Las navegaciones atlánticas a partir de finales del siglo XV han oscurecido, para el gran público, las que se llevaron a cabo en los siglos XVI, XVII y XVIII por el Pacífico, siendo de las más importantes la que llevó a Fernández de Quirós y su tripulación desde el puerto de Lima hasta el archipiélago de Tuamotu, las islas Salomón, al Este de Nueva Guinea Papúa y luego en dirección norte a las islas Marshall para aprovechar los vientos alisios que, a una latitut más alta, son favorables para regresar, bordeando las costas de las dos Californias y llegando al puerto de Acapulco (1605-1606). Otra a la que me quiero referir es la que llevó a cabo Váez de Torres: ya en pleno Pacífico, desde la isla de Espíritu Santo para dirigirse muy cerca de la costa Este de Australia y luego virar hacia el norte en dirección a Tagula, para, en dirección oeste, pasar por el estrecho que separa el nordeste de Australia de la isla de Papúa Nueva Guinea, bordear la coste oeste del cabo York y luego seguir en dirección noroeste hasta las Molucas y las Filipinas. Por eso dicho estrecho se llama de Torres.
No somos conscientes, en muchos casos, de lo que estos viajes representaron, algunos de los cuales acarrearaon naufragios y desapariciones. La capacidad marítima de los principales tripulantes de aquellas naves a vela era extraordinaria, sus concoimientos geográficos estaban a la máxima altura del momento, a pesar de lo mucho que todavía se ignoraba, los datos sobre vientos en el Pacífico, un mar que precisamente se llamó así por sus calmas ecuatoriales (el recorrido del Ecuador por el Pacífico es enorme) en comparación con el Atlántico, que no presentaba tantas dificultades, además de su menor tamaño, son datos que conviene tener en cuenta. La navegación a vela por el Pacífico acarreaba días enteros sin avanzar casi por la ausencia de vientos, a pesar del conocimiento que se tenía de la navegacion "de bolina". Torres realizó su viaje entre 1606 y 1607, y hoy es un hito de la historia de la navegación y de los descubrimientos.
La obra de Brett Hilder, "El viaje de Torres", es reveladora de la gesta que supuso, además de estar documentadísima. En 1606 Torres empezó a intuir que donde había fondeado sus naves no era todavía la "Terra Austral Incognita" de la que se hablaba en el momento, sino una de las islas cercanas. A Tagula la llamaron San Buenaventura y en el Archivo General de Simancas he podido ver un plano donde por primera vez se dibujan las costas de estas islas.
Se discute si Váez de Torres es gallego o portugués, pero esto es lo de menos, porque en la época estos grandes navegantes eran de donde una monarquía les pagaba sus expediciones. Fernández de Quirós era portugués, como otros navegantes de ese país que hicieron sus hazañas con el dinero de la monarquía española de la época.
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