miércoles, 28 de julio de 2021

La América de Humboldt

 

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Los noventa años de vida de Alexander Humboldt son prolíficos como en pocos casos se habrá podido dar. Estudió los paisajes geográficos y celestes, fue científico y al mismo tiempo divulgador, estuvo en contacto con pueblos indígenas de América y describió la geografía de territorios peruanos, ecuatorianos, colombianos, venezolanos, antillanos, mexicanos y aún de algunas ciudades como Filadelfia y Washington.

Sus conocimientos abarcan la astronomía, las ciencias naturales, la geología y otras disciplinas, plasmando en una obra inmensa todas sus experiencias que, en el caso de América, cobraron la forma de atlas, dibujos y narraciones.

Desde el oeste de México exploró las regiones de Guanajuato, Ciudad de México, Taxco, Puebla, Veracruz y, viajando por el golfo de México, llegó a La Habana, Trinidad[i] y de aquí, a Cartagena de Indias. Exploró el Orinoco y llegó a las regiones de Angostura, San Fernando, Cumaná, Barcelona y Caracas. Desde Zapote[ii] siguió en dirección sur por el río Magdalena hasta Honda y Bogotá; luego Cartago y de nuevo hacia el sur en dirección a Quito, Cotopaxi, Chimborazo, Loja, Cajamarca, Trujillo, Lima y, por mar, regresó a Acapulco. Desde La Habana viajó también por mar hasta el nordeste de Estados Unidos, para regresar a Europa.

Ríos y zonas montañosas, selvas y paisajes nevados, zonas ecuatoriales y climas fríos, costas e islas, el altiplano mexica y la costa del Pacífico. Su obra es inmensa. Taxco, por ejemplo, al sur de Ciudad de México, es una población en medio de cerros y montañas que describió el geógrafo prusiano; Cotopaxi, al sur de Quito, se encuentra en plena cordillera andina con su volcán que conoció y describió Humboldt. ¿Qué reflexiones haría este cuando llegó a Cajamarca, lugar donde se produjo el encuentro entre el inca Atahualpa y Pizarro en 1532? No podría nuestro personaje dejar de considerar los aspectos humanos de la conquista, la ferocidad de unos y otros, las víctimas, los conflictos entre españoles y el lento sometimiento de aquellos indígenas, habitantes del noroeste del actual Perú.

Humboldt, en su “Cosmos”, nos ha dejado las sensaciones vividas durante los años en América, entre 1799 y 1804; no se limitó a la mera descripción, que en su caso es minuciosa, abundante y certera, sino que mostró la pasión que le inspiraron aquellas tierras inmensas, sin parangón en Europa.

Salió en compañía de su amigo Bonpland, médico y botánico francés, del puerto de A Coruña para un viaje que marcaría un antes y un después en la historia de la Geografía, pero también fue el grandioso preludio de otras muchas expediciones geográficas y científicas que se hicieron durante el siglo XIX. El viaje de los dos amigos –más bien epopeya- no fue lineal; muy al contrario, estuvo entreverado de visitas repetidas, idas y venidas, anotaciones sin número, experiencias extraordinarias, acopio de información riquísima sobre pueblos, paisajes, climas, sistemas montañosos e hidrográficos, destacando lo estudiado sobre el río Orinoco. Emplearon canoas y levantaron un mapa con ayuda de relojes de longitud[iii] y los conocimientos que tenían de astronomía. Les acompañaron los españoles Nicolás Soto y el Padre Bernardo Zea, llevando unas decenas de indios las cargas de la expedición.

La Sociedad Geográfica Española (iv) ha dado cuenta de la exploración de Humboldt y Bonpland del Orinoco, redactando un informe que dirigieron al presidente de los Estados Unidos, Th. Jefferson. 

Y como geógrafo que inicia la moderna concepción de la Geografía se ocupó de los aspectos humanos, de las desigualdades en México, de la multitud de razas, del mestizaje, del contraste entre la belleza y aún bravura de los paisajes... y de los vicios humanos.


[i] En la costa sur de la isla de Cuba, tiene un gran interés patrimonial reconocido oficialmente.

[ii] En la costa colombiana del Caribe, al sur de Cartagena de Indias.

[iii] Parece que fue invención de un relojero inglés en el s. XVIII, por medio del cual es posible determinar la longitud en que se encuentra un punto. En un museo situado en el edificio Guildhall de Londres se encuentra el primer modelo.

[iv] Sociedad Geográfica Española: sge.org/publicaciones/numero-de-boletin/boletin-34/los-secretos-del-orinoco-humboldt

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