sábado, 14 de abril de 2012

Cuatro obras de Antonio Rosselino

Escultor del siglo XV, trabajó en varios lugares de Italia y también en Florencia, pues en dicha centuria la ciudad toscana era la capital artística de Europa. A la izquierda tenemos una "Madonna con el niño" en mármol, obra de 1450, que se encuentra en el museo del Hermitage, en San Petersburgo. Es un bajo relieve que nos recuerda a la "Virgen de la escalera" de Miguel Ángel. 

A. Rosselino se caracterizó por el tratamiento de algunos detalles, sobre todo en las actitudes de los personajes que esculpe y en sus rostros, con sonrisas y un cierto refinamiento. Se supera así el dominio del gótico en la representación más austera de los rostos, si bien hay algunos ejemplos en dicho estilo que parecen anunciar el renacimiento. El relieve "pictórico" que caracterizó a Ghiberti en sus relieves, está aquí también presente aunque menos logrado: las figuras del primer plano tienen más bulto y las que están al fondo destacan muy poco, para dar la sensación de perspetiva, de profundidad. La virgen y el niño están representados en una actitud serena y el rostro de la virgen muestra el refinamiento y delicadeza de la que hablábamos. En el tratamiento de los ropajes, si bien el gótico había avanzado mucho, Rosselino se muestra plenamente renacentista por su realismo. 

Otra obra de tema religioso es el "Juan Bautista Joven", una interpretación de éste personaje que no hemos visto durante toda la edad media, donde Juan el Bautista siempre era visto como adulto y no con la naturalidad de un niño (excepto en la pintura). Otra vez la actitud delicada y pensativa que se puede ver en éste rostro, ligeramente ladeado para conseguir un mayor realismo. El modelado es muy acabado y el tratamiento de los cabellos recuerda a la antigüedad clásica. Es obra de 1470 en mármol, de 35 cm. de altura, y se encuentra en la National Gallery of Art de Washington.

Como contraste tenemos abajo un busto que representa a Mateo Palmieri, obra de 1468, en mármol, que se encuentra en el Bargello de Florencia. Palmieri fue un historiador humanista florentino que escribió una obra clave para entender la forma de pensar de un hombre público de la época: "Sobre la vida cívica" (por lo tanto, sin haber alcanzado la notoriedad de Maquiavelo, Palmieri es otro ejemplo de las preocupaciones por el gobierno de las sociedades). 


En esta obra, sin embargo, el modelado es menos cuidado; estamos ante un verdadero retrato, sin concesión alguna a la idealización del personaje, por lo que, en este caso, la influencia romana es más evidente que la griega. La ausencia de todo lujo en la escultura nos habla de que no estamos ante un rico comerciante o un banquero, sino ante un pensador despreocupado por lo secundario. También influirá en éste aspecto que no se trata de una figura religiosa.


En el "Busto de una dama", obra hecha entre 1460 y 1470 en mármol, de 53 cm. de altura, quizá podamos encontrar parecidos con algunos retratos de Verrochio (incluso por las dimensiones), pero también diferencias que delimitan la calidad de uno y otro autores. Pero volvemos a ver el refinamiento en el rostro, la estilización en el cuello, sin que necesariamente los ropajes sean lujosos; Rosselino parece querer elevar a categoría de elegante a todo personaje independientemente de su condición social. El rictus de los labios es muy parecido al de la virgen en bajorrelieve de arriba. Se encuentra en el museo Staatliche de Berlín.

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