.
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