La estatua en mármol de Augusto, que conocemos como el Augusto de Prima Porta, es una copia de un original en bronce de dos metros de altura aproximadamente. Fue encontrada en Prima Porta, una aldea o villa de Livia, la esposa de Augusto, en el siglo XIX, y la coraza está decorada con unos relieves que hacen ausión a la divinización de Augusto, así como el Eros que se encuentra a los pies del emperador.
En la parte superior dos esfinges; luego el carro conducido por la Aurora mientras Coelus (el cielo) depliega su manto para que se haga el día. Fósforo, con una lámpara, precede al carro. A izquierda y derecha las alegorías de dos pueblos vencidos (probablemente Hispania y Galia): las figuras se encuentran sentadas y abatidas. En el centro el dios Marte (de la guerra) recoge las insignias de un soldado parto, prueba de que este pueblo se rinde ante la majestad de Roma. En realidad los partos vencieron varias veces a las legiones romanas, pero aquí se trata de una intención propagandística. Bajo estas figuras un grifo y Diana, diosa de la caza, con un venado y el carcaj, diosa a la que Augusto tenía veneración especial. Abajo, la Tierra nutricia, con la cornucopia de la abundancia.
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