domingo, 2 de octubre de 2011

La capilla gótica más hermosa (I)

Una muestra de como se vivía la religiosidad en la baja Edad Media, particularmente en Italia y entre las clases altas, es la capilla mandada edificiar y decorar por Enrico Scrovegni con una finalidad espiatoria y funeraria, ya que al parecer su padre Reginaldo se había enriquecido con la usura. El edificio, exteriormente, es de una gran sobriedad, con ladrillo visto y cubierta a dos aguas. Se encuentra en el parque de la Arena, en Padua, de ahí que también se le llame capilla de La Arena. La obra sería realizada entre 1303 y 1312.
El interior está profusamente decorado al fresco por Giotto, que dedicó el muro norte, en su parte superior, a seis escenas de la virgen María; en el centro doce escenas de la vida de Jesús y en el zócalo o parte inferior varias alegorías de los vicios. En el muro opuesto, el del sur, la parte superior está dedicada a seis escenas de Santa Ana y San Joaquín; la parte central a diez escenas de la vida de Jesús (pues parte del muro está ocupado por arcadas) y en el zócalo varias alegorías de las virtudes. La bóveda, de cañón, está pintada representando el firmamento, con multitud de estrellas en un fondo azul. En el muro Este hay una escena dedicada a Cristo y seis escenas dedicadas a la virgen María. En el muro oeste Giotto representó el Juicio Final. En total 43 composiciones si consideramos una la del Juicio Final y otra la de la bóveda estrellada.
Como en obras anteriores suyas, Giotto buscó avanzar en los logros de la pintura gótica representando la tridimensionalidad, el espacio, el volumen de las figuras y la riqueza en algunos de los ropajes.
Según Sandrina Bandera Bistoletti ("Giotto", Akal, 1992) la construcción de la capilla provocó polémica, que continuó años más tarde, en torno a 1336, cuando se modificó el ábside para acoger la tumba de Enrico Scrovegni. Bellosi ha publicado (1982) que "en comparación con Asís, el tejido pictórico es más denso y suave: el modelado más difuminado hace que las figuras y los objetos resalten más, pero de forma menos recortada...".
Giotto conocía la obra de Jacobo de la Voragine, "La leyenda dorada", un conjunto de invenciones religiosas para llamar a la piedad popular. No de otra forma se puede entender que en una de las escenas del muro donde se representa la vida de San Joaquín y Santa Ana, aparezca el primero siendo expulsado del templo: Joaquín habría ido a hacer una ofrenda pero un sacerdote escrupuloso de la tradición judía, le acusa de que siendo viejo, no había engendrado hijos (así la concepción de María sin conocer varón quedaba a salvo). El templo de esta escena está representado de forma simple, pero con formas clásicas, pues en Italia el gótico -como el románico- había conservado mucho de la antigüedad.

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