lunes, 28 de noviembre de 2011

Crisis en Britannia


Hoy existe un acuerdo practicamente generalizado en que los creadores de las nuevas formas de vida del Imperio Romano fueron Diocleciano y Constantino, teniendo en cuenta que contaron con importantes cortesanos que les asesoraron y ejecutaron sus decisiones. 

Es sabido que el siglo III de nuestra era conoce una gran crisis en toda Europa occidental que se venía gestando desde tiempo atrás, y que las incursiones periódicas de pueblos extranjeros a la civilización romana no hicieron sino profundizar. Una muestra de esta crisis se da ejemplarmente en Britannia, cuando se produce la revuelta del militar romano-galo Carausio, que se hizo reconocer durante tres años (desde 286) como emperador de Britannia y el norte de Galia. La Historia Regum Britanniae suministra información sobre los hechos, pero es una obra escrita en el siglo XII por el monje Godofredo de Monmouth, por lo que en muchos aspectos no puede ser considerada sino como un cronicón al que hay que poner en cuarentena. 

Carausio es solo el exponente del grado de descomposición del Imperio en una de sus zonas periféricas, teniendo en cuenta que se trata de una de las regiones más tardiamente romanizadas (no se completa, si se puede hablar así, hasta el siglo II de nuestra era). Contra Carausio preparó Maximiano una expedición, pero no la pudo llevar a cabo; más tarde también Constancio Cloro lo intentó, pero Carausio se aproximó con su ejército a la desembocadura del Rin para impedirlo. A la postre no sería Roma la que venciese al caudillo, sino un colaborador de éste, Alecto, que le asesinó probablemente para repartirse el tesoro con sus cómplices, pues era el responsable de su custodia. 

La misma construcción del palacio de Espalato por Diocleciano, concebido como una ciudad-fortaleza a la orilla del mar Adriático, muestra el cambio de mentalidad y de estética. Atrás quedan los palacios de época flavia y antonina. Ahora Espalato tiene más la forma de un castillo medieval que anuncia esa nueva época, aunque conserve los elementos clásicos amontonados en una organización urbanística sujeta a la seguridad y a la defensa. 

La "Notitia dignitatum" da cuenta también de los hechos que aquí comentamos, pero sobre todo de la organización de un Estado que no ha podido adaptarse a una expansión difícil para la época. El magister officiorum, el quaestor, los ministros de finanzas, los funcionarios de la administración regional en Galia, Italia, Iliria y Oriente, los gobernadores "consularis" y el dux de cada frontera, ya no son capaces de contener la avalancha que se viene encima. Como Carausio surgirán otros, el poder se cuarteará y los pactos o "foedus" no tardarán en llegar.


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