La plástica griega tiene grandes muestras, sobre todo en época helenística, de un carácter agónico. Personajes que luchan, que padecen, que se esfuerzan, que sucumben ante el enemigo, que atacan fieramente... Aquí solo voy a poner unos ejemplos que me permitan expresar lo que quiero.
Los Luchadores son una muestra de que la serenidad y el ideal de belleza abstracta que había dominado hasta mediados del siglo IV antes de Cristo, ha dejado paso a otros caminos expresivos, donde las luchas y la distorsión de los cuerpos son protagonistas, cuando antes estos temas estaban practicamente reducidos a los relieves de las metopas.
La escuela de Pérgamo dio el Monumento a Atalo I, compuesto de varias figuras, entre las que destaca este galo moribundo, donde podemos apreciar no solo el gusto por un modelado acabado sino aquel carácter agónico del que hablábamos.
De la escuela de Rodas se conserva el Laoconte, que además de introducirnos en una de tantas leyendas sobre dramas o tragedias, muestra el esfuerzo de los personajes, que acabarán sucumbiendo ante la plaga de serpientes. Obra de Agesandros, Atenodoros y Polidoros, permaneció perdida hasta el siglo XV, influyendo sin duda en la escultura de Miguel Ángel.
En el siglo IV antes de Cristo, cuando se está produciendo el tránsito desde el clasicismo hacia el "barroquismo" helenístico, ya Scopas da muestras de abrir este camino a la escultura griega. Una muestra de ello son sus relieves orientales del mausoleo de Halicarnaso.
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