A finales del siglo XV Colón había recorrido toda la franja costera del Atlántico europeo, pero despegarse de dicha costa, con las seguridades que ofrece la navegación de cabotaje, era difícil de realizar tecnicamente. Había unanimidad, no obstante, entre los expertos europeos, sobre la conciencia de que teóricamente la empresa de adentrarse en el Atlántico para alcanzar Asia era posible. Se conoce una discutida carta de Toscanelli a Colón en la que le da detelles sobre el Atlántico.
Este afán por descubrir rutas se inicia a finales del siglo XIII: dos misioneros franciscanos, Giovanni di Carpine y Guillermo de Rubruck, se trasladaron a Mongolia a mediados de dicha centuria, dejando testimonio escrito de ello. Los viajes de los Polo a China (Cathay) en 1261 tuvieron lugar cuando se estaba consumando la conquista del extremo territorio por los mongoles. En occidente se partía del supuesto de que África terminaba, por el sur, en punta; de no ser así los ensayos para circunnavegar dicho continente quizá se hubiesen ralentizado, pero ese siglo XIII también es testigo del conocimiento de la brújula, transmitida a través de los chinos, y se descubre el timón.
Sobre Colón se ha especulado mucho: quizá de origen humilde, quizá de ascendencia judía, quizá con un pasado poco honroso... Dejemos esto. Parece que nuestro personaje no conoce el italiano pero también existen centenares de documentos expedidos por la cancillería de los Reyes Católicos donde se dice siempre, refiriéndose a Colón, "extranjero". No se diría esto de un gallego o de un catalán. Pero lo cierto es que en esta época a nadie se le llamaba "extranjero", sino genovés, florentino, pisano, etc. Su hermano Diego se naturalizó castellano en 1504.
Existe, documentalmente, un "Christóforo Colombo" genovés y no creo que se pueda negar la vinculación de Colón a Génova, aunque no podamos afirmar categóricamente que fuese de allí. Conocía a fondo la navegación por el Mediterráneo, naufragando una vez frente a las costas de Lisboa en 1476. En esta ciudad se refugió al amparo de la colonia genovesa allí existente y se casó luego con la hija de un ligur de origen.
La base científica de Colón era poco sólida. No sabía el cálculo de la latitud por la altura del sol, dando una medida al grado terrestre muy inferior a la real: le adjudicaba 56 millas y 2/3 (83,5 km.); por tanto el Ecuador mediría 30.000 km. en lugar de los 40.000 que en realidad tiene. Hasta tal punto esto es así que las juntas de expertos portugueses y españoles no aceptaban tales cálculos. Colón -a pesar de sus errores- había navegado antes de 1492 a Azores, Madeira y Canarias. La seguridad que muestra Colón en llegar a buen fin si alguien financia el viaje del oeste se demuestra porque en las capitulaciones ya exigió los cargos de almirante, virrey, gobernador y justicia, además del "décimo" de todas las riquezas que se obtuvieran.
Cuando se embarcó rumbo a Asia por el oeste no iba mal acompañado: Pinzón, Juan de la Cosa, Pedro Alonso Niño, Francisco Niño y Juan Rodríguez Bermejo eran expertos navegantes. El artículo de Marío Hernández Sánchez-Barba sobre los conocimientos de Colón es revelador ("Juan Manzano y la historiografía del descrubrimiento", UCM, 1989). Colón habría dispuesto de la información facilitada por un "piloto" o "marino" que le harían insistente ante las coronas portuguesa y española. Colón no emprendió su empresa a ciegas. La obra de Luis María Carrero ("El secreto de Cristóbal Colón, 1994) es clarificadora, pero antes, en 1988, ya habían publicado una obra clave sobre esto Juan Manzano y Ana María Manzano Fernández-Heredia: "Los Pinzones y el descubrimiento de América". En estas obras se documenta incontestablemente la información de que Colón disponía, información que no reveló (¿lo haría si no hubiese obtenido tan pronto el dinero necesario?) y que le facilitó la llegada a esa masa continental que se interpone en el Atlántico y que él creyó que era Asia. Pero el mérito de Colón está en su insistencia, en creer verosímil la información recibida y en llevar a cabo una navegación verdaderamente extraordinaria, que no sería capaz quien no conociese los vientos dominantes en el Atlántico.
"En estas obras se documenta incontestablemente la información de que Colón disponía, información que no reveló (¿lo haría si no hubiese obtenido tan pronto el dinero necesario?) y que le facilitó la llegada a esa masa continental que se interpone en el Atlántico y que él creyó que era Asia."
ResponderEliminarEste párrafo me da que pensar, sobre todo la pregunta retórica que realizas al lector. Aunque no es la mayor autoridad para hablar de este tema, Hugh Thomas explica detalladamente en su libro "El Imperio español" la desesperación que llegó a alcanzar Colón tras pedir primero a Portugal -un par de veces- y hasta 3 ó 4 a Castilla la financiación del viaje. Yo creo que en la reunión secreta que los RR.CC. y Colón mantuvieron en Santa Fe en 1492, y antes de partir hacia Francia como era su siguiente objetivo, el almirante reveló a los monarcas más información de la que jamás confesó a otros pesonajes de su época. De otras forma quizás no habría sonado convincente... Pero todo esto solo es una teoría mía.
Además -no sé si estoy en lo cierto- si las Capitulaciones de Santa Fe estaba previsto que fueran "Asunto de Estado" y no de dominio público, podría entenderse la cláusula de "las islas que ha descubierto", e incluso esto podría apoyar la teoría del "pre-descubrimiento" de 1491, que autoras tan reconocidísimas como Consuelo Varela, de la EEHA-CSIC Sevilla, afirman en sus obras.
Un cordial saludo y felicidades por la publicación.
Conozco la obra de Consuelo Varela. Creo que sobre Colón cabe hablar con cierta seguridad más de lo que se suele aceptar. Parece que interesara a alguien alimentar la parte enigmática del personaje, que existe, pero ello es lógico si admitimos que no pertenecía a una familia notable. Gracias por tu colaboración.
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