jueves, 27 de junio de 2013

Los belgas se rebelan

"Episodios de septiembre de 1830 en la Grand Place de Bruselas"
"El año 1830 -escribe Brita Velghe- estuvo marcado por el fervor revolucionario". En París, a través de la revolución de julio, terminó el dominio del rey Carlos X. Delacroix pintó "La libertad guiando al pueblo" y en Bruselas, por su parte, durante unos días de septiembre, se dieron los episodios que llevarían al fin del dominio holandés sobre las provincias del Sur (Bélgica), dominio que se había impuesto en el Congreso de Viena durante 1815. El pintor Gustav Wappers -sigue diciendo Velghe- pintó un gran lienzo al óledo recordando dichos episodios (444 por 660 cm.) en 1835. Le fue encargado por las nuevas autoridades blegas y el artista exaltó en él la revolución independentista del nuevo estado. Durante su estancia en París en 1828, Wappers habría frecuentado los ambientes revolucionarios y se había impregnado de ese sentimiento.

En la noche del 25 de agosto de 1830 se representó en el teatro de la Monnaie de Bruselas una de las óperas de Auber, tituada "La chica muda de Portici". Durante el cuarto acto el canto sagrado de amor a la patria se extendió en forma de insurrección por todo el país. El 23 de septiembre el ejército holandés entró en Bruselas y avacuó la ciiudad al amancer del 27, después de cuatro días de lucha. En una composición piramidal Wappers refleja los episodios en los que los ciudadanos de Bruselas son homenajeados. Un ex alumno de la Academia de Amberes, Wappers -dice Velghe- sería el que desencadenase el movimiento romántico belga rompiendo con el neoclasicismo y recogiendo la elocuencia pictórica de Rubens: en efecto, los personajes amontonados, uno muestra un panfleto desde lo alto, otros hacen sonar sus tambores, algún capitán a caballo, mujeres que se suman a la revuelta y sufren las heridas, niños que se balancean, la bandera se quiere ondear, el cielo brumoso, los edificios capitalinos...

El pintor tenía poco más de treinta años cuando realizó esta obra y ya en 1830 había pintado "La devoción del burgomaestre de Leiden". Luego trabajó en Amberes, para el rey Leopoldo y para el rey francés Luis Felipe de Orleáns. No podrá negarse que supo conectar con el espíritu de la época que le tocó vivir; no con el sentimiento revolucionario de 1848, pero sí con el más templado y romántico de 1830.

lunes, 24 de junio de 2013

"La playa de Brighton"

Brighton está en el extremo sur de Inglaterra y ya en el siglo XVIII era lugar de veraneo para las clases pudientes, mucho más cuando el ferrocarril vino a comunicar casi todos los pueblos de Inglaterra entre sí. Cuando Constable pintó la playa y su mar en repetidas ocasiones todavía no había alcanzado la notoriedad que más tarde, pues el pintor vivió entre el último cuarto del siglo XVIII y el primer tercio del XIX, pero casi siempre nos ha dado interpretaciones del paraje donde abundan las brumas, los colores terrosos, el mar agitado o en calma, unos pocos personajes y embarcaciones en un ambiente romántico y mostrándonos un paisaje que su contemporáneo Turner exageraría.

En el Museo de Arte Moderno de Bruselas se conserva un cuadro de pequeño formato (40,5 por 51 cm.) donde unas nubes amenazadoras cubren la playa y los colores apenas permiten distinguir el arenal del mar. Unas pocas personas se aprietan en conversación, apenas intuidas, y una embarcación parece varada en la playa. Las tonalidades cobrizas, blancas y grises dominan toda la composición, mientras que en otras interpretaciones de este mismo paraje Constable se muestra más realista, más definido en el dibujo y más alegre en las gamas cromáticas. La obra que aquí comento (y que no se corresponde con la que figura arriba) es un óleo sobre lienco pintado entre 1824 y 1828, por lo tanto en los últimos años de la vida del artista. 

Dominique Marechal dice que "este cuadro inacabado representa un paisaje barrido por el viento al oeste de Brigthon en el sur de Inglaterra. La importancia de esta pintura no reside tanto en el dibujo lineal de la pintoresca playa... La obra tiene el extraordinario encanto de los estudios de nubes pintados espontáneamente en los que sobresalió Constable".

domingo, 23 de junio de 2013

La tragedia de Marat

Óleo sobre lienzo de 165 por 128 cm.
El cuadro se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Bruselas, obra de Louis David. "París, sábado 13 de julio de 1793 a las 7.15 de la tarde, después de un altercado con la novia de la víctima, Simone Evrard, Marie-Anne Carlotte Corday entró en la casa de Jean-Paul Marat, en el número 30 de la calle de los Cordeliers. Poco antes había comprado un cuchillo de grandes dimensiones en una tienda cercana al Palacio Real. Habilmente lo clavó en el pecho del político y publicista, que estaba en el baño a la romana con el fin de aliviar su dolor por una enfermedad de la piel que padecía". Así relata Frederik Leen el asesinato de Marat a manos de Corday.

Corday era una aristócrata monárquica de Caen que se había empeñado en librar al mundo del agitador Marat. Fue arrestada poco después del asesinato y, después de un juicio sumario, condenada a muerte y guillotinada. En septiembre de 1789 Marat había publicado el documento "El amigo del pueblo", muy popular. Lo que decía el documento era muy despiadado, de forma que la propaganda política del asesinato no pasó desapercibida y la Convención Nacional solicitó a Jacques-Louis David que inmortalizase a Marat en un lienzo. En ese momento David no solo era un artista conocido en Francia, sino también amigo personal de Marat, que había votado la pena de muerte para el rey Luis XVI.

Lejos de inspirarse en "escenas y pasajes" de la antigüedad clásica y las virtudes cívicas de la República romana, David pintó a un personaje contemporáneo en un ambiente contemporáneo. "Pensé que sería interesante mostrarlo como lo encontré", dijo David. Quizá el cuadro hizo a Marat más héroe que sus escritos o su actividad política. La víctima aparece con unos pocos utensilios de su actividad revolucionaria (pluma y papel en el que aparece la letra escrita) pero también con el sufrimiento. El cuchillo manchado de sangre aparece en el suelo, como si el asesinato se hubise cometido a toda velocidad, abandonando rapidamente Corday el arma del crimen. En un ambiente penumbroso, donde lo único que destaca es la escena del héroe en el baño, representó David a "Marat como el generoso héroe que está dispuesto a sacrificar su vida para lograr sus ideales revolucionarios".