Claustro de la catedral de Santiago |
Fray Hernando de Ojea nació a mediados del siglo XVI (no existe acuerdo sobre el año exacto) en Ourense. Dominico en México, conoció las lenguas indígenas y fue el primero que intentó una historia documentada de Galicia, "de lo que dan fe los manuscritos por él redactados en México y que hoy se conservan en la Academia de la Historia" (1). Es el autor de una "Historia del Apóstol Santiago", redactada en México y completada en Santiago en 1601 (sigo al autor citado a pie de página). Ojea murió en Madrid en 1615.
Fiel a su época colaboró con el Santo Oficio de México para combatir un foco de propaganda judaica en 1594. También fiel a su época escribió una "Historia del Apóstol Santiago" acriticamente, dando pábulo a las leyendas no contrastadas y basándose en historias anteriores, como la "Compostelana", redactada al dictado del arzobispo Gelmírez en el siglo XII. También se inspiró en otra obra del mismo siglo, el "Códice Calixtino", aunque tiene mucho mérito su obra "Carta o Descripción geográfica del Reyno de Galizia". Describe Galicia de la siguiente manera:
... es uno de los muchos Reynos de España que posee nuestro Rey Filipo. Era antiguamente mucho mayor que ahora, comprendía todas las tierras y provincias que ay dentro de los límites siguientes, de la mar del Norte y montaña de Iunto a Vizcaya, hasta las fuentes del gran Río Duero y de ay todo lo que el corre hasta dar consigo en la mar, y caminando por las orillas della hasta bolver al mismo punto de donde salimos...
No es extraño que tuviese esa idea, no solo porque se había divulgado que este territorio es el que pudo poseer el antiguo reino suevo en el siglo VI, sino porque los musulmanes, a los territorios al norte del sistema Central les llamaron, en muchas fuentes, "Galicia". Obviamente, la denominación de los pueblos del noroeste, conocidos por los romanos incluso desde antes de nuestra era, daría nombre a la provincia romana de Gallaecia, que sin ser tan extensa como relata Ojea, era más extensa que la actual.
Como el cardenal e historiador César Baronio, había descartado o por lo menos cuestionado la estancia de Santiago el Mayor en España, Ojea se creyó en la obligación de hacer valer la creencia del Santiago hispano, es decir, sus predicaciones (nunca comprobadas) y su enterramiento bajo las losas de lo que hoy es la catedral de Santiago (que la arqueología ha desmentido). Así, aparecerá publicada en Madrid, en 1615, después de muchos avatares, la "Historia del Apóstol Santiago", en la que el autor no aporta practicamente nada que no dijeran otras fuentes, también interesadas, con anterioridad: sobre el inverosímil traslado del cuerpo decapitado de Santiago a las rías gallegas; sobre sus no comprobadas predicaciones en España; sobre la invención del sepulcro; sobre los favores e indulgencias dadas por los papas a los peregrinos (en lo que demuestra más interés por la promoción de la ciudad y la Iglesia que por la historia); sobre la universalidad de la devoción a Santiago, muy oportuna en momentos en que la reforma protestante arreciaba; sobre la Orden de Santiago; sobre las batallas en las que supuestamente Santiago habría participado en México; sobre los milagros de apóstol y una guía (esta sí de interés) de la ciudad de Santiago en su época: describe las puertas de la ciudad y sus arrabales, monasterios (en particular el de Santo Domingo); da noticia del sepulcro de un novicio santo (que seguramente da origen a la Rúa do Home Santo); habla del hospital real y sobre el de San Roque, sobre las fiestas y ferias, de la Inquisición, etc.
Una obra interesante desde el punto de vista bibliográfico, no tanto historiográfico, propia de un fraile culto que vive entre los siglos XVI y XVII, más interesado en la devoción que en la historia.
... es uno de los muchos Reynos de España que posee nuestro Rey Filipo. Era antiguamente mucho mayor que ahora, comprendía todas las tierras y provincias que ay dentro de los límites siguientes, de la mar del Norte y montaña de Iunto a Vizcaya, hasta las fuentes del gran Río Duero y de ay todo lo que el corre hasta dar consigo en la mar, y caminando por las orillas della hasta bolver al mismo punto de donde salimos...
No es extraño que tuviese esa idea, no solo porque se había divulgado que este territorio es el que pudo poseer el antiguo reino suevo en el siglo VI, sino porque los musulmanes, a los territorios al norte del sistema Central les llamaron, en muchas fuentes, "Galicia". Obviamente, la denominación de los pueblos del noroeste, conocidos por los romanos incluso desde antes de nuestra era, daría nombre a la provincia romana de Gallaecia, que sin ser tan extensa como relata Ojea, era más extensa que la actual.
Como el cardenal e historiador César Baronio, había descartado o por lo menos cuestionado la estancia de Santiago el Mayor en España, Ojea se creyó en la obligación de hacer valer la creencia del Santiago hispano, es decir, sus predicaciones (nunca comprobadas) y su enterramiento bajo las losas de lo que hoy es la catedral de Santiago (que la arqueología ha desmentido). Así, aparecerá publicada en Madrid, en 1615, después de muchos avatares, la "Historia del Apóstol Santiago", en la que el autor no aporta practicamente nada que no dijeran otras fuentes, también interesadas, con anterioridad: sobre el inverosímil traslado del cuerpo decapitado de Santiago a las rías gallegas; sobre sus no comprobadas predicaciones en España; sobre la invención del sepulcro; sobre los favores e indulgencias dadas por los papas a los peregrinos (en lo que demuestra más interés por la promoción de la ciudad y la Iglesia que por la historia); sobre la universalidad de la devoción a Santiago, muy oportuna en momentos en que la reforma protestante arreciaba; sobre la Orden de Santiago; sobre las batallas en las que supuestamente Santiago habría participado en México; sobre los milagros de apóstol y una guía (esta sí de interés) de la ciudad de Santiago en su época: describe las puertas de la ciudad y sus arrabales, monasterios (en particular el de Santo Domingo); da noticia del sepulcro de un novicio santo (que seguramente da origen a la Rúa do Home Santo); habla del hospital real y sobre el de San Roque, sobre las fiestas y ferias, de la Inquisición, etc.
Una obra interesante desde el punto de vista bibliográfico, no tanto historiográfico, propia de un fraile culto que vive entre los siglos XVI y XVII, más interesado en la devoción que en la historia.
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(1) Ignacio Cabano Vázquez, "Frei Hernando Ojea (1543-1615). Un libro sobre Santiago escrito en Nova España por un galego", Estudios Migratorios, número 5, junio de 1998.
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