sábado, 22 de septiembre de 2012

Fray Juan Bautista de Viseo y otros


La ilustración de arriba es un plano o mapa manuscrito de San Juan de Tolcayuca, en el actual estado de Hidalgo (México), hecho sobre papel a partir de corteza de higuera. Pertenece a la colección Jay I. Kirlak y para ver bien lo que representa debe girarse de manera que el lado izquierdo quede en la parte inferior; así se verá una iglesia en el centro y los caminos, montañas y otros poblados. 

 Lo más conocido es el "vocabulario trilingüe" de Bernardino de Sahagún a partir del gran estudio etnológico que llevó a cabo en Nueva España. Habiendo aprendido el náhuatl, ello le sirvió para mejor comunicarse con la población indígena y para ayudar a doctrineros, misioneros y colonizadores más tarde. Otros prefirieron justificar la "guerra justa" contra los indígenas, como Fray Alonso de la Veracruz, pero este también aportó un gran conocimiento de los indígenas en su obra "Speculum coniugiorum", sobre los matrimonios entre los indios. Por su parte Juan Focher, en su obra "Itinerarium", se ocupó de dar instrucciones a los misioneros para diversos casos en los que se pudiesen encontrar entre la población indígena: las fiestas de los indios, las dispensas que se podían hacer sin faltar al derecho canónico, etc. 

Según Verónica Murillo, el franciscano Juan Bautista de Viseo fue un criollo, pues ya nació en la Nueva España en 1555, estudiando la lengua mexicana cuando todavía era un mozo. Tuvo buenos maestros, como Francisco Gómez, fray Miguel de Zárate y Gerónimo de Mendieta, en este último caso cuando el maestro era guardián en el convento de Huexotzingo (en el actual estado de Puebla, centro-sur de México). "Actualmente contamos -dice la autora citada- con ediciones de dos obras de este franciscano: los Huehuetlahtolli, que era originariamente una ampliación y adaptación de los discursos nahuas compilados por fray Andrés de Olmos, y el Confesionario en lengua mexicana y castellana. Con muchas advertencias...". 

Hay que tener en cuenta que en el siglo XVI una gran parte de la población de Nueva España todavía no había sido cristianizada, sobre todo si tenemos en cuenta la extensión que poco a poco va a ir adquiriendo el virreinato. La labor llevada a cabo por estos frailes, que solían tener buena formación canónica, teológica y religiosa, se agranda en la medida en que trataron de comprender al indio, aprender sus lenguas, sus costumbres, respetarlas en cierto modo, adaptarse para hacer más reales las conversiones al cristianismo. Obviamente se trata de unos pocos personajes -aquí no citamos a todos, pero aún así son pocos- pues otros muchos siguieron una rutinaria labor evangelizadora que, aparte el esfuerzo, no respetó las tradiciones indígenas. Por ello la obra de Juan Bautista de Viseo, Bernardino de Sahagún, Juan Focher y otros se agranda.  

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