viernes, 4 de noviembre de 2011

¿Como vivía un patricio romano?

La siguiente carta, que Gayo Plinio escribe a su amigo Caninio Rufo, es una buena muestra de como vívían las clases superiores durante los dos primeros siglos del imperio romano, ya que el autor vivió entre dichos siglos. Además de una cultura innegable, pues la prosa de Plinio es notabilísima, muestra el placer que siente en recordar ciertos parajes de Italia, el gusto por el descanso y la reflexión poética, el disfrute del ocio y un cierto hedonismo.

¿Que sucede en Como, recreo tuyo y mío? ¿Que en la muy agradable finca próxima a la ciudad? ¿Que en aquel pórtico siempre en primavera? ¿Que en el platanar muy umbroso? ¿Que en el canal verde y brillante? ¿Que en el lago próximo y tributario suyo? ¿Que en aquel paseo de literas blanco y, sin embargo, firme?¿Que en aquel baño al que llena y rodea muchísimo sol? ¿Que en aquellos triclinios de uso ordinario y en aquellos otros reservados? ¿Que en las habitaciones para el día y para la noche? ¿Te tienen y comparten alternadamente? ¿Acaso, como acostumbrabas, eres reclamado por frecuentes viajes con la intención de ocuparte de tus bienes patrimoniales? Si te tienen, eres afortunado y dichoso, si no, uno de tantos. ¿Por que tú (pues es el momento) no encomiendas las labores mezquinas y despreciables a otros y te dedicas tú mismo en ese profundo y fecundo retiro al trabajo intelectual? Esta sea tu ocupación, este tu ocio, esta tu actividad, este tu sosiego, en este se apoye tu vigilia, en este también tu sueño. Modela y forja algo que sea para siempre tuyo. En efecto, tus demás pertenencias, después de ti, caerán en suerte a uno u otro dueño; esto no dejará nunca de ser tuyo si comienza de una vez. Sé a qué mente, a qué inteligencia animo; tú esfuérzate solo en valorarte tanto, cuanto parecerás a los otros, si tú te valoras. Adios.

El que fuera adoptado por su tío, Plinio el Viejo, el que fuera decenviro, tribuno militar, cuestor, tribuno de la plebe, pretor, prefecto militar, cónsul en 101 y augur en 103-104, había consumado su "cursus honorum", sobre todo en época de Trajano, a quien dedicó loas, y ahora se deleita en recordar el tiempo pasado en Como, en las propiedades de su amigo.


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