jueves, 26 de enero de 2012

El jabalí de Calidón

Meleagro entrega a Atalanta la piel del jabalí

La mitología griega es tan rica que es inabarcable, porque además los mitos se diversifican en versiones distintas consecuencia de haber sito transmitidos, muchos de ellos, oralmente. Meleagro era hijo del rey de Calidón, que nosotros conocemos como Etolia, más al norte de la península del Peloponeso. Como dicho rey, en unas ofrendas, se olvidó de venerar a la diosa Artemisa, ésta envió a Calidón un feroz jabalí, animal jamás visto por su enormidad para los de su especie, con el fin de que devastase todo el territorio. El jabalí de Calidón es uno de esos animales asociados al inframundo de los griegos, algo así como el infierno de otras culturas. 

La caza del jabalí de Calidón en una cerámica griega
Entonces el rey de Etolia convocó a los más valientes cazadores contra el jabalí, apuntándose argonautas, varios héroes, su propio hijo Meleagro y la cazadora Atalanta, de la que se enamoraría aquel. Algunos de los participantes en la cacería enconaron sus ánimos, pues no aceptaban que una mujer pudiese tener más destreza que ellos (al parecer ciereto machismo también se daba entre los antiguos griegos, que a la postre son los que inventaron estos mitos). Pero lo cierto es que fue precisamente Atalanta la que primero hirió al jabalí, aunque Meleagro terminaría por darle muerte, entregando su piel a la cazadora. En realidad el rey había ofrecido la piel y los colmillos del jabalí a los que le dieran caza y acabasen con los destrozos que ocasionaba en el reino. 

Abajo, un relieve romano donde Meleagro lancea al jabalí de Calidón. Compárese el diverso estilo entre este relieve y el de más abajo.


Meleagro, no obstante, estaba condenado a moir si un tizón de leña se consumía en el fuego, lo que ocurrió tras el episodio de la caceria por decisión de su madre, que no aceptaba aquel hubiese dado muerte a sus tíos (hermanos de la madre) que disputaban el trofeo a la cazadora, no pudiendo Meleagro dar satisfacción a su amor por Atalanta y muriendo.

El arte se ha hecho eco del mito desde los pintores de vasijas en la antigua Grecia hasta el barroco, donde Rubens es quizá el mejor ejemplo. Abajo tenemos el relieve de un sarcófago de época imperial romana donde Meleagro aparece clavando al jabalí. La influencia helenística es evidente (Museos Capitolinos de Roma).


Abajo, un óleo monumental de Nicolás Pousin (1637-38) de 160 por 360 cm., donde la comitiva de cazadores sale en busca del jabalí.


Jacob Jordaens pintó el cuadro de abajo en dos etapas, la primera corresponde a la parte derecha del cuadro, donde aparece el enamorado Meleagro ante Atalanta (1628). La segunda, a la izquierda, donde aparecen varios cazadores. Los dos lienzos se unieron por el centro, lo que se nota viendo el original (Museo del Prado).


Abajo "Atalanta y Meleagro cazando el jabalí de Calidón" (1635-36, de Rubens; M. del Prado).


Abajo la obra de Rubens en la que de nuevo Meleagro lucha con el jabalí, mientras Atalanta, detrás del hijo del rey, se apresta a ayudarle (creo que se encuentra en un museo de Bélgica después de haber sido robado y recuperado).

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