Se ha dicho muchas veces que el concepto que los antiguos griegos tuvieron de la tiranía no es el mismo que tenemos nosotros, que hemos heredado los aspectos más negativos de aquella institución. Algunos tiranos griegos han sido juzgados por la historiografía muy positivamente; otros no. Los de los siglos VII y VI antes de Cristo, que son los que aquí me interesan, recibieron claras influencias del poder oriental, sobre todo del reino de Lydia y luego de los persas aqueménidas, pero muchos de ellos fueron excelentes gobernantes, se erigieron por la fuerza o no para dar solución a las demandas de la población humilde contra las usurpaciones y privilegios de la nobleza y realizaron una buena cantidad de obras públicas. Fueron en la mayoría de los casos demagogos, pero también sabios (o así han sido considerados), algunos fueron feroces, pero otros gobernaron con mesura, como es el caso de Pítaco de Mitilene, pero las fuentes son muy parcas y algunas de ellas han de ser sometidas a crítica, pues provienen de personas que se sintieron afectadas por la acción de algún tirano, como es el caso del matemático y moralista Pitágoras. (Arriba, Pítaco de Mitilene)
Según Tucídies aparecen cuando las pólis se están desarrollando, es decir, cuando la vida política se hace más compleja y el predominio absoluto de la oligarquía deja de ser soportado por la población. En cuanto aparece alguien con el arrojo suficiente, recibe el apoyo de agricultores, artesanos, pequeños comerciantes, marineros y vulgo en general y conquista el poder político. No todos los tiranos procedían del bajo pueblo, sino que algunos eran aristócratas que, sin embargo, disputaban el poder a otras familias aristocráticas y se apoyaron para ello en la población humilde. Lo que no cabe duda es que después de la sucesión de las tiranías que existieron en la Grecia arcaica (siglos VII-VI antes de Cristo) el número de personas que pudieron participar en la vida política aumentó considerablemente. En este sentido la tiranía ha de ser considerada una institución positiva.
Pítaco de Mitilene, que vivió entre los siglos citados, fue uno de los "siete sabios de Grecia", al igual que Periandro de Corinto. Polícrates de Samos vivió en el siglo VI a. de C. y su gobierno fue de tal influencia que su derrota constituye un hito en la Grecia arcaica. Consiguió hacer de Samos una isla libre del poder de Lydia en época de Creso. Accedió al poder mediante la violencia, ayudado por sus hermanos, de quienes se deshizo cruelmente (a uno lo mandó matar y a otro lo expulsó a Persia); lo mismo que hizo Clístenes de Sición (y esta casualidad es una de las razones de que debamos desconfiar de algunas fuentes). La tiranía de Polícrates en Samos hizo que Pitágoras se exiliase a Egipto. (A la derecha, Periandro de Corinto).
Opositor de la oligarquía fue Ligdamis de Naxos, como Polícrates de Samos, Cipselo de Corinto y Teágenes de Mégara, pero otros fueron aristócratas: Trasíbulo de Mileto. Algunos se alzaron con el poder a partir de una victoria militar, como es el caso de Pítaco de Mitilene, que venció a los atenienses en cierta ocasión y tuvo un gobierno -a juicio de las fuentes- exitoso. También Cipselo de Corinto accedió al poder al apoyar a la población humilde contra la guerra que mantenía su ciudad con Corcira y Argos. Algunos tiranos se aliaron entre sí, como es el caso de Pisístrato de Atenas con Ligdamis de Naxos y éste con Polícrates de Samos. Hubo tiranos violentos: Fidón de Argos, tanto con los naturales como con los pueblos a los que sometió; también Periandro de Corinto, aunque en este caso la fuente es Aristóteles, posterior y muy relacionado con ambientes cortesanos. Otro violento tirano fue Teágenes de Mégara, pero gozó del apoyo popular, pues sus medidas eran contra los nobles; fue uno de los más reconocidos demagogos y realizó obras públicas notables. Clístenes de Sición -de ser cierto que asesinó a un hermano y depuso al otro- también puede entrar entre los violentos.
Las medidas populistas para granjearse el apoyo de las clases inferiores fueron tomadas por Clístenes de Sición, Trasíbulo de Mileto y Teágenes de Mégara. Algunos tiranos de la Grecia arcaica fueron de origen humilde, como es el caso de Ortágoras de Sición, en el golfo de Corinto.
(Restos de la stoa de Mileto)
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