El lydio Creso fue el primero que atacó y sometió a diversos pueblos griegos -a decir de Heródoto- gobernando las tierras al oeste del río Halys, que va de sur a norte antes de desembocar en el mar Negro (ponto Euxino). Hizo a dichos pueblos griegos sus tributarios, conquistó a los jonios, a los eolios y a los dorios, puebos de Asia Menor, haciéndose aliado de los lacedemonios. Antes del reinado de Creso los pueblos griegos eran libres e independientes, pues la invasión de los cimmerios en Jonia no fue sino una correría "de puro pillaje", dice Heródoto.
El reino de los heráclidas pasó a ser gobernado por Creso de Lydia, que era descendiente de los mérmnadas, siendo Candaules el último rey de la familia de los heráclidas que reinó en Sardes después de quinientos años. Este Candueles perdió la corona por un capricho. Enamorado de su esposa, que creía la mujer más hermosa del mundo, tomó una decisión absurda. A uno de sus colabores, Gyges, a quien solía confiar muchos temas de Estado, le habló de la belleza de su mujer, no pasando mucho tiempo sin volverle a hablar de ello. Pero viendo que Gyges no se asombraba de las excelencia que decía de su mujer, le dijo que se la enseñaría "tal como Dios la hizo". Gyges se extrañó y le dijo que no hacía falta, pues él daba crédito a lo que su rey le decía sin necesidad de ver desnuda a su soberana. Pero Candueles insistió diciéndole que no debía temer nada, pues tanto él dispondría las cosas convenientemente como discreta era su esposa.
Tú te esconderás en nuestra alcoba -dice Candueles- y cuando mi mujer venga a ascostarse conmigo irá despojándose de sus vestidos, de forma que así podrás verla desnuda y, en la oscuridad, podrás irte sin ser visto. Todo esto se hizo así menos una cosa: que cuando Gyges iba a abandonar el cuarto, la esposa de Candueles se dio cuenta, pero nada dijo, por lo que sabía que había sido vista desnuda. Aquí dice Heródoto que tanto entre los lydios como entre los demás bárbaros, es tan deshonroso ver a un hombre desnudo como a una mujer.
A la mañana siguiente la reina mandó llamar a Gyges, lo que a este no extrañó, pues lo había hecho en otras ocasiones. La reina le dijo que debía escoger entre estas dos cosas: o daba muerte a Candueles por haber tenido la ocurrencia de mostrarla desnuda, o bien él debía morir, pues había obedecido al rey contra el pudor debido a ella. Si elegía lo primero la reina se convertiría en su eposa, con lo que Gyges pasaría a ser rey. Este dudó y rogó a la reina que no le hiciese pasar por ninguno de los dos trances, pero ella insistió y a la postre Gyges eligió dar muerte al rey. La misma reina le condujo a la habitación donde la había visto desnuda, le dio la daga con la que debía cometer el crimen y, cuando Candueles dormía, Gyges se abalanzó sobre él dándole muerte, convirtiéndose entonces en rey y esposo de la reina. Añade Heródodo que esto lo puso luego en sus versos Jambos trímetros el poeta Achilocho Pario.
Luego Gyges fue confirmado por el oráculo de Delfos, pero los partidarios de Candueles se rebelaron, a lo que el nuevo rey tuvo que hacer frente. La pytia dijo no obstante que Gyges debía de ser sey, pero que los heráclidas quedaban en el derecho de recuperar el trono para uno de los suyos a la quinta generación de la dinastía de Gyges, lo que se cumplió. Y así Creso aparece en la historia.
(Venus calipigia)
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