Obra de Ramón Casas
Se trata de una
exposición en Pontevedra donde lo que menos hay es de los pintores del título,
pero no deja de tener interés porque, sin embargo, pone de manifiesto el papel de la mujer
en la pintura entre finales del siglo XIX y principios del XX.
Las mujeres
representadas son, generalmente, burguesas en actitud de descanso, leyendo,
desnudos, practicando deporte (lo que solo era concebible entre las
acomodadas), pintando al aire libre, en la playa, asistiendo a espectáculos en el
teatro, en cafés o acompañadas de sus esposos u otros hombres, en el palco para
asistir a una corrida de toros; la mayor parte de las veces se trata de mujeres
jóvenes.
Una mujer sentada, obra
de Rusiñol, contrasta con la imagen hierática de otra obra suya, una joven
representada de perfil, junto a un espejo que refleja parte de su rostro y la
figura del pintor. En este caso se trata de un óleo sobre lienzo de 1894 (100
por 81 cm.) que se encuentra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Teniendo
en cuenta que el autor nació en 1861 es obra de un Rusiñol todavía joven.
Algunos de los cuadros
expuestos son de Ramón Casas, con su peculiarísimo estilo (una mujer burguesa),
pero también hay otras obras que representan mujeres humildes (una gitana, una
pastora o mujeres en la playa). De Casas se ha seleccionado una obra donde se
representa a una mujer asomada a la ventana. Junto a estas pinturas destaca una
mujer desnuda en bronce, obra de Gargallo, de mediano formato. Contrariamente a
su predilección por el vacío, en este caso la mujer es compacta e incluso
rolliza, en actitud pudorosa.
De Renoir destaca una
obra titulada “Mujer e hijo en el campo”, de inconfundible factura con los colores
cálidos y muy mezclados, mucho menos conocida que las escenas bulliciosas con
la gente divirtiéndose en el baile o junto a un río.
Se exponen obras de
Isidre Nonell, que también cultivó el dibujo, en el que el tema de la mujer se
repite: su “Cabeza de gitana” fue pintada en 1906, siendo el autor aún joven.
Es un óleo sobre lienzo de 54 por 46 cm. que se encuentra en el Museo Español
de Arte Contemporáneo, en la ciudad universitaria de Madrid desde la década de
los setenta del pasado siglo. Su obra “La Paloma”, representando a otra gitana,
muestra la pincelada rápida y superpuesta con colores obscuros y el rostro de
perfil reflejando nostalgia o pesar.
Más joven que los
citados es Benjamín Palencia, del que se expone un desnudo, cuando sus
preferencias son los paisajes, urbanos y rurales, con ensayos en diversos
estilos, en algunas ocasiones bajo la influencia de Cézanne.
De Sorolla hay
expuestas cuatro obras, la más llamativa (y quizá de mejor calidad) es una de
pequeño formato donde se representa una escena de playa, pero también un
desnudo femenino y una mujer sentada.
Algunas obras
representan tenuemente el realismo declinante, otras están en la línea del
impresionismo; las de Casas y otros representan escenas plácidas de la vida
burguesa, bien conocida por el autor citado en la Barcelona de su tiempo. En
esta exposición se produce un gran contraste cromático: la luminosidad, los
rojos y amarillos por un lado, las escenas campestres por otro, pero también la
soledad, la melancolía, la ociosidad de ciertos personajes, el desgarro o, al
menos, la angustia, la tristeza de esas mujeres humildes, de esas gitanas.
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