Dos imperios enfrentados

Una imagen de Solimán I

Mientras que la lucha contra el islam fue cosa de los reinos de la península Ibérica durante la Edad Media, desde mediados del siglo XV este asunto se traspasará al resto de Europa, al menos la mediterránea, oriental y central. Se ha dicho repetidamente que durante los ocho siglos de dominio musulmán en la penínsual Ibérica "convivieron" personas de tres religiones distintas, pero en la Edad Moderna la oposición entre cristianismo e islam será una constante, sin perjuicio de los acuerdos que algunos estados mantuvieron con los otomanos por razones económicas: el caso de Venecia es el más notable. 

Miguel Ángel de Bunes Ibarra considera que cabe distinguir dos etapas entre los siglos XV y XVI: la primera de enfrentamiento entre el "occidente" cristiano y el oriente musulmán y la segunda "más cnciliadora", al intentar ciertos cristianos un acercamiento al islam con intención evangelizadora (1). El islam era un problema que se creía solucionado en Europa a finales del siglo XV, pero la caída de Constantinopla en manos de los otomanos y el avance posterior de etos por los Balcanes, puso de nuevo aquel problema sobre la mesa, dice el autor citado. El triunfo de la monarquía española sobre el islam en 1492 hizo creer a muchos en la supremacía religiosa del cristianismo y los tratados de polémica entra las dos religiones van desapareciendo. 

De Bunes Ibarra constata que, en un primer momento, "los acontecimientos del otro lado del Mediterráneo pasan casi desapercibidos en España"; en Venecia y en el centro de Europa, por el contrario, se teme el avance turco y de nuevo los reformadores religiosos se preocupan de conocer la religión islámica para poderla combatir con conocimiento de causa, como es el caso de Teodoro Bibliander en 1543, uno de los discípulos de Zwinglio, que retomó la traducción de El Corán que había hecho el franciscano Roberto de Ketene en 1141 tras en encargo que le había hecho Pedro el Venerable después de un viaje por España.

Carlos V por B. van Orley (h. 1520)

Según de Bunes Ibarra, la mayor parte de los autores españoles desconocen la realidad del otro lado del Mediterráneo, mientras que las bibliotecas europeas se llenan de textos españoles sobre el norte de África, que es lo que a la monarquía española interesa por la proximidad. En el continentente, al contrario, se imprimen más textos sobre los turcos que sobre las tierras recién descubiertas al otro lado del Atlántico. Por lo tanto esa idea que tenemos de la monarquía española como principal opositora del imperio turco es una creación de la historiografía posterior. 

Los conflictos armados entre los dos imperios, el de los Habsburgo y el otomano, se complementan con las obras escritas contra la figura del profeta Muhanmad, destacando en esto Alfonso de Espina, Juan de Torquemada, Nicolás de Cusa, Martín García, Juan Andrés y Bernardo Pérez de Chinchón. Espina publicó "Fortalitium Fidei" dando argumentos, en el cuarto de sus libros, contra los musulmanes. Torquemada escribió un "Tratado contra los principales errores de Mahoma"; Nicolás de Cusa predicó una cruzada contra los turcos; Pérez de Chinchón publicó "Antialcorano" (1532) y José Andrés publicó una obra sobre "la secta mahomética y del alcorán" en 1515, aunque fue partidario de acercar el cristianismo a los musulmanes. 

Más moderada es la obra de Juan de Segovia, que no se ha conservado pero que conocemos por las mumerosas citas de autores posteriores. Fue partidario de conocer el islam aunque aceptó la cruzada contra el mismo; si no fue partidario de una labor misional entre los mahometanos, sí lo es de una convivencia entre los dos credos.  El seguir considerando a los turcos como sarracenos, es decir, como continuadores de la labor de expansión islámica de los árabes, dice mucho de la ignorancia entre aquellos dos mundos religiosos que concibieron sus supervivencias oponiéndose uno al otro, con la espada y con la pluma.

---------------
(1) "El Imperio otomano y la intensificación de la catolicidad de la monarquía hispana", 2007.
Creo que es interesantísimo el artículo de Álvaro Fernandez de Córdova Moralles, "Sobre el encuentro del Cristianismo con el Islam en el Mediterráneo occidental", 2007.