martes, 10 de enero de 2012

Los campos Elíseos en Canarias


 ... y pasando por el estrecho Gaditano, doblando a la derecha, tocó en la parte exterior de España, poco más arriba de la embocadura del Betis, que desagua en el mar Atlántico, dando nombre a la parte que baña esta región. Diéronde allí noticia unos marineros con quienes habló, de ciertas islas del Atlántico, de las que entonces venían. Estas son dos, separadas por un breve estrecho, las cuales distan del África diez mil estadios, y se llaman Afortunadas. Las lluvias en ellas son moderadas y raras; pero los vientos apacibles y provistos de rocío proporcionan que aquella tierra muelle y crasa, no solo se preste al arado y a las plataciones, sino que espontáneamente produzca frutos que por su abundancia y buen sabor basten a alimentar sin trabajo y afán a aquel pueblo descansado. Un aire sano, por el que las estaciones casi se confunden, sin que haya sensibles mudanzas, es el que reina en aquellas islas: porque los cierzos y solanos que soplan en la parte de tierra, difundiéndose por la distancia de donde vienen en un vasto espacio, van decayendo y pierden su fuerza; y los de mar, el ábrego y el céfiro, siendo portadores de lluvias suaves y escasas, por lo común con una serenidad humectante es con la que refriegan y con la que mantienen las plantas: de manera que hasta entre aquellos bárbaros es opinión, que corre muy válida, haber estado allí los campos Elíseos, aquella mansión de los bienaventurados que tanto celebró Homero.

Así describe Plutarco las islas Canarias según la información que pudo obtener en su época, cuyas aguas ya serían explotadas por marineros "andaluces" en el siglo I antes de Cristo. Habla de dos islas y no de siete (o más que son) pues seguramente a las que arribaban los marineros de la Bética eran las más orientales, separadas por un estrecho. De su clima excelente habla nuestro autor con muy bellas y acertadas palabras. En efecto, el cierzo no sopla en Canarias, pues es propio de Aragón y Navarra, frío y que continentaliza el clima. El viento solano es del Este y suele recalentar el ambiente, como ocurre en Estremadura y La Mancha. El ábrego es un viento del suroeste, cargado de humedad y templado. El céfiro es suave y primaveral. La tierra "muelle y crasa" es esponjosa y apta para plantas tropicales. Los campos Elíseos de Homero están relacionados con la Atlántida de Platón; lugar donde morarían ciertos héroes de la antigüedad, apacible y donde reinaría la felicidad. Homero los cinta en la "Odisea" (IV, 561-569).

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