jueves, 29 de noviembre de 2012

Roma e islam en León

Parte de las termas romanas bajo la catedral de León

El "Diario de León" informa que la cripta de la catedral de dicha ciudad guarda los restos de la Porta Principalis Sinistra y parte de las termas romanas, cuyas dimensiones eran superiores a las de la Pulchra. La Porta Principalis daba paso al campamento de la Legio VII. Estas termas romanas se encontraron en el siglo XIX pero ahora están siendo investigadas.

La cripta de la Porta Principalis tiene un gran intrés, pues los restos arqueológicos que se conservan son también de época medieval. Se han encontrado unas doce mil piezas en las diversas estratigrafías, lo que demuestra que León siguió teniendo importancia en época de la tardorromanidad, y de hecho cuando el pequeño reino asturiano pueda, trasladará allí su corte quizá a principios del siglo X. Se ha encontrado una basa de origen romano que se reutilizó para construir la catedral románica y en la que hay una inscripción: Cristo está aquí; se han encontrado también más de setenta monedas (treinta correspondientes al alto imperio, treinta del bajo imperio y dos medievales), una pechera romana en bronce y restos de cerámica medieval islámica de época omeya, en torno al siglo X, lo que quiere decir que, aún en manos cristianas, la moneda que era valorada era la musulmana, dado el mayor desarrollo económico del islam cordobés que los reinos cristianos del norte de la península Ibérica.

Ahora se cerrará al público la excavación, estando previsto un sistema para que se pueda ver con la debida protección. No obstante existe cierta indecisión por parte de las autoridades acerca de la posible apertura, más pronto o más tarde, de nuevo, para el público.

Juderías de Galicia

Calle de la judería de Ourense

El artículo de María Gloria de Antonio viene a completar lo mucho que ya se ha publicado sobre los judíos en Galicia. En su caso sobre la distribución urbana de la minoría judía en Galicia, que se localizaba bien dentro del recinto urbano amurallado o en una zona segura de la ciudad.

La autora distingue las juderías en torno a una calle única (Ribadavia); comunidades viviendo dispersas por toda la ciudad pero con tendencia a agruparse en una calle principal (Ourense); o comunidades de las que se conoce la existencia de judíos pero no donde se situaban en la ciudad. Además de las citadas habla de las juderías de A Coruña y Allariz, estando todas documentadas en el siglo XV, aunque la de Allariz ya aparece citada en 1289 (Carta de avenencia).

La conflictividad fue la norma, por mucho que se hable de la "convivencia" de tres credos religiosos en la España medieval. En Allariz se intentó dar, por medio de la citada Carta de avenencia, solución a los problemas entre cristianos y judíos, acusados estos de interferir en las ceremonias religiosas de los primeros y al revés. Entre otras medidas se acordó el apartamiento de los judíos a un barrio separado, de forma que no pudiesen salir de él ni siquiera para comerciar. También se prohibió a los cristianos vivir en la judería. El único espacio al que los judíos podían acudir era a las puertas de la ciudad, pero solo para recibir mercancías.

La judería de Allariz se encontraba en la ladera que conducía al castillo, cerca del convento de Santa Clara, por lo tanto en la parte alta de la villa. La de Ribadavia se recoge en la crónica de Froissart, que relata el asalto que sufrió al villa en el año 1386, cuando se resistió al avance de las tropas del duque de Lancáster hacia Castilla, que aspiraba a que su esposa fuese reconocida reina como hija de Pedro I. Las fuentes revelan los contratos de foro y ventas de casas propiedad del monasterio de Santo Domingo: en 1570 el conventó aforó -siempre según la citada autora- una casa sita en la calle de la judería y en 1577 se renovó el foro anterior. La calle de la judería se iniciaba en la plaza Mayor y terminaba en la iglesia de la Magdalena.

La judería de Ourense se encontraba en la Rúa Nova, aunque había judíos dispersos por otras partes de la ciudad. María Gloria de Antonio habla de tres etapas en la constitución de la judería orensana: hasta julio de 1484 en que los judíos fueron reunidos en la sinagoga para advertirles que en el plazo de tres días se señalaría la zona de la ciudad que se convertiría en judería; la segunda etapa caracterizada por la dispersión de los judíos por varias partes de la ciudad, entre julio de 1484 y mayo de 1487 (en esta última fecha se dictan las normas para apartar a los judíos); la tercera posterior a 1487, en que las autoridades proceden a un nuevo traslado de la judería.

En el siglo XV los judíos fueron más pobres que con anterioridad, pero más fuertes en su fe, pues se habían depurado aquellos que fueron objeto de persecuciones. La comunidad cristiana, hostil a los judíos en casi todos sus grupos sociales, contrasta con las intenciones de la Iglesia desde la doctrina de Agustín de Hipona: los judíos debían ser admitidos y amparados por los reyes cristianos (dice Luis Suárez) porque, siendo custodios de la Escritura, constituían el testimonio vivo de las promesas de Dios al pueblo de Israel. Esta doctrina fue convertida en ley en 1199 por el papa Inocencio III. Otra cosa es que se les prohibió el uso de armas, podían practicar su religión en privado, se les negó el acceso a la propiedad agrícola e incluso las Partidas recogen la acusación que con frecuencia se hacía a los judíos de profanar a niños cristianos.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Preparativos para el golpe en Galicia

La Puerta del Sol en Vigo

Un artículo de Julio Prada Rodríguez demuestra hasta que punto han avanzado las monografías regionales sobre las condiciones previas, el fallido golpe militar de 1936 en España y la represión subsiguiente. El autor habla de que Galicia, durante la II República española, no fue una excepción a la hora de contar con una población movilizada en busca de mejoras sociales. Tambien apunta que hubo diferentes modalidades de represión física y que Galicia constituyó una gigantesca movilización de recursos en favor de los militares sublevados al caer pronto bajo su autoridad.

El triunfo del Frente Popular en febrero de 1936 (ya se sabe que hubo irregularidades en estas elecciones, pero a favor y en contra de todos) hizo que el "ruido de sables" empezase (no debe olvidarse el intento de golpe de estado de Sanjurjo en agosto de 1932 y el clima creado por la revolución de octubre de 1934). En los primeros meses de 1936 se movilizaron los falangistas gallegos y los miembros de la Comunión Tradicionalista; se repartieron armas entre ellos. Ya el 7 de febrero, por lo tanto antes del 16, día de las elecciones, el vicealmirante Calvar, jefe de la base naval de Ferrol, promulgaba una orden de operaciones para "mantener el orden" en la ciudad. También en A Coruña se estableció un "Plan de Defensa de la Plaza" desde meses antes (sigo al autor citado). Parece evidente que hubo un núcleo conspirativo en la ciudad herculina. 

A principios de mayo ya llegan noticias a Coruña de que es el general Mola el director de todas las operaciones, pero en Galicia el general Enrique Salcedo Molinuevo y el comandante militar Rogelio Caridad Pita, no se comprometieron con el golpe. Serán los oficiales de inferior rango los que tomen la iniciativa, entre ellos el teniente coronel Luis Tovar Figueras, delegado regional de la Uninón Militar Española. 

Desde principios de julio se intensifican los contactos, van y vienen panfletos y circulares y se organiza el apoyo de los elementos civiles. Poco antes de ser detenido el 13 de julio, Fernando Primo de Rivera encargó a Hedilla que se trasladase a Galicia para colaborar en la preparación del golpe. Los calvosotelistas y los de la CEDA estaban ocupados en proporcionar medios económicos a los golpistas, no en vano se codeaban con la flor y nata de los negocios. 

En A Coruña se reciben pronto las noticias de la sublevación en Marruecos, y el 19 de julio se movilizan en las principales ciudades los "Comités de Defensa de la República". Los gobernadores civiles fueron leales, por lo que, junto con los alcaldes republicanos, socialistas y comunistas, serán los más buscados por los golpistas en los próximos días. Los conjurados ordenan desplazar a los generales Salcedo y Caridad Pita en A Coruña y al contralmirante Azarola en Ferrol, cuando se niegan a ponerse al frente de la rebelión. En Vigo, la columna que sale a proclamar el estado de guerra dispara a quemarropa contra la multitud, y en el municipio cercano de Lavadores (lo fue hasta 1941) hubo una verdadera masacre. 

A partir del triunfo la represión en la retaguardia gallega fue evidente, cuando el país no formaba parte de frente alguno, lo que denota -si no estuviese demostrado hasta la saciedad- la crueldad y villanía con la que actuaron los golpistas, teniendo en cuenta que la mayor parte de los crímenes se cometieron no de forma espontánea, sino con el consentimiento del mando, de mayor o menor rango. Se destituyó a las corporaciones municipales elegidas por la población, se entró en las casas sin juricidad alguna, se llevó a las gentes a varios kilómetros de distancia para fusilarlos sumariamente, se abandonaron los cadáveres cerca de las aldeas para amedrentar a la población.

Los consejos de guerra se prolongaron durante todo el período bélico y mucho después de este dada la vis atractiva (dice Julio Prada) monstrada por la jurisdicción castrense. En 1937 se concentran la mayor parte de las sentencias de muerte, cuando la guerra ya era favorable a los sublevados y, desde septiembre de ese año, caería en sus manos todo el norte de España. Nulas garantías a los detenidos, torturas a los carabineros, que permanecieron en su mayoría fieles a la República, torturas a otros individuos sin discriminación alguna; se persiguió a intelectuales y maestros, a lídres sindicales, a diputados de izquierda o simplemente no simpatizantes con los golpistas, a los dirigentes políticos republicanos, para lo que los asesinos contaron con la colaboración del clero. Un buen número de jornaleros, marineros, trabajadores del ferrocarril y de la construcción, obreros de las manufacturas, empleados comerciales, fueron víctimas sin más "culpa" que vivir en una coyuntura que no solamente a España afectaba, el auge de los fascismos y el odio desatado de unos pocos.

La antigua muralla de Noia

Noia en una fotografía antigua

Una vez más, obras de urbanización sacan a la luz restos arqueológicos de gran interés para la vida de una población y su historia. La muralla medieval de Noia podrá verse pronto, aunque los trabajos de recuperación están pendientes, pues de la existencia de esta muralla, incluso arqueológicamente, ya se tenía noticia desde hace años.

Según informa "La Voz de Galicia", el tramo de muralla situado en un bajo del malecón de Gasset, ya fue objeto de estudio hace unos diez años, correspondiente esta muralla a principios del siglo XIV, cuando la villa de Noia se encontraba en un momento de despegue, como otras marineras de Galicia, aunque la crisis demográfica que afectó a todo occidente también se hizo notar aquí. La muralla, unas décadas más tarde, cumpliría un papel de refugio ante la extensión de la peste, pues no se dejaba entrar a los infectados de dicha enfermedad.

Un lienzo de la antigua muralla de Noia

Quizá esta muralla es ampliación de otra anterior -cuyos vestigios están por investigar- pues Noia fue objeto de invasiones normandas en la alta edad media, como todas las costas del occidente europeo, siendo obra del rey galaico-leonés Fernando II el que la villa se ubicase en su actual emplazamiento (zona vieja). Ya en el siglo XIV, con motivo de los conflictos antiseñoriales que se vivieron en algunos núcleos urbanos de Galicia, particularmente en Compostela, Soga de Lobeira, señor de Noia, ayudó al arzobispo compostelano Berenguel de Landoira, el cual se resistia a reconocer la independencia de los ciudadanos del señorío arzobispal. Soga de Lobeira quizá mandó construir la muralla sobre la que ahora se investiga.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Pena de Lantañón

El río Umia desde los altos de Rabuñade (fotografía de Galicia única)

Los municipios de Vilanova de Arousa y Portas se encuentran al oeste de la provincia de Pontevedra; el primero litoral y el segundo interior. El clima es suave y húmedo, el paisaje muy humanizado, con densidades de población altas, los ríos, los árboles, los prados, los viñedos, el caserío disperso son las notas dominantes. 

Casi en el límite de dichos municipios se encuentra Pena de Lantañón, donde se encuentra un yacimiento de la época del cobre (en líneas generales antes del segundo milenio a. de C.). Al parecer no se ha excavado, pero los que han estudiado este sitio han podido comprobar vestigios a simple vista. Puede que se trate de un lugar para la defensa de los habitantes ante las amenazas de otros, en una época en la que, como cabe suponer, la sobrevivencia estaba permanentemente amenazada. Es un lugar elevado desde el que se divisa un gran territorio.

¿Es posible que de una etapa prehistórica el lugar fuese utilizado, con la misma finalidad denfensiva, en época ya plenamente histórica, por ejemplo, en la edad media? Entre las dos etapas quizá las excavaciones que se lleven a cabo revelen la existencia de un asentamiento castreño y luego de época romana.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Los castillos de Montgrand y de la Reynarde

Castillo de la Reynarde

Los exiliados españoles que pudieron organizarse en torno a los partidos políticos y sindicatos, tras la guerra civil a partir de 1939, pudieron adquirir, con los recursos del buque "Vita", dos castillos en el sur de Francia, cerca de Marsella, el de Montgrand y el de la Reynarde. Allí se acogió a muchos españoles. 

Los exiliados españoles vivieron divididos en Francia y México principalmente, antes de que se iniciase la segunda guerra mundial y la mayor parte de Francia quedase ocupada por las autoridades nazis. Luego también cuando la Francia de Vichy fue ocupada, de la que formaba parte la región de Marsella. 

Por lo que respecta a los socialistas, verdadera columna vertebral en torno a la que se adhirieron los exiliados (excepto los que no pudieron hacerlo) existieron fuertes diferencias entre los partidarios del que había sido Presidente del Gobierno durante la mayor parte de la guerra, Juan Negrín, y quien había sido su ministro de Defensa hasta que esta competencia la asumió Negrín, Indaleio Prieto. Este último dirigió la organización de la ayuda a los exiliados desde México, gozando del apoyo del gobierno de dicho país, mientras que Negrín lo hizo desde Francia hasta que no le fue posible por la ocupación alemana.

¿De donde salieron los recursos para que los exiliados españoles pudiesen sobrevivir? La Caja de Reparaciones fue creada por el Gobierno de Largo Caballero poco después de comenzar la guerra civil, con el objeto de que se depositasen los bienes incautados de todas aquellas personas que apoyaron el levantamiento militar: no fueron pocas las joyas y objetos que constituyeron aquella Caja, que luego serían el preciado cargamento del "Vita", una embarcación propiedad de un miembro del Partido Nacionalista Vasco que puso al servicio de la República. 

En 1939 el Presidente Negrín mandó fletarlo para trasladar el tesoro incautado. Desde el puerto francés de El Havre el "Vita" navegó hasta Barcelona antes de que esta ciudad cayese en manos de las autoridades militares sublvedadas. El buque y su cargamento estaban ya en Veracruz (México) a finales de marzo, unos días antes de que el general Franco redactase y diese a conocer su famoso parte final de guerra. El Servicio de Evacuación de los Republicanos Españoles perdió entonces el control sobre los recursos del "Vita", pasando estos a ser administrados por la Junta de Auxilio de los Republicanos Españoles, dirigida por Prieto en México.

El "Vita" transportó depósitos del Banco de España, los fondos de la Caja de Reparaciones, depósitos de varios Montes de Piedad, objetos de culto religioso, depósitos de la Generalitad de Cataluña y de varios bancos, objetos incautados en Alicante en los últimos meses de la guerra, piezas y lingotes de oro y otros materiales. La Junta de Auxilio de los Republicanos Españoles dispuso de 38.837.615,38 millones de pesos mexicanos según la Comisión Administradora de los Fondos de Auxilio a los Refugiados Españoles, creada más tarde en México y ya con la participación del Gobierno mexicano (1). Así fue posible adquirir los castillos de Montgrand y de la Reynarde, pues "cada mes erean enviados a Francia siete millones de francos con los que hacer frente a las necesidades más perentorias de los refugiados" (2).

Pero el comienzo de la segunda guerra mundial y la ocupación francesa por parte de la Alemania nazi harían cambiar las cosas, comenzando entonces la huída hacia México, Santo Domingo y otras partes. Entre los personajes notables que fueron ayudados por la Junta de Auxilio están el que fuera Presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio, el general Miaja, las viudas de Cruz Salido (asesinado por las autoridades franquistas en 1940) y de Manuel Azaña, Álvaro de Albornoz, la viuda de Julián Zugazagoitia, el cual corrió la misma suerte que Cruz Salido y otros. Varios miles de españoles pudieron ser auxiliados así durante su exilio que, para muchos, sería la última experiencia de su vida.

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(1) José Carlos Gibaja Velázquez, "Indalecio Prieto y el socialismo español (1935-1950)", 2002.
(2) Idem nota anterior.

Viaxe a casa da Armada

O fondo, o edificio do Liceo, na praza Maior

As vilas do leste de Oruense teñen un parecido coas da meseta: non se trata de aglomeracións inconexas, senón que contan coa súa praza, a súa fonte central, o seus edificios notables, as súas rúas adxacentes, o seu urbanismo máis ou menos recoñecible, os seus arrabaldes... Outra cousa son as aldeas, espalladas pola contorna rural, coas súas hortas e parcelas, leiras e arborescencias, consecuencia dunha economía agraria e gandeira desde sempre. Coma o concello é extenso, abundan os topónimos autóctonos: Caldesiños, Fornelos de Filloás, Froxais, Grixoa, Mourisca, Penouta, Pexeiros, Pradocabalos, Pradorramisquedo, Punxeiro, San Cibrao, San Mamede, San Martiño, Santa Mariña da Ponte, Solbeira, Vilardemilo, Vilaseco da Serra; pero tamén os relacionados coas veciñas provincias do antigo reino de León: Bembibre, Hedroso, Quintela de Umoso, Trabazos de Hedroso...

Unha das rúas radiais dende a prazaMaior

Viana do Bolo encóntrase na bisbarra do curso alto do río Bibei, sobre o que, máis o oeste, os enxeñeiros romanos construíron unha ponte que aínda se conserva, con esa sobriedade característica do sentido práctico, cos perpiaños ben labrados, pequeno se o comparamos con outras pontes, pero ben peraltada para salvar a canle sobre o terreo circundante.

 Moi perto, en direción leste, atópase o parque natural do lago de Sanabria, que mantén parte da fisonomía xeográfica de Viana, aínda que se abren aquí vales que anuncian a próxima meseta. Antes, discorren con caudal abondoso durante varios meses o ano, os ríos Conso e Camba, que entre as escarpaduras dos relevos conteñen encoros para a produción da enerxía eléctrica. É unha bisbarra de minifundios ancestrais, consecuencia dunha división do terreo de xeración en xeración. As árbores espállanse na paisaxe, sendo o castiñeiro o campión dun froito que foi base das economías máis humildes hai décadas, incluso séculos. Os vacúns e ovinos teñen baixado en importancia, pero non por iso se deixan de degustar os máis espléndidos chuletóns nas muxicas da comarca.  

Por Viana pasa a estrada comarcal 533 que comunica A Gudiña, o sur, con Freixido, concello de A Rúa, o norte, pasando polas terras vitivinícolas de Larouco. É zona de antigas minas de explotación romana, de castros indíxenas conquistados polos lexionarios, de loitas medievais como consecuencia das ambicións nobiliarias. Unha mostra é o castelo do que só se conserva, apenas, a torre da homenaxe, de fábrica orixinal quizais do século IX, pero reconstruído no gran século das repoboacións septentrionais (o XII). Sería propiedade, no século XVI, do primeiro marqués de Viana, señoreando a zona a súa familia e descendentes, sometendo a campesiños e menestrais, xente miuda acostumada a pagar dezmos, pechos e "dereituras".

O negocio central do "amo" da vila a mediados do século XX, hoxe arruinado

No século XIX a vila de Viana non se librou das loitas entre carlistas e liberais, empeñados os primeiros na tradición, os segundos en sustituir á nobreza local no dominio das rendas campesiñas. Hoxe tense formado, no castelo, un pequeno museo etnográfico, con mostras dos aparellos de labranza e obxectos de moi variada ensinanza. 

A vila de Viana érguese sobre un outeiro, no centro do cal está a praza Maior coa súa fonte, o parecer construída co gallo dun alzamento liberal en 1830: unha mágoa, pois tres anos despois sería posible restablecer as liberdades, que tan pouco significaron para os veciños destas afastadas terras. 

Nas aldeas pódense ver al igrexiñas rurais, co seu aparello ben labrado, coa súa sinxeleza, co seu empaque sobranceiro sobre o casarío, exemplo do cal son as de Bembibre e Vilardemilo. A casa principal da praza Maior, na vila, está sostida por soportais de arcos rebaixados, cuhna balconada e escudo central que, segundo certas fontes, corresponde ós séculos XVII-XVIII. A paixase faise amable nos lugares de Pradocabalos, Ramilo e Humoso. Na vila, unha fiestra mozárabe na igrexa de Santa María, con dous pequenas arcadas de ferradura. O máis probable é que dita fiestra fose trasladada aquí desde outro edifico máis ou menos lonxano.

A horta da casa da Armada, en Mourisca


Galería interior da casa da Armada
O patio interior da casa da Armada
Outra vista da casa da Armada

A casa da Armada

Patio interior da casa da armada, antigamente curral
Portada da casa da Armada

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Casagemas

Casagemas por Picasso

Picasso nunca reconoció haber tenido una etapa azul y otra rosa, pero la historiografía sí ha establecido esta diferencia entre dos momentos de su juventud como pintor. La primera obra en la que predominan las tonalidades azules es en su "Muerte de Casagemas", una amigo suyo que terminó trágicamente sus días como consecuencia de un enamoramiento que no se sabe si fue correspondido. El suicidio de Casagemas, en un café parisino y ante su amada, conmovió de tal manera a Picasso que pintó varias versiones de Casagemas muerto. 

Aquel París de principios del siglo XX (1901) era un hervidero de bohemios, artistas, movimientos de todo tipo, inquietudes políticas, desarrollo económico, uno de los centros de Europa, y en el plano artístico el centro de Europa desde hacía tiempo.

Picasso había invitado a Casagemas a pasar unas navidades en Málaga, pero el pintor catalán regresaría pronto a París en busca de Germaine, la joven de la que estaba enamorado. Tenía Casagemas solo veinte años, un espíritu romántico inconfundible y una sensibilidad extraordinaria; era un ser melancólico, entregado a una vida en la que no hubiese orden establecido, como tantos otros de la bohemia parisina. ¿Que tenía Germaine para provocar tal estado de ánimo en el joven pintor? ¿Que enfermedad aquejaba a este para decidir un suicio con toda la vida por delante? El ambiente, la sensación trepidante de un mundo que cambiaba a una velocidad extraordinaria, con innovaciones técnicas a cada paso, con la industrialización galopante, con el colonialismo a flor de piel, con las amenazas mutuas entre los diversos países europeos.

"Muerte de Casagemas"

Los periódicos de París -como los de otras capitales europeas- informaban de todo esto. ¿Como lo vivirían los artistas, los filósofos, los intelectuales, los pintores, los mendigos y los que no trabajaban convencionalmente? Sin duda la época les hería más que a nadie: habían empezado ya a hacer su aparición algunas manifestaciones artísticas rompedoras, no tardaría Marinetti en publicar su manifiesto, pintores y literatos, poetas y otros artistas vivían en vísperas del expresionismo, del fauvismo, en medio del futurismo al que invitaban las máquinas y la velocidad, con los postimpresionistas animando la renovación en las artes plásticas, los simbolistas asombrando con sus visiones, premonición de lo que será luego el surrealismo.

Picasso había pasado por una etapa realista en su pintura, de lo que es buen ejemplo "Ciencia y caridad"; todavía no había sorprendido con sus "Señoritas de Aviñón", pero no estaba lejos el año en que pintaría este cuadro. Mientras tanto fue un buen conocedor de la pintura clásica española, desde El Greco hasta los pintores barrocos, sobre todo Velázquez. Luego conoció también a los caricaturistas franceses, a los pintores realistas, a los impresionistas y, sobre todo, la pintura de Van Gogh. El entierro o "Muerte de Casagemas" está influido claramente por la estética y la técnica del pintor holandés, con sus colores fuertes y cálidos, con predominio del amarillo, con la expresionista iluminación de la vela, que despide sus rayos de forma inverosímil. El perfil del rostro de Casagemas, enjuto y muerto, inmóvil, está recorrido por un amarillo consecuencia de aquella iluminación, mientras que el negro recorre sus cabellos y patillas. El lecho es una masa de color, con tonalidades azuladas, grisáceas y amarillas.

¿Fue Casagemas una víctima y un símbolo de su tiempo? Habría tenido una muerte trágica y absurda igualmente aún no habiendo conocido a Germaine? ¿Fue esta bailarina una simple excusa en su existencia? La obra de Picasso que aquí comento sugiere aquellos vínculos entre algunos espíritus inquietos y el mundo cambiante que les tocó vivir.

Mina de oro en Laza

Paisaje de Laza
El río Támega forma varios meandros y describe su curso para digirirse al vecino Portugal. A su paso le salen las villas de Laza y, algo más al norte, Castro de Laza, casi en el centro de la provincia de Ourense. Una vez más ha tenido que ser una organización altruísta la que ha avisado de los desperfectos causados por unas obras (se trata de hacer un cortafuegos) destruyendo un petroglifo muy singular que está relacionado con el yacimiento cercano de arte rupestre conocido como das Pisadiñas.

También se han visto afectados algunos canales de agua que daban servicio a la mina de época romana, empezada a explotar en el siglo I de nuestra era. El petroglifo se encuentra en el lugar de Navallo, y la mina de oro entre Laza y Castro de Laza.

Ojalá la denuncia de la asociación cultural Alto Támega dé sus frutos y se pueda evitar que la destrucción de la riqueza arqueológica de Galicia continúe. Para ello ya hace años que se viene practicando un tipo de arqueología preventiva, pero en este caso se trata de yacimientos que no estaban catalogados.

La ciudad de Mes Aynak

Fotografía tomada de "Terrae Antiquae"
A más de 2000 metros de altitud sobre el nivel del mar, al sureste de Kabul y, por lo tanto, no lejos de la frontera con Pakistán, en medio de un paisaje desértico de montañas peladas, la sensación de soledad y de abandono es total. Pero en este inhóspito lugar se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Afganistán, que corre peligro por la inestabilidad política del país, por la acción de los talibán y por las necesidades económicas que padece la población.

Algunos consideran este yacimiento arqueológico de una importancia extraordinaria. Se encuentra en uno de los ramales de la ruta de la seda y puede que el lugar estuviese habitado desde el 3000 antes de Cristo. La ciudad, tal y como se construyó y luego se desarrolló será posterior: del 500 antes de Cristo aproximadamente.

Un edificio parece haber sido lugar de retiro de monjes budistas de la primera época, así como otros parecen estar datados en los primeros siglos de nuestra era. Un aspecto que los arqueólogos han apuntado es que la zona donde se encuentra Mes Aynak tenía árboles que la hacían atractiva para ser habitada, pero un proceso de deforestación, en parte provocado por el hombre y en parte por ciertos cambios climáticos, vino a iniciar su decadencia. Los restos encontrados son de diversos materiales, algunos de esquisto, una roca metamórfica formada por láminas; otros materiales son de barro. Las pinturas al fresco son del máximo interés, sobre todo por la particularidad que presentan en relación a otras conocidas de civilizaciones orientales, pero las esculturas muestran un sincretismo entre el arte oriental y el helenístico, lo que las sitúa en los últimos siglos antes de Cristo y los primeros de nuestra era. Otros materiales excavados son vidrios, monedas y útiles de uso diario.

Una mina de cobre, que yace bajo Mes Aynak, ha puesto en peligro el yacimiento, pues tanto las autoridades afganas como las chinas, están interesadas en su explotación. La riqueza de la mina es de tal importancia que plantea un serio dilema a la comunidad. Por un lado está el deseo de conservar el yacimiento y darle el tratamiento adecuado para la conservación de la riqueza arqueológica que atesora; por el otro las necesidades económicas de un país que padece una situación de pobreza endémica. Los intereses del capitalismo chino hacen el resto.

Un Buda sedente

lunes, 19 de noviembre de 2012

La estética de Eugene Laermans

"Los tocadores" (1914)
Al oeste de la ciudad de Bruselas, formando parte de su conurbación, se encuentra Molenbeek, una ciudad que vivió, en el siglo XIX, el proceso industrializador repetido en otras muchas partes de Europa. Cuando Eugene Laermans vivía en esta pequeña ciudad todavía se internaban entre las barriadas los prados y los árboles escuálidos. Pero pronto empezó a crecer como consecuencia de la inmigración que llevó a este lugar franceses, italianos, turcos, griegos, irlandeses, españoles... El sordo desde niño y casi mudo como consecuencia de una enfermedad, vio aquellas gentes despistadas y miserables, maltradadas por un mundo que se abría paso sin pedir permiso a nadie, obediente solo al beneficio de unos pocos. 

Pero al mismo tiempo Laermans vivía la influencia de una estética decadente y revoltosa: la del poeta Baudelaire, la de los pintores simbolistas, la de los realistas Meunier y Courbet. En medio de todo Laermans creó su propio mundo pictórico, su propia visión de la realidad vivida y pensada: casi siempre con personajes apesadumbrados, humildes, sometidos por la vida, callados, que caminan sin brío, pesadamente, en medio de atmósferas brillantes pero no reales. Las casas parecen interpretadas ingenuamente, las aguas son cristalinas, los cielos tormentosos o amenazantes.

"Los emigrantes"
Fue un pintor, ante todo, llamado por la sensibilidad social, que supo plasmar con una técnica muy personal, con una estética no repetida facilmente, a esa masa de hombres y mujeres que vagan por la vida, que sufren, que están olvidados, que están solos aunque vivan en compañía. La industria hacía sus estragos, el campesinado quedaba medio olvidado, los mendigos poblaban los suburbios, los hombres no hablan entre sí. En sus cuadros se plasman estas características que sugieren mucho, que son lecciones dichas con pocas palabras, con una pincelada brillante o apagada, pero siempre certera en su mensaje. 

Más de una decada, la última de su vida, estuvo Laermans apartado de todo, como si la época que le tocó vivir hubiese hecho mella en él, como si su prematura sordera le invitase a retirarse antes de tiempo, como si la guerra que se acercaba le anunciase las más negras noticias. Al fin, no habría salvación para aquellas masas de emigrantes, de mendigos, de mujeres y hombres desaparrapados. Cuando la II guerra mundial no había hecho sino empezar, moría nuestro artista en 1940.

Véase el cuadro "El borracho", obra de 1898 que se encuentra en el Museo Dhondt-Dhaenens, en Deurle. "Los tocadores" se encuentra en el Museo Real de Bellas Artes de Bélgica, en Bruselas.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Átropos, de Goya

Átropos y las otras parcas con un hombre en el centro

Nunca he tenido ocasión de ver esta obra en su original, y hay una viva polémica sobre si la parte derecha es la izquierda o no (en todo caso así aparece reproducida en la mayor parte de las ocasiones). La mentalidad mitológica griega nos ha legado el conjunto más grandioso de leyendas y personajes con propiedades divinas, de héroes, de humanos y otros no exactamente humanos; ligados unos a la naturaleza, otros a las fuentes, a los cielos, a las desgracias, al destino, a la muerte... Átropos es una de las moiras que los romanos llamaron parcas, la que representa lo inexorable. Mientras Cloto hila (el devenir de la vida), Láquesis mide la longitud de la vida y Átropos acaba con ella mediante las tijeras con las que corta el hilo: así la representa Goya en este óleo sobre yeso que luego fue montado sobre un lienzo. Es una obra de 123 por 266 cm. que se encuentra en el museo del Prado (Madrid).

Goya se encontraba al final de su vida: ya había padecido las enfermedades más graves que se le conocen, sobre todo la sordera, que fue a más y que le hizo desconfiado ante las risas de los que le acompañaban. También había padecido una enfermedad que por poco le deja ciego, probablemente por las sustancias que usan los pintores mientras pintan al fresco en posturas forzadas. Goya había perdido a sus padres, a su hijo, a sus mejores amigos, según nos cuenta Zapater, gracias a cuyas cartas tenemos tantas noticias sobre su vida y estado de ánimo. También había pasado Goya la guerra de ocupación francesa; sintiéndose un patriota; no está de acuerdo con la monarquía absoluta, y menos con el rey Fernando, que le resulta inepto. Por eso pide permiso para viajar a Burdeos con el fin de descansar y curarse de sus males. En uno de esos viajes le sorprenderá la muerte, en 1828.

La obra que aquí comentamos fue realizada entre 1821 y 1823, y Goya hace una interpretación particular de los personajes mitológicos: la parca de la lupa representa el nacimiento, la que hila representa la vida y la que tiene unas tijeras, Átropos, la muerte, que es lo inexorable por excelencia. En medio un hombre desconcertado y suspendido en el espacio, un espacio sin color, con una atmósfera brumosa, la vegetación escasa; vistos los personajes, en parte, a contraluz, en un ambiente misterioso, donde dominan las tonalidades negras, pardas y blancas. El hombre parece ser juguete de las parcas, pasivo, absorto, mientras ellas interpretan el papel que les corresponde, rodeándolo, determinando toda su existencia.

Fe antes que razón

Claustro de la catedral de Santiago
Fray Hernando de Ojea nació a mediados del siglo XVI (no existe acuerdo sobre el año exacto) en Ourense. Dominico en México, conoció las lenguas indígenas y fue el primero que intentó una historia documentada de Galicia, "de lo que dan fe los manuscritos por él redactados en México y que hoy se conservan en la Academia de la Historia" (1). Es el autor de una "Historia del Apóstol Santiago", redactada en México y completada en Santiago en 1601 (sigo al autor citado a pie de página). Ojea murió en Madrid en 1615.

Fiel a su época colaboró con el Santo Oficio de México para combatir un foco de propaganda judaica en 1594. También fiel a su época escribió una "Historia del Apóstol Santiago" acriticamente, dando pábulo a las leyendas no contrastadas y basándose en historias anteriores, como la "Compostelana", redactada al dictado del arzobispo Gelmírez en el siglo XII. También se inspiró en otra obra del mismo siglo, el "Códice Calixtino", aunque tiene mucho mérito su obra "Carta o Descripción geográfica del Reyno de Galizia". Describe Galicia de la siguiente manera:

... es uno de los muchos Reynos de España que posee nuestro Rey Filipo. Era antiguamente mucho mayor que ahora, comprendía todas las tierras y provincias que ay dentro de los límites siguientes, de la mar del Norte y montaña de Iunto a Vizcaya, hasta las fuentes del gran Río Duero y de ay todo lo que el corre hasta dar consigo en la mar, y caminando por las orillas della hasta bolver al mismo punto de donde salimos...

No es extraño que tuviese esa idea, no solo porque se había divulgado que este territorio es el que pudo poseer el antiguo reino suevo en el siglo VI, sino porque los musulmanes, a los territorios al norte del sistema Central les llamaron, en muchas fuentes, "Galicia". Obviamente, la denominación de los pueblos del noroeste, conocidos por los romanos incluso desde antes de nuestra era, daría nombre a la provincia romana de Gallaecia, que sin ser tan extensa como relata Ojea, era más extensa que la actual.

Como el cardenal e historiador César Baronio, había descartado o por lo menos cuestionado la estancia de Santiago el Mayor en España, Ojea se creyó en la obligación de hacer valer la creencia del Santiago hispano, es decir, sus predicaciones (nunca comprobadas) y su enterramiento bajo las losas de lo que hoy es la catedral de Santiago (que la arqueología ha desmentido). Así, aparecerá publicada en Madrid, en 1615, después de muchos avatares, la "Historia del Apóstol Santiago", en la que el autor no aporta practicamente nada que no dijeran otras fuentes, también interesadas, con anterioridad: sobre el inverosímil traslado del cuerpo decapitado de Santiago a las rías gallegas; sobre sus no comprobadas predicaciones en España; sobre la invención del sepulcro; sobre los favores e indulgencias dadas por los papas a los peregrinos (en lo que demuestra más interés por la promoción de la ciudad y la Iglesia que por la historia); sobre la universalidad de la devoción a Santiago, muy oportuna en momentos en que la reforma protestante arreciaba; sobre la Orden de Santiago; sobre las batallas en las que supuestamente Santiago habría participado en México; sobre los milagros de apóstol y una guía (esta sí de interés) de la ciudad de Santiago en su época: describe las puertas de la ciudad y sus arrabales, monasterios (en particular el de Santo Domingo); da noticia del sepulcro de un novicio santo (que seguramente da origen a la Rúa do Home Santo); habla del hospital real y sobre el de San Roque, sobre las fiestas y ferias, de la Inquisición, etc.

Una obra interesante desde el punto de vista bibliográfico, no tanto historiográfico, propia de un fraile culto que vive entre los siglos XVI y XVII, más interesado en la devoción que en la historia.
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(1) Ignacio Cabano Vázquez, "Frei Hernando Ojea (1543-1615). Un libro sobre Santiago escrito en Nova España por un galego", Estudios Migratorios, número 5, junio de 1998.

sábado, 17 de noviembre de 2012

España, 1938

Teruel en guerra
La obra de Juan Simeón Vidarte, "Todos fuimos culpables", publicada en el exilio mexicano del que fuera militante socialista, revela datos muy interesantes sobre las vicisitudes de la II República española cuando, en el año 1938, estaba claro que la guerra civil española estaba perdida para la República. 

La participación de los comunistas en el Gobierno republicano siempre fue un problema tanto para el Presidente Azaña como para los socialistas, que se vieron en la necesidad de contar con ellos, pues la única ayuda que recibía la República venía de la Unión Soviética, y no siempre hubo acuerdo sobre las prioridades en la guerra. A partir del otoño de 1937 el ministro de Defensa, Indalecio Prieto, mostró su desacuerdo con la resistencia numantina que los comunistas imponían, a pesar de que la situación militar era ya claramente desfavorable para la República. Vidarte revela ciertos contactos de Prieto con militares ingleses para ofrecer a Gran Bretaña la posibilidad de construir bases navales en Mahón, Cartagena y Galicia a cambio de ayuda militar. Era una fórmula para restar importancia a la ayuda que se recibía de Rusia. 

Julián Zugazagoitia, por su parte, dice en su "Guerra y vicisitudes de los españoles", que el jefe de la aviación, Hidalgo de Cisneros, y el general Vicente Rojo, plantearon entregarse al gobierno del general Franco con tal de llegar a una paz negociada. Cuando Prieto se enteró de ello se ofreció para acompañarles y dar mayor fuerza al ofrecimiento. Pero todo eran intentonas a la desesperada, sobre todo cuando los republicanos perdieron Teruel y la llegada de los sublevados al Mediterráneo estaba cerca. Entonces Prieto, algo antes de abandonar el ministerio de Defensa, propuso al presidente Negrín atacar por el aire a Italia, extender el conflicto español a dicho país y así desencadenar la intervención de Alemania. Podría haberse anticipado la II guerra mundial, en la que España se habría visto involucrada y, de esta forma, el régimen del general Franco hubise sido vencido. Negrín no aprobó tal medida.

Lo cierto es que las fuentes citadas hablan de la desunión en el seno del Partido Socialista, el pesimismo de Prieto, ministro de Defensa, respecto de las posibilidades de victoria y, por lo tanto, su salida del Gobierno a instancias de Negrín, que no obstante quiso tenerlo en otra cartera, a lo que Prieto se negó: la influencia comunista en el Gobierno era la clave de las desavenencias entre uno y otro, que se extendían a más personalidades de la época.

viernes, 16 de noviembre de 2012

El jardín de las delicias

Detalle del panel derecho: "El Infierno"




Es obra única, sin parangón posible, que se anticipa a movimientos muy posteriores como el simbolismo, el surrealismo, el arte de lo absurdo, que mantiene una estética gótica en una época ya plenamente renacentista. Se trata de un tríptico de 220 por 389 centímetros, lo que convierte a esta pintura en monumental; un óleo sobre tabla pintado a principios del siglo XVI. 

Hieronimus Bosch fue un visionario: la multitud de detalles que incorpora a esta obra nos abruma; lo grotesco, lo terrible, lo sagrado, lo místico, lo lírico, lo tenebroso, lo misterioso, el verdor de la naturaleza, la crueldad, las figuras descarnadas, las vestiduras clásicas, los monstruos, los animales dimunutos saliendo y entrando, en un mundo idealizado y a la vez terrible, los personajes dispersos, arremolinados, desnudos, con sus cuerpos blanquecinos que les hacen parecer fantasmas, juguetes del destino; un mundo fantástico, alegórico, estremecedor, angustioso, que probablemente fue producto de un estado de ánimo especial de su autor.

En los dos rectángulos del tríptico cerrado se inscribe la esfera del mundo cuando este está siendo creado, por lo que aparecen formas indefinidas, pero no en su superficie, sino sobre la mitad inferior. En la parte superior izquierda asoma entre nubes el creador y a la derecha la frase ipse dixit et facta snt ipse mandavit e creata snt (Él lo dijo y todo fue hecho, Él lo ordenó y todo fue creado).

El tríptico cerrado: "La creación del mundo"

En el panel izquierdo se representa el paraíso, donde en primer plano parece representarse a Adán y Eva con el Creador en el centro, vestido con ropajes clásicos, mientras que los "primeros seres" están desnudos, casi inanimados y con un color blanquecino que se repite en otros casos. Al fondo está la fuente de la vida con una forma muy caprichosa e irreal. La serpiente se enrosca en un árbol; animales en actitudes distintas: pacíficos unos, violentos otros; una fuente, pero no estamos ante una representación idílica del paraíso, sino de otra muy personal de El Bosco. Algunos autores han interpretado que una de las figuras de la fuente es el demonio, o bien la forma caprichosa de una de las rocas.

En el panel de la derecha se representa el infierno, aunque aparecen instrumentos musicales que despistan al espectador. Se trata de un mundo de ensoñación, con personas que sufren, donde muchos elementos hacen referencia al demonio. Predominan los tonos oscuros, contrariamente a lo que ocurre en el panel de la izquierda y en el central. Las torturas y el fuego, el frío, una atmósfera sombría, el cuchillo que parece seccionar dos orejas, monstruos y otros seres que invitan a pensar en un mundo siniestro. En la parte inferior reina el caos y escenas mundanas, un hombre se abraza a un cerdo; el autor da rienda a una imaginación que parece ilimitada. Hay seres fantásticos y un hombre-árbol, personajes en lugares inverosímiles. Un cuerpo extraño parece vaciado para que se descubran los seres que asoman; un hombre defecando...

En el panel central, de doble dimensión que cada uno de los dos laterales, hay multitud de escenas y motivos: seres entregados al sexo de todo tipo; plantas exóticas, conchas, frutos; unos elementos devoran a otros. Se trata de alegorías interpretables de diversas maneras, pero parece que El Bosco quiso plasmar la pluralidad del mundo, sus muchas facetas, los pecados y delitos, las debilidades humanas, también el caos reinante en una sociedad injusta. Pintó formas y estructuras que aplastan a los personajes; estanques que no son ejemplo de lirismo sino donde viven seres extraños o naturales, pero representados de forma inquietante.

No hay proporción entre unos seres y objetos y otros; también la perspectiva es forzada, dando la sensación de que las escenas superiores se vuelven contra el espectador dejando la superficie convertida en una gran rampa. Toda la obra es una muestra de erudición, pues el autor debía conocer no solo la Biblia sino escritos de los padres de la Iglesia, así como otros textos religiosos en una época turbulenta, en vísperas del gran estallido de la cristiandad, que la dividirá hasta nuestros días. 

¿Era El Bosco un convencido de que las desviaciones de los hombres, del clero, de las autoridades eclesiásticas y civiles, habían tocado fondo? ¿Pensó alguna vez que el caos que representa en su jardín de las delicias era la misma realidad incubada en su prolífica imaginación? ¿Que ese caos tenía que tener un fin y que ese fin sería una gran convulsión religiosa y espiritual, social incluso como la que sobrevendría unas décadas más tarde o la que está por llegar?

Ver: http://www.wga.hu/index1.html

jueves, 15 de noviembre de 2012

El Teleno

El nicho del Teleno (fotografía tomada del autor citado)
Miguel Ángel González ha publicado en "Terrae Antiquae" un interesante artículo sobre un túmulo formado por grandes rocas que se encuentra a una altura de 2.183 metros sobre el nivel del mar, en la cumbre del Teleno. Algunos han hablado de un templo cercano a la Laguna de los Dioses, con una escalera, una calzada que conduce hasta la máxima altura, donde aparecen construcciones castreñas. Citando a otros autores habla de las semajanzas con los casos de Monsanto, en Portugal; o los santuarios ibéricos del Collado de los Jardines y Castellar de Santisteban.
 
En el suroeste de la provincia de León se encuentra la gran mole del Teleno, la más elevada cumbre de los montes de León. Múltiples arroyos descienden por las laderas de estos montes, para desaguar en los ríos Eria, Jamuz y Duerna.

Como El Collado de los Jardines, también se encuentra en Jaén Castellar de Santisteban, en el noroeste de la provincia y a una latura superior a los setencientos metros. ¿Que tienen las alturas? Como en el caso de las zigurats mesopotámicas o las pirámides precolombinas, como en el caso de las pirámides del antiguo Egipto, la elevación ha sido siempre una constante, bien para apuntar hacia el firmamento bien para instalar en la altura un observatorio astronómico, un templo... Y entre civilizaciones muy alejadas en el tiempo y en sus culturas encontramos esa misma constante, muchas veces borrada por el paso de los siglos.
 
Ver http://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/el-nicho-del-teleno?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+TerraeAntiqvaeRevistaDeArqueologaEHistoria+%28Terrae+Antiqvae%29#.UKU-VWe0LKE

domingo, 11 de noviembre de 2012

La destitución de Alcalá-Zamora

Como es sabido, Niceto Alcalá-Zamora fue destituido como Presidente de la II República española a principios de abril de 1936. Quizá fue un error, pues los golpistas de julio se habrían rebelado contra un católico, un terrateniente y un ex monárquico convertido al republicanismo hacía poco, probablemente por honestidad política. Hubiera tenido la República un argumento ante las potencias internacionales, aunque es dudosa la eficacia de dicho argumento. 

La Constitución española aprobada en diciembre de 1931 otorgaba no pocos poderes al Presidente de la República, lo que unido al carácter de Alcalá-Zamora, elegido para tan alta magistratura a pesar de sus reticencias con algunos artículos de la Constitución, hizo que las relaciones entre él y el que ocupó buena parte la presidencia del Gobierno, Manuel Azaña, fuesen tensas. Los que llevaron a cabo la preparación y puesta en práctica de la destitución presidencial se apoyaron en una interpretación del artículo 81º de la Constitución, según el cual el Presidente estaba facultado para disolver hasta dos veces el Congreso de los Diputados durante el mandato de aquel. Si esta circunstancia se daba, el primer asunto que las nuevas Cortes debían discutir, sería la oportunidad o no de la segunda disolución. Hoy parece demostrado que aquella destitución presidencial fue antijurídica e injusta, guiada por un conjunto de intereses que se aunaron aunque fuesen de naturaleza distinta: la derecha no perdonaba a Alcalá-Zamora su colaboración con la República; la izquierda aspiraba a una aceleración de las reformas sociales que el Presidente frenaba, en la medida en que le era posible, debido a su ideología y a la prudencia que consideraba necesaria.

En primer lugar, las Cortes que fueron disueltas en 1933 eran constituyentes, por lo que cabe interpretar que una vez estuviese aprobada la Constitución y las leyes más importantes que la desarrollaban, sería lógico disolverlas para dar ocasión a un nuevo período de acuerdo con las previsiones de dicha Constitución. En segundo lugar, en el seno del Partido Socialista -verdadera columna vertebral de la izquierda republicana- existía una división que provenía de antes y que encarnaban esencialmente Indalecio Prieto y Largo Caballero. Este, calificado generalmente de izquierdista dentro del partido, ha sido más bien un sinuoso dirigente que igual colaboraba con el dictador Primo con la excusa de que así la U.G.T. no sería represaliada, como se convertía en el adalid de la revolución social. Prieto tuvo una trayectoria más lineal pero no exenta de contradicciones, lo que es inevitable no solo en la política sino en la vida. 

Todo parece indicar que Prieto albergaba la idea de que, siendo Azaña el sustituto de Alcalá-Zamora en la Presidencia de la República (estamos ya en el bienio conservador de 1933-1936), le encargaría a él formar gobierno. Pero existía un acuerdo en el partido socialista de que sus miembros no formarían parte del Gobierno si la coalición del Frente Popular resultaba vencedora en las elecciones de febrero (1936). Se apoyaría parlamentariamente a los republicanos de izquierda pero no se entraría en el Gobierno. Cabe pensar que esta resolución fue la más querida por Largo Caballero y sus seguridores, que de esa manera quedaban libres para actuar en la calle, entre los jornaleros del campo, obreros de la industria, sindicatos, etc. sin las ataduras de estar en el Gobierno, al tiempo que se le cerraban las puertas a Prieto, siempre partidario de la colaboración con los republicanos de izquierda, en la seguridad de que esa era la fuerza -con los socialistas- de la II República. 

Cuando Alcala-Zamora decidió divolver las Cortes que darían ocasión a las elecciones de febrero (1936) fue acusado de haber tomado la decisión demasiado tarde (los prietistas habían sido los más insistentes en la disolución de la cámara, por lo que juzgar luego al Presidente por ello es una contradicción manifiesta). Juan Simeón Vidarte, prietista, ha dejado escrito: Desde el punto de vista del Derecho los argumentos de Prieto eran totalmente falaces... Estos eran mis argumentos de abogado. Contra ellos reaccionaba el político, convencido de que la llamada juricidad había sido el gran lastre de las Constituyentes. Un imperativo político nos aconsejaba destituir a Alcalá-Zamora (1). La oposición a Alcalá-Zamora se había desatado, y la prueba es que solo cinco diputados votaron a favor de su continuidad. 

Prieto, protagonista en todo el proceso, escribió un artículo en "El Socialista" (2), órgano oficial del partido, en el que dijo: nuestro candidato sería aquel que supiera matizar sus decisiones con un sentido de justicia social... Estando la República en su adolescencia tumultuosa, con una reacción afilada en el seno del mismo Estado y con un pueblo sin manumitir, son necesarios una frente clara, un fuerte brazo y una mano sensible. Más corazón que jurisprudencia, o, tanta jurisprudencia como corazón. Sin prejuicios contra el marxismo aunque no les tenga contra los católicos. Laico en absoluto, porque el laicismo no es un prejuicio. Un hombre de la República, en resumen, un hombre de nuestro tiempo. Estaba hablando, sin citarlo, de Azaña, aunque es difícil creer que este no tuviese prejuicio "contra los católicos". 

Aprovecho estas palabras para reflexionar sobre si Prieto era "centrista", como se ha dicho, o un socialista en plenitud: "sin prejuicios contra el marxismo". También era un hombre de acción más que un teórico, un estratega más que un ideólogo: sabía que la República estaba "en su adolescencia", no asentada; sabía que existía una "reacción afilada en el seno del mismo Estado" (el ejército entre otros), y sabía que el pueblo estaba "sin manumitir", es decir, sin liberar, sometido todavía a la pobreza, a la dependencia de los señoritos del campo y a los patronos de la ciudad. Luego se muestra pragmático y cínico: "más corazón que jurisprudencia, o, tanta jurisprudencia como corazón". Creo para mí que casaba más con su mentalidad la primera parte de la frase que la segunda, al menos en esta coyuntura. Cuando habla de un Presidente "laico" ¿quien mejor encarnaba esto que Azaña? pero no debía ignorar Prieto que, para amplios sectores de la sociedad española, de los dirigentes políticos, el laicismo sí era un prejuicio. 

Aquella destitución, la elección de Azaña como Presidente de la República, que contó con las reticencias de su propio partido, pues se le apartaba de la Presidencia del Gobierno, más ejecutiva, aquellas divisiones en el partido socialista... no sirvieron de gran cosa: en la sombra o a plena luz del Marruecos español, entre el carlismo navarro y en los cortijos meridionales, en las sacristias y entre los banqueros se estaba hablando de otra cosa: acabar con la II República, su democracia, sus pretensiones sociales... ¿que más daba a estos un Presidente que otro?
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(1) J. S. Vidarte, "Todos fuimos culpables", citado por José Carlos Gibaja en "Indalecio Prieto y el socialismo español...",  2002.
(2) Número de 10 de abril de 1936.

sábado, 10 de noviembre de 2012

La tumba del rey Cothelas

Fotografía tomada de AHRIQS
Los indoeuropeos tracios se desdibujaron, tras una larga historia, a partir del siglo III de nuestra era. En el sureste de Europa y en el oeste de Asia, llegaron a ocupar o a vivir en territorios centro eurupeos, donde han dejado su testimonio. El núcleo, tal y como los conocieron los legionarios y administradores romanos, estuvo al sur de la actual Bulgaria, en el extremo nordeste de la actual Grecia y en la Turquía europea. En contacto con los griegos, conocieron también el expansionismo de los persas aqueménidas. Quizá estar en contacto con civilizaciones avanzadas y ricas hizo que sus productos artesanos, que dedicarían a la exportación cuando les fue posible, abundasen, y de hecho se han descubierto, a lo largo de las últimas décadas, varios tesoros tracios, casi siempre asociados a tumbas y ritos de enterramiento.

Tumba de Sveshtari, al nordeste de Bulgaria
De entre los tracios, denominación genérica, destacan los getas, verdaderos artífices de bellísimos objetos de oro de los siglos IV-III antes de Cristo. El tesoro al que aquí nos referimos es de una excavación en el norte de Bulgaria. Brazaletes, cuarenta y cuatro figuras femeninas, un centenar de botones de oro, una tiara, una cabeza de caballo y un anillo, ambos de oro. La directora del equipo que ha realizado la excavación, Diana Gergova, ha declarado que son obras asombrosas: "por lo que hemos visto hasta ahora, la tumba puede estar relacionada con el primer rey de los getas, Cothelas, también conocido como Gudila".

Los getas no conocieron la escritura, salvo la que vieron de otras civilizaciones próximas, pero han dejado un legado artístico de primera magnitud. A mediados del siglo I de nuestra era cayeron bajo la dominación romana.


La procesión en la plaza de San Marcos


Asombra la obra de Gentile Bellini cuyo título es el de este artículo. Se trata de una pintura al temple sobre lienzo de 367 por 745 cm., lo que la hace monumental, pintada en 1496, cuando Italia, y Venecia en particular, están en pleno renacimiento de las artes pero también cuando la Iglesia tenía un poder realmente extraordinario.

El autor nació en Venecia en 1429 y formó parte de una familia de artistas que le encauzaron hacia la pintura. Retrató al emperador germánico Federico III, lo que indica la fama que tuvo ya en vida y luego sirvió a los gobernantes venecianos. Fresquista, decoró el palacio ducal de Venecia, y como la república se llevaba bien con el imperio turco (lo que no era corriente entre los estados cristianos europeos) viajó a Constantinopla para retratar a Mehmet II. La obra que aquí comentamos también lleva el nombre de "Procesión de la Religión de la Santa Cruz", y es un testimonio extraordinario para conocer la mentalidad religiosa dominante en la época en una Italia próspera, en una ciudad rica y volcada a su imperio económico medieterráneo. Aunque otros miembros de su familia fueron más vanguardistas en cuanto a la renovación del arte, a Gentile le debemos este documento que juzgo de extraordinario interés.

La plaza medieval ya está fuertemente transformada, con la basílica de San Marcos cuya influencia bizantina es evidente. En plena Edad Media, cuando parte de Europa vivía en la oscuridad, la plaza veneciana adquirió el aspecto de un centro urbano lleno de vitalidad y cosmopolitismo. A la derecha, según se dirige la vista hacia la fachada de la basílica, está el palacio ducal, con sus arcadas góticas muy ornamentadas; se ve también el campanario, que ahora está exento y en el cuadro de Gentile adosado a otros edificios. En todo lo demás, viviendas patricias o de corporaciones gremiales. Asomada a un gran canal, lo único que la separa del Adriático es una delgada barra de tierra.

Según Manfred Wundram, a finales del siglo XV, Gentile Bellini ejecuta una serie de lienzos de gran formato con escenas de la leyenda de la "Vera Cruz", que le habían sido encargados por la "Scuola di San Evangelista". En el siglo IV ciertas obras bajo el templo de Venus, en el monte Calvario de Jerusalén, hicieron creer a los más interesados que se había encontrado la cruz donde había sido martirizado Jesús de Nazaret. Sobre ninguna base científica, surgieron entonces noticias sobre diversas reliquias que habían aparecido aquí y allá de la cruz de Cristo. La Iglesia decidió entonces romper con esa tendencia y dijo que la "vera cruz" era la del monte Calvario "encontrada" en el siglo IV. Y sobre cuestión tan interesada, Venecia -como otras ciudades- celebraba su procesión anual.

Toda la plaza se privatiza para la función religiosa; frailes portan cirios y caminan pausadamente, con cierta solemnidad y rutina, pero Gentile -dice Wundram- no se altera por emociones personales y nos deja aquí un gran cuadro de historia. Este es el aspecto de la plaza en el siglo XV, "antes de que se ampliaran las procuradurías, los edificios de la administración municipal de Venecia". Hasta los mosaicos de la fachada de San Marcos están representados en el lienzo. Wundran dice que "el inmenso formato del cuadro es sistematizado, por un lado, por la decoración arquetectónica, y por otro por la 'puesta en escena' de las masas de figuras que sigue las reglas de la geometría... Con su carácter descriptivo... constituye el comienzo de un género que llegaría a ser una verdadera especialidad en Venecia: la pintura de vedute [de vistas], que alcanzará su apogeo con Canaletto y Guardi en el siglo XVIII".

En el gran tamaño de la obra (casi 7 metros y medio por más de 3 y medio) hay también un mérito, pues se han de conseguir las proporciones, que Bellini perfecciona con el estudio de perspectiva: personajes a menos escala a medida que se alejan del primer plano; algunos departen profanamente, mientras que otros asisten a la procesión con piedad, rigor y cierta ceremoniosidad. El detallismo en los ornamentos de la basílica, así como un colorido marcado por los tonos dorados, permiten decir que Bellini no se había despegado, a pesar del tiempo transcurrido, de la tradición bizantina.

Ver detalles en wga.hu/index1.html