Antigua Escuela del Magisterio de Pontevedra |
La solicitud para la creación del Instituto es obra del Ayuntamiento, resultando conceido en 1845 mediante real orden. Ese mismo año darían comienzo las clases. La organización del Instituto, así como sus actividades, dependían de un director designado por el Gobierno de entre los catedráticos del centro. Sus comienzos fueron muy precarios y los catedráticos eran estables, pero mal pagados (Enciso Recio) con diferencias en el escalafón. Otros profesores eran los llamados sustitutos o auxiliares y, por último, los interinos. La relación con el alumnado -sobran las pruebas de esto- pecaba de paternalista, pero esta actitud se mezclaba con prácticas severas y a veces rigurosas.
La financiación del Instituto de Pontevedra -como en los demás casos- se basaba en las matrículas, las rentas de las que dispusiese a partir de fundaciones, obras pías y, sobre todo, de las subvenciones otorgadas por el Ayuntamiento y la Diputación provincial. Una de las fuentes que más datos aporta sobre su funcionamiento son las "memorias" que año tras año se redactaban. En estas memorias el director exponía los pormenores de la vida académica durante el último curso y daba cuenta de las actividades de todo tipo (las administrativas entre ellas) realizadas por el Instituto. En el año 1864, por ejemplo, el director don Luis María Sobrino expuso que se había alcanzado, hasta el momento, el techo de matriculados: 214 alumnos.
La suscripción de padres de alumnos también contribuía al sotenimiento del Instituto, pero según las "memorias" del mismo, desde 1845 no pasaba de 11.001 reales. En 1859, año temprano para el centro, no quedaba más que una fundación para el establecimiento de una cátedra de Latín, ascendiendo su producto a unos 2.500 reales.
La financiación del Instituto de Pontevedra -como en los demás casos- se basaba en las matrículas, las rentas de las que dispusiese a partir de fundaciones, obras pías y, sobre todo, de las subvenciones otorgadas por el Ayuntamiento y la Diputación provincial. Una de las fuentes que más datos aporta sobre su funcionamiento son las "memorias" que año tras año se redactaban. En estas memorias el director exponía los pormenores de la vida académica durante el último curso y daba cuenta de las actividades de todo tipo (las administrativas entre ellas) realizadas por el Instituto. En el año 1864, por ejemplo, el director don Luis María Sobrino expuso que se había alcanzado, hasta el momento, el techo de matriculados: 214 alumnos.
La suscripción de padres de alumnos también contribuía al sotenimiento del Instituto, pero según las "memorias" del mismo, desde 1845 no pasaba de 11.001 reales. En 1859, año temprano para el centro, no quedaba más que una fundación para el establecimiento de una cátedra de Latín, ascendiendo su producto a unos 2.500 reales.
Instituto de enseñanza medida de Pontevedra |
El Instituto cumplía una triple función académica: a los estudios generales de educación secundaria sumaba los de "aplicación" (prácticos) y la enseñanza doméstica. Estas son las disciplinas impartidas: Latín, Castellano, Doctrina cristiana, Historia Sagrada, Aritmética, Xeografía descriptiva, Xeometría, Griego, Historia general de España, Álgebra, Retórica, Poética, Trigonometría, Psicología, Lógica, Filosofía moral, Física, Química, Historia natural y Francés. Los estudios de aplicación eran: Agricultura teórico-práctica, Topografía y su dibujo y Dibujo lineal "de figura y de adorno".
Escuela de Artes y Oficios de Pontevedra |
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