A finales del siglo XI llegó a León un mercenario borgoñón llamado Enrique que entró en contacto con el rey Alfonso VI. Los servicios que aquel pudo hacer en favor de la corona castellano-leonesa (o galaico-castellano-leonesa) le sirvieron para que el rey permitiese el casamiento de su hija Teresa con el borgoñón, al tiempo que les honraba con el condado de Portugal que, según algunas fuentes, abarcaba desde el Miño en su curso bajo hasta el Mondego. El gobierno de dicho condado por parte de Teresa y Enrique no ha tenido mucho interés para la historiografía, pero el hijo que tuvieron ambos, Afonso, llegado el momento, conseguiría el apoyo de la nobleza condal para independizar de facto al naciente Portugal de la monarquía leonesa.
Afonso Heniques será así el primer rey de Portugal, empeñándose entonces la monarquía y la nobleza en hacer la guerra al islam por su cuenta, terminando las coquistas hasta el Algarve a mediados del siglo XIII. Poco después la corona castellano-leonesa de Alfonso X reconocería las posesiones portuguesas.
Dos siglos antes habían comenzado las correrías como mercenario de Enrique, tanto en la frontera toledana como en la Extremadura leonesa, en las tierras del Ave y del Mondego. Sus cualidades políticas no han quedado reflejadas en crónica alguna, aunque fue el primero que declaró independiente el condado de Portugal; como tampoco las de su esposa Teresa, que no obstante supo llegar a un acuerdo con su hermana Urraca, empeñadas ambas en extender sus dominios entre Galicia, León y el actual norte de Portugal. Teresa, una vez viuda, se hizo llamar reina, pero la historiografía reconoce a su hijo como el primer rey de Portugal, pues fue el que, a la postre, consolidó la independencia del antiguo condado.
El mercenario y conde Enrique murió en Astorga y quizá su cuerpo se encuentre en uno de los sepulcros que se conservan en el panteón real de la iglesia de San Isidoro, en León.
(Castillo de Guimarâes)
Qué hay de cierto en el hecho de que Afonso Henriques mantuvo íntimas relaciones con cortesanas de la corte castellana, alguna en concreto favorita del rey de castilla? Y de que ese enfrentamiento personal llavase en realidad a la reveldía del entonces conde de Portugal, dejando por esa razón de rendirle pleitesía?
ResponderEliminarUn abrazo. F.Q.M.-L.
Es un tema tan particular que no puede asegurarse esa fuese la causa de la separación del condado de Portugal. Más bien habrá que pensar en razones objetivas. El norte de Porutugal (máxime cuendo se creó el condado) se encontraba más alejado que Galicia y las tierras centrales del Duero del reino de León, por lo que la tendencias centrífugas eran fáciles de darse. También pasó así con el condado de Castilla en el siglo X, que fue independiente de facto de la monarquía leonesa hasta que la desaparición del conde Fernán González (de fuerte personalidad) hizo posible la incorporación de Castilla al "centro" leonés. No obstante Castilla volvería a ser independiente de León más tarde (hasta 1230) pero por cuestiones puramente dinásticas (a una rama familiar le interesaba la separación u otra rama no era capaz de mantenerla... También la nobleza gallega fue reacia a integrase en el reino de astur-leonés en los primeros tiempos (el siglo IX es el más característico) pues dicha nobleza se resistía a integrarse en unas estructuras estatales que le privarían, más tarde o más temprano de la autonomía de que gozaba. No hubo pocos enfrentamientos por esta causa. El hecho de que durante el siglo XII los monarcas leoneses estuviesen muy vinculados a Galicia, sobre todo en los casos de Alfonso VII y Alfonso IX, contribuyó a la cohesión de Galicia con el resto de León, precisamente cuando en el segundo reinado citado Castilla volvía a la separación hata 1230. El proceso de formación de las diversas coronas medievales fue lento y tortuoso, fácil de entender si sabemos que fueron los intereses de unas pocas familias nobles las que condicionaban la adhesión o el rechado a integrase en una entidad más amplia. Es curioso que en el siglo XII, el de la separación de Portugal, en la parte oriental de la península está ocurriendo el proceso contrario: la unión de Aragón y Cataluña, pero por razones puramente dinásticas: el conde Ramón Berenguer IV de Cataluña contrae matrimonio con la hija del rey aragonés, Petronila: no hubo otra razón más que el interés de ambas ramas dinásticas. Un saludo.
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